El nuevo gobierno de Somalia inició una campaña para mejorar la imagen del país en el exterior, luego de diez años de una cruenta guerra civil, pero tiene grandes dificultades para afianzar su poder dentro del territorio.
Las principales autoridades de gobierno viajaron a las naciones limítrofes para presentar a Somalia como un país que lucha por retomar el camino de la paz y del progreso, luego de una década de derramamiento de sangre y caos.
Pero en lo interno, Mogadiscio enfrenta grandes dificultades para dominar a las facciones separatistas que forman dos «gobiernos» en el norte del territorio.
«Queremos anunciarles que Somalia ha vuelto a la normalidad», dijo el primer ministro Ali Khalif Galer durante su visita a Kenia.
Estos «son grupos no organizados que desafían al nuevo gobierno. Son jóvenes que todavía buscan problemas y que no tienen otra fuente de recursos que el uso de las armas», agregó cuando arribó al aeropuerto de Nairobi.
Así mismo, otra delegación oficial somalí, que ya estuvo en Etiopía, tiene previsto pasar por Yemen, el mayor socio comercial de Somalia. Allí se unirá a la campaña el presidente somalí Abiqassim Salad Hassan.
Se espera que en las conversaciones con las autoridades de Yemen, el gobierno se asegure el apoyo de los líderes de la principal facción, Hussein Aideed y Osman Ali Ato, que todavía no han reconocido a los nuevos gobernantes.
El canciller somalí Harreh Aduba visitó Adis Abeba para acabar con los «recelos» entre los dos países y para prometer que su gobierno hará todo lo que pueda para desarticular a todos los grupos empeñados en desestibilizar la frontera con Etiopía.
«Dialogamos sobre aspectos que preocupan a ambos países y coincidimos en todos los puntos», afirmó el canciller.
Desde 1970 las naciones limítrofes con Somalia se sienten amenazadas por las ambiciones del Mogadiscio de crear una «gran Somalia», ocupando territorios de Kenia, Djibouti y Etiopía.
Pero el Estado de Somalia se desmoronó en 1991, luego del derrocamiento del presidente Siad Barre, dividiendo al país en feudos controlados por jefes guerrilleros. La parte sur del país fue escenario de grandes combates entre facciones rivales que buscan controlar áreas con importantes recursos económicos.
El establecimiento de un nuevo gobierno durante un encuentro entre los distintos clanes, celebrado en Djibouti, significó un alivio para los países límitrofes de Somalia, afectados por su inestabilidad.
El gobierno de Kenia, que sufrió la introducción ilegal de armas pequeñas a su territorio a través de Somalia, reconoció de inmediato al nuevo gobierno en Mogadiscio.
Delegados somalíes se entrevistaron la semana pasada en Nairobi con expertos, donantes y agencias de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para analizar la desmovilización de miles de milicianos y su reintegración a la sociedad.
El taller «Programas de Desmovilización y Reintegración en Somalia», presentó exitosos casos de desmovilización en otros países africanos, como Angola, Mozambique, Sudáfrica y Zimbabwe.
«Es la primera vez que nosotros, como una comunidad internacional, nos hemos sentado a escuchar experiencias concretas de la propia gente», dijo Jeremy Brickhill, organizador del taller en representación de la ONU.
Existen al menos cinco grupos de milicias identificados que operan en Somalia, entre ellos algunos que se dedican a actividades criminales como robos y secuestros.
«Estos son los hombres a los que tenemos que alcanzar. Si pueden ser llevados de nuevo a sus comunidades e integrarse de forma productiva, Somalia se convertirá en un país más seguro y más próspero», sostuvo Brickhill.
Pero la tarea no es para nada fácil, como dijo el coordinador humanitario para Somalia de la ONU, Rudolf Kent. «Tenemos una gran oportunidad para apoyar la reconciliación y la paz en Somalia, pero se trata de un trabajo sumamente difícil», señaló.
«Es tiempo que los amigos internacionales de Somalia apoyen su lucha para que alcance la paz», agregó.
Se espera que la regional Autoridad Intergubernamental para la Sequía, que se ha preocupado por la situación en Somalia, declare su apoyo al nuevo gobierno durante un encuentro la semana próxima en Jartum, Sudán. (FIN/IPS/tra-en/ja/da/rp/aq/ip/00