Una estatua de John Lennon es desde hace un mes el atractivo inusual de un céntrico parque de la capital de Cuba, donde los Beatles fueron censurados hasta 1966.
Al menos cinco personas pueden verse a cualquier hora del día al lado del autor de «Imagine», quien permanece sentado en un banco, con las piernas cruzadas y ligeramente inclinado hacia la izquierda, como si conversara con quienes se sientan a su lado.
Nunca falta un visitante que deja una flor, una pareja de recién casados que se sacan fotos abrazados al músico, una joven que le toca las manos o turistas que se acercan y le hablan en japonés o alemán, como si este Lennon habanero entendiera cualquier idioma.
«Este era un lugar bastante tranquilo y solitario, pero ahora siempre hay gente que viene a ver a Lennon», comenta Juan Manuel Gutiérrez, quien desde hace dos años cruza la calle que separa su casa del parque para jugar una o dos horas con su pequeño hijo.
También hay un policía que vigila el lugar y no por gusto. El 21 de diciembre por la noche, durante un fuerte aguacero, alguien tomó como recuerdo las gafas de la estatua de bronce y obligó al escultor a hacer un segundo par.
La obra de tamaño natural pertenece al artista cubano José Villa, quien intentó perpetuar la imagen del músico británico como lo añoran sus seguidores: sin pedestales de mármol, con su pelo largo, pantalón vaquero, las botas y las gafas de siempre.
«You may say I'm a dreamer, but I'm not the only one» (Pudieras decir que soy un soñador, pero no soy el único), frase de «Imagine», una de las inolvidables canciones de Lennon, puede leerse a los pies del banco que tiene además el escudo de La Habana.
El monumento fue inaugurado el 8 de diciembre, como parte de una jornada de homenaje realizada en la isla al cumplirse 20 años del asesinato de quien integrara los Beatles, junto a Paul McCartney, George Harrison y Ringo Star.
Ese mismo día, fue develada una tarja en la casa marcada con el 251 de Menlove Avenue, en Liverpool, donde Lennon residió desde los cinco años, cuando una tía lo acogió tras el divorcio de sus padres.
Reportes de presa hablaron del proyecto de una estatua en la Plaza de Trafalgar, en Londres, y de promesas de restaurar y transformar en centro cultural una propiedad, adquirida por Lennon y su esposa, Yoko Ono, en Costa del Sol, España.
La sábana que tapaba la estatua del parque habanero fue quitada por el cantautor cubano Silvio Rodríguez, fundador de la Nueva Trova cubana y reconocido admirador del cuarteto británico, y por el presidente Fidel Castro quien lamentó no haber conocido antes a Lennon.
«Hay reivindicaciones que son muy justas», dijo el mandatario refiriéndose a los tiempos en que Los Beatles fueron identificados por la política oficial como símbolos de la ideología imperialista de los enemigos de la revolución cubana.
La censura duró hasta 1966, cuando un programa de radio divulgó por primera vez una canción del cuarteto de Liverpool.
Sin embargo, tuvieron que pasar muchos años para que los amantes del rock, que usaban el pelo largo y pantalones vaqueros, dejaran de identificarse automáticamente en Cuba como opositores al régimen socialista de Castro.
«Los Beatles influenciaron en mi forma de pensar. Como en otros casos, siempre sufrieron incomprensiones, pero su legado artístico era muy fuerte y prevaleció sobre todos los prejuicios», opinó el escritor Francisco López Sacha.
López Sacha dirige la sección de literatura de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba, agrupación muy cercana al gobierno que organiza coloquios teóricos anuales sobre la trascendencia de los Beatles.
Los coloquios sucedieron a la experiencia de un grupo de músicos que, a comienzos de los años 90, decidió realizar el primer concierto homenaje a Lennon en el mismo parque donde ahora se encuentra la estatua y que desde entonces empezó a conocerse informalmente por el nombre del ex Beatle.
Aquella cita, a la cual acudieron voluntariamente todos los cantantes y músicos que quisieron, contó con el apoyo del gubernamental Instituto de Arte e Industria Cinematográficas y los equipos de música y sonido del grupo de rock afrocubano Síntesis.
Fue durante aquel concierto que por primera vez un grupo de estudiantes de escultura propuso esculpir un monumento a Lennon. Sin embargo, la idea nunca fue más allá de una lápida que fue robada dos días después de su colocación.
«La estatua pesa más de dos toneladas, así que será difícil llevársela, pero si no seguro que se la lleva alguien», comentó uno de los custodios que, a dos semanas del primer robo, notó que «las nuevas gafas de Lennon ya se mueven y eso no pasaba cuando se las pusieron».(FIN/IPS/da/dm/cr/01