El ingreso a Kenia de 137 ugandeses para participar de una conferencia por la paz reveló las grandes fallas en los sistemas de control fronterizo de este país para evitar la propagación del mortal mal de Ebola.
El gobierno de Kenia decidió expulsar a los ugandeses, que lograron burlar todos los controles de la frontera a pesar de la norma vigente que prohíbe el ingreso de todos los extranjeros procedentes de zonas infectadas por el virus.
Las autoridades de gobierno, en su defensa, argumentaron que los ugandeses, dos de los cuales habían concurrido a entierros de víctimas del mal de Ebola, dieron información falsa sobre su lugar de origen cuando fueron interrogados.
«Constatamos que también burlaron los controles de las autoridades sanitarias de Uganda», señaló el ministro de Servicios Médicos de Kenia, Amoukowa Anangwe, durante una conferencia de prensa realizada el fin de semana.
La decisión de deportar a los ugandeses fue tomada luego de una reunión especial entre autoridades de los ministerios de Salud y de Seguridad. Anangwe se amparó en la Ley de Salud para ordenar la deportación.
La mayoría de los expulsados pertenecían al norteño distrito ugandés de Gulu, donde se produjo un brote del virus de Ebola hace un mes y donde el rebelde Ejército de la Resistencia del Señor (LRA) combate contra las fuerzas del presidente Yoweri Museveni.
Los delegados, que se albergaron en un hotel turístico de Nairobi, concurrían a un «kachoke madit», mesa de diálogo entre tribus ugandesas involucradas en el conflicto de la región norte del país.
De los 137 delegados, 63 eran de Gulu y 42 de Kitgum, ambas regiones afectadas por el mal de Ebola, según Anangwe. Pero ninguno de ellos mostró síntomas de la enfermedad, según las autoridades sanitarias.
Estaba previsto que la mesa de diálogo fuera realizada en el balneario de Arusha, en el norte de Tanzania, pero fue cancelada a último momento ante el temor de las autoridades de ese país por la posible propagación de la enfermedad.
El ministro de Seguridad de Kenia, Marsden Madoka, dijo que su oficina investigaba cómo la conferencia fue organizada en este país sin que las autoridades fueran informadas.
El miedo de que el virus pueda propagarse a los países limítrofes ha crecido desde que se produjo el brote en Gulu. Kenia y Tanzania establecieron unidades de vigilancia en la frontera para intensificar los controles, aunque hasta ahora no se ha registrado ningún caso de la enfermedad en esos países.
En Kenia, tres familias permanecen en cuarentena luego de haber viajado a Uganda para concurrir al entierro de víctimas del ébola, eludiendo todos los puestos de frontera, informó Anangwe.
«Dentro de las 24 horas de haber sido notificado el hecho, el ministerio, en coordinación con la administración provincial y la policía, ordenó que las familias fueran puestas en cuarentena en sus hogares», indicó.
El gobierno exhortó a todos los keniatas a no concurrir a funerales de víctimas del mal de Ebola y en particular a los habitantes de la frontera a mantener informadas a las autoridades locales sobre la visita de extranjeros.
La policía arrestó la semana pasada a una persona que huía de las autoridades luego de haber concurrido al entierro de un pariente que murió en Uganda afectado por el virus.
Las autoridades sanitarias de Busia, una ciudad próxima a la frontera con Uganda, dijeron que el «sospechoso» no mostraba síntomas de la enfermedad.
El gobierno señaló que trabaja en forma coordinada con su par de Uganda para contener la propagación del virus mortal, que ya acabó con la vida de 150 ugandeses.
Mientras, se lleva a cabo una campaña publicitaria que exhorta a los ciudadanos a no mantener contacto con personas infectadas.
Las autoridades sanitarias de Uganda luchan por contener la enfermedad mediante el rastreo de las personas que transitan por los distritos afectados para concurrir a entierros de las víctimas. Muchos de los casos ocurrieron en las sureñas localidades de Masindi y Mbarara.
Se teme que la propagación de la enfermedad, desde el norte hasta la región agrícola de Mbarara, termine por amenazar a todo el país y deteriore la economía.
El mal de Ebola es una de las fiebres hemorrágicas más peligrosas ya que en setenta por ciento de los casos provoca la muerte por licuación de los órganos.
Es provocada por un virus y se propaga a través del contacto con sangre infectada y fluidos corporales. Algunos de sus síntomas son fiebre, dolores musculares, vómitos, diarrea y derrames internos.
El primer caso de ébola fue reportado en 1976, en Zaire. Desde entonces se han registrado varios brotes en Africa central, incluyendo Congo y Gabon, en la sureña Sudán y en Uganda. (FIN/IPS/tra-en/ja/da/rp/aq/he/00