Los países de Africa austral negocian un pacto militar a ejemplo de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), con la finalidad de prevenir y resolver conflictos en el continente.
La OTAN, pacto de defensa entre Estados Unidos, Canadá y la mayoría de los países de Europa occidental, fue diseñado hace 50 años para impedir una guerra al representar un poder disuasivo creíble. Su credo es que un ataque contra uno de sus miembros equivale a un ataque contra todos.
Una organización comandada por la Comunidad para el Desarrollo de Africa Austral (SADC) incluiría una fuerza regional permanente de mantenimiento de la paz a ser desplegada a modo de prevención y para la distribución de ayuda humanitaria.
Los ministros de Defensa de la SADC echaron los cimientos de un pacto por el estilo reunidos en Harare dos semanas atrás. «La idea es que los países que firmen el acuerdo se comprometan a no atacarse unos a otros», dijo el ministro sudafricano Mosioua Lekota.
Además, los integrantes del SADC (Angola, Botswana, Lesotho, Malawi, Mauricio, Mozambique, Namibia, República Democrátic de Congo, Seychelles, Sudáfrica, Swazilandia, Tanzania, Zambia y Zimbabwe) se ayudarían a impedir que conflictos potenciales se desaten.
«Este acuerdo satisfaría la necesidad de todos los países de la SADC de contar con su propia fuerza militar. Cada país se concentraría en determinadas áreas particulares, que luego se volcarían en la fuerza conjunta», explicó Lekota.
La SADC tiene un acuerdo de libre comercio que entró en vigor el pasado 1 de septiembre, cuyo objetivo es la eliminación total de aranceles en esta región en un plazo de 12 años.
Los ministros de Defensa del bloque se reunieron otra vez esta semana en Pretoria para explorar las posibilidades del futuro pacto militar y para buscar una solución al conflicto en la República Democrática de Congo.
Al parecer, una fuerza de mantenimiento de la paz en ese país compuesta por militares de diferentes países de la SADC se convertirá en el esqueleto de una fuerza regional.
El conflicto en la República Democrática de Congo ingresó en su tercer año sin que se vislumbre un final, a pesar del acuerdo de paz firmado en julio de 1999. El último cese del fuego entró en vigor el 14 de abril pasado, pero los dos bandos en pugna lo han violado.
Las fuerzas del presidente de la República Democrática de Congo, Laurent Kabila, son respaldadas por Angola, Namibia y Zimbabwe, que integran la SADC, mientras los tres grupos rebeldes reciben ayuda de Ruanda y Uganda, ajenos a ese bloque.
Los opositores, asistidos por soldados ruandeses y ugandeses, controlan de forma parcial la mitad del territorio de la República Democrática del Congo, en el norte, centro y este del país.
Lekota dijo que el principal problema en el conflicto es que los combatientes siguen armados. El acuerdo impone el desarme, pero no establece cómo.
El ministro sudafricano dijo que su país es fundamental para que el proceso de paz en la República Democrática de Congo se reanude. «Preveo pasos drásticos en la SADC antes de fin de año para solucionar el conflicto», dijo.
Sudáfrica y Nigeria ofrecieron tropas a una fuerza de mantenimiento de la paz auspiciada por la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
La fuerza incluiría 500 observadores militares y 5.000 soldados de apoyo, y tendría la misión de controlar el cese del fuego y el repliegue de los combatientes.
Siphiwe Nyanda, jefe de la Fuerza de Defensa Nacional sudafricana, dijo que soldados de su país se integrarían a una misión de paz en la República Democrática de Congo.
El gobierno de Sudáfrica aprobó en junio la participación, sin armas, de 165 soldados especializados en la misión de la ONU. (FIN/IPS/tra-eng/wd/sm/mj/ip/00