Organizaciones de la sociedad civil emergen como importantes promotoras en una campaña global para combatir la desertización, la cual afecta a 1.200 millones de personas en el mundo.
Parlamentarios y organizaciones no gubernamentales (ONG), especialmente las dirigidas por mujeres, jugaron un papel importante en la Cuarta Conferencia de las Partes (COP4) de la Convención de las Naciones Unidas para Combatir la Desertificación (UNCCD), que finalizó esta semana en Bonn.
Bonn es sede permanente de la Secretaría de la UNCCD, cuya titular es Hama Arba Diallo. El portavoz de la entidad, Rajeb Boulharouf, declaró que la convención estaba construyendo un importante «distrito electoral» en torno a los parlamentarios.
Al respecto, se refirió a la profunda preocupación por las consecuencias de la desertización, que fue expresada la semana pasada por 35 parlamentarios de 19 países, reunidos en Bonn para la tercera mesa redonda sobre medidas e iniciativas para apoyar la puesta en marcha de la convención.
La mesa redonda, que tuvo lugar los días 12 y 13, fue organizada en el contexto del COP4 por la UNCCD y el Bundestag (Parlamento Federal Alemán), con total apoyo de la Unión Interparlamentaria.
«El fracaso de tierras marginalmente productivas para enfrentar presiones de la población, junto con climas cada vez más variables, incluyendo sequías recurrentes, ya han desplazado a más de 25 millones de personas en el mundo y es una fuente de conflictos intercomunales», advirtieron en una declaración.
«Además, estamos igualmente preocupados que mujeres y niños, débiles social y económicamente, tienden a ser los más golpeados por las graves consecuencias de la desertización», agregó la declaración. Temores particulares fueron expresados por la gravedad de la situación en diferentes partes del mundo.
En Africa, zonas áridas y desérticas constituyen dos tercios de toda el área territorial y 73 por ciento de las partes áridas ya están degradadas en forma seria o moderada. En Asia, casi el 71 por ciento de las áreas áridas están severamente degradadas.
En América Latina y el Caribe, casi tres cuartos de las tierras áridas que representan casi un cuarto de la región se encuentran moderada o severamente degradadas.
En el Mediterráneo, casi dos tercios de las tierras áridas están severamente degradadas y en países de Europa central y oriental, del 40 al 80 por ciento de las tierras áridas se muestran severamente degradadas.
Los parlamentarios insistieron en que las consecuencias de la desertización golpean duramente a los países en desarrollo, donde los programas para combatirla se ven bloqueados por la escasez de recursos.
Al mismo tiempo, esos países deben cumplir sus acuerdos internacionales y distraen recursos considerables para amortizar la deuda externa y su servicio.
«Mi propio país, Alemania, así como sus socios europeos, todavía es altamente ineficaz para corregir la desertización, que en realidad es un problema global», dijo Joaquim Tappe, un miembro del Bundestag.
«Parecería que aún no nos damos cuenta: lo que está ocurriendo hoy en ciertas partes del mundo, especialmente en Africa, también es problema nuestro», agregó.
Por esa razón los parlamentarios han urgido a la comunidad internacional para que considere seriamente las penurias y la marginación de los países pobres altamente endeudados, e implemente medidas apropiadas de alivio, sobre todo en aquellas naciones seriamente afectadas por sequías y desertización.
Los parlamentarios reafirmaron luego «la importancia de asegurar el acceso a recursos financieros apropiados, incluyendo otros nuevos y adicionales, para países en desarrollo afectados».
Específica atención se concedió a la Estructura Global del Ambiente (GEF), y la necesidad de «establecer una nueva ventana con el propósito deliberado de financiar los altos costos de la implementación de la UNCCD».
Tappe dijo que los parlamentarios de países industrializados han acordado iniciar o continuar serios esfuerzos en sus propios parlamentos para sostener la asistencia técnica y financiera destinada a combatir la desertización en naciones pobres.
Por otra parte, la participación de las mujeres en la elaboración y puesta en marcha de planes de acción nacionales del UNCCD fue el objetivo de un diálogo abierto en la COP4.
En esa sesión intervinieron organizaciones femeninas de Burkina Faso, Camerún, Mali, Uganda y Zambia. La importancia de esa discusión radicó en que la UNCCD enfatizó la participación de poblaciones locales, en especial mujeres, en países afectados.
En diversas secciones, la participación femenina se considera esencial para una exitosa puesta en marcha de la convención. Al mismo tiempo, se reconoció que en muchos países afectados las mujeres, especialmente en áreas rurales, no han sabido nada de la convención y tampoco de su proceso de implementación local.
Con esa perspectiva, numerosas ONG femeninas decidieron durante la INCD7 formar un «núcleo de mujeres» con mandato para esclarecer problemas de género e integrar programas femeninos en el proceso de la UNCCD en todos los niveles, así como facilitar cualquier información e intercambio de programas.
La INCD, un acrónimo de Comisión Negociadora Intergubernamental sobre Desertificación, fue establecida en 1993 como organismo subsidiario de la Asamblea General de la ONU con mandato para negociar la convención.
La INCD realizó 10 reuniones y organizó la primera sesión de la COP1, completando su labor en agosto de 1997. Representantes de la CCD han jugado un importante papel para llamar la atención sobre los temas y reforzar la contribución femenina a los Programas Nacionales de Acción.
Pese a las dificultades financieras, más de 80 informes fueron presentados por países afectados a la consideración del COP4.
La importancia de la sociedad civil fue destacada tambien por Juergen Gliese, de la ONG alemana Foro, un Grupo de Trabajo sobre Desertización que representa a organizaciones similares en distintas partes del mundo.
Gliese lamentó que la sociedad civil no fuera tenida más en cuenta en el diseño e implementación de programas nacionales de acción, si bien las partes en esta convención han aceptado la obligación de integrar plenamente la sociedad civil en los objetivos de la convención. (FIN/IPS/trad-eng/raj/da/ego/en-dv/00