MEXICO: Fox mantiene su popularidad en alto

El presidente de México, Vicente Fox, mantiene alejada la potencial resaca de popularidad tras su asunción el día 1 y las encuestas indican incluso que llega a cotas más altas, pero sus opositores auguran que pronto cambiará todo.

El mandatario salió airoso de sus primeros días de gestión a pesar de tener un Congreso que lo trata con dureza y una herencia de injusticias, pobreza y corrupción que ahora reconoce no cambiará «Hoy» ni «Ya», como lo ofreció en la campaña electoral.

El «pan y circo» con el que el nuevo gobierno tapa sus primeros errores e incumplimientos se desmoronará más pronto de lo esperado, vaticinaron dirigentes de los opositores Partido Revolucionario Institucional (PRI) y Partido de la Revolución Democrática (PRD), de centroizquierda.

Los políticos aludieron así a las continuas apariciones públicas del mandatario, quien mantiene en parte su talante de candidato en su lenguaje y los contactos con la población. Además, no desmaya en los llamados a concertar y a trabajar en equipo con sus detractores.

No obstante, los opositores también le reconocen congruencia por reabrir el proceso de pacificación con la guerrilla zapatista del sureño estado de Chiapas con el retiro del ejército de la zona rebelde y la presentación al Congreso de un proyecto de ley sobre derechos indígenas que respaldan los insurgentes.

Fox, del conservador Partido Acción Nacional, es el primer presidente de México que no pertenece al PRI en 71 años .

El respaldo a Fox es hoy mayor al que consiguió en las elecciones de julio, cuando obtuvo 16 millones de votos, tres más que el candidato del PRI.

El presidente tiene ahora más de 75 por ciento de aprobación ciudadana, apuntan las encuestas. Además, la mayoría de la población espera los primeros resultados palpables del nuevo gobierno sólo a fines de 2001.

Para no bajarse de la ola, el equipo del mandatario utilizará todo lo que esté a su alcance, pues si cae el apoyo y la confianza, todo será más difícil, dijo a IPS Leticia Paredes, experta en mercadotecnia.

El gobierno, que promete refundar el país en sus seis años de gestión, plantea gastar más de 10 millones de dólares en propaganda el año entrante, 12 por ciento más que en el último año del gobierno de Ernesto Zedillo (1994-2000).

Desde el primer día del gobierno Fox, los medios de comunicación comenzaron a difundir propaganda oficial que habla de los nuevos programas y exhorta a la población a trabajar con optimismo para apuntalar el cambio histórico conseguido en las elecciones presidenciales de julio.

El carisma del mandatario -un empresario de 58 años devenido en político- ayuda mucho a las tareas de difusión y es el mejor activo del equipo de comunicación, sostuvo Paredes.

Sin mayores formalidades, siempre bromista y sin reclamar por las críticas que le hacen, Fox mantuvo los últimos días reuniones con sus opositores para exhortarles a trabajar en equipo.

El mandatario recibió una lluvia de críticas por su proyecto de gastos para el 2001, pues no dista mucho del de los últimos gobiernos del PRI.

El presupuesto demostró que Fox incumple sus promesas y mintió a los electores al ofrecerles cambiar el país, dijo el diputado del PRD, Martí Batres.

Más de 80 por ciento del presupuesto de 140.000 millones de dólares estaba ya comprometido con gastos heredados de Zedillo y los márgenes de maniobra son mínimos, se justificó el equipo económico de Fox.

No obstante, y en contraste con sus antecesores, el presidente prometió a los diputados que no impondrá nada y que el presupuesto que se apruebe, antes de finalizar el año, será producto del consenso.

En materia de combate a la corrupción, el nuevo gobierno sometió desde su inicio a un detenido análisis a cada dependencia del Estado.

Con la corrupción, el mandatario prometió ser implacables y captó la atención de la prensa al solicitar a Nicaragua la inmediata extradición de Oscar Espinosa, ex ministro de Turismo y el último jefe de gobierno de la capital que nombró Zedillo antes de que en 1997 se realizaran elecciones y ganara el PRD.

Espinosa, detenido esta semana a pedido del gobierno de México luego de permanecer en la clandestinidad durante más de 100 días, está acusado de desvíos de fondos públicos por 42 millones de dólares, pero alega que víctima de una persecución política.

Espinosa fue además director de finanzas del PRI y de la estatal Nacional Financiera, una entidad para apoyar a empresarios y en esos dos cargos fue acusado por dirigentes políticos de actos de corrupción. (FIN/IPS/dc/ag/ip/00

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