El gobierno de Vicente Fox defenderá los derechos de los emigrantes mexicanos que buscan trabajo y fortuna en Estados Unidos, anunció Ernesto Ruffo, quien este viernes asumirá el puesto de comisionado para la Frontera Norte.
México jamás frenará por la fuerza la emigración a Estados Unidos, aunque lo pida Washington, pero sí lo intentará equiparando su desarrollo con el país vecino, dijo Ruffo el miércoles a corresponsales extranjeros.
«No se usará la policía ni la fuerza para evitar la emigración» aunque Estados Unidos lo solicite, «pues en México no hay impedimento para dejar el país o moverse dentro de él», declaró Ruffo, llamado por el propio Fox «zar de la frontera norte»
Cada año, miles de personas de origen mexicano y de otros países de América Latina intentan cruzar por diversos puntos la frontera de 3.200 kilómetros que separa este país de Estados Unidos.
Muchos lo logran, pero otros sufren abusos a manos de funcionarios de los dos países y son deportados. Unos 350 mueren en el intento cada año.
El gobierno impulsará el desarrollo integral de este país con la idea de que en 20 o 30 años se pueda, como pretende Fox, abrir la frontera con Estados Unidos, cuyo poder económico y calidad de vida es ahora muy superior a los de México, apuntó Ruffo.
El comisionado tiene como encargo impulsar el desarrollo de la zona, velar por los derechos de quienes deseen emigrar, advertirles de los riesgos, combatir las redes de traficantes de indocumentados y de otros grupos de delincuentes.
Junto con otro comisionado, que trabajará en territorio estadounidense para que los derechos de los inmigrantes se respeten, Fox promete atender un problema que origina continuos roces con Washington.
Estados Unidos exigió en tono enérgico y en reiteradas ocasiones a México mayores controles en la frontera para evitar la inmigración ilegal.
Ruffo buscará diálogo y acuerdos con gobernadores y alcaldes del sur de Estados Unidos para convertir la frontera en una región de prosperidad promoviendo su desarrollo integral y para garantizar los derechos humanos de todos sus habitantes, dijo.
Veinticinco condados estadounidenses colindan con 35 municipios mexicanos. Hasta 400 millones cruces de frontera se registran cada año. La población de los estados fronterizos suma unos 65 millones de habitantes, según diversos estudios.
Los contrastes de desarrollo entre México y Estados Unidos son marcados. En algunas ciudades mexicanas del norte, la cobertura de vivienda es inferior a 70 por ciento y en otras los servicios de drenaje no llegan ni a 50 por ciento, indicó Ruffo.
El Estado tiene poco dinero para atender esos problemas, pero hay interés de algunas empresas y organismos privados en ayudar y eso será aprovechado, explicó.
Ruffo solicitó al futuro gobierno un presupuesto de 4,5 millones de dólares, que le permitirán establecer tres oficinas en diversos puntos de la frontera y una coordinación en la capital.
Aunque sufre problemas relacionados a la emigración y el narcotráfico, el norte de México goza de un crecimiento económico de ocho por ciento anual, un punto porcentual más que el nacional previsto para este año.
La presencia de maquiladoras, firmas que ensamblan productos con insumos extranjeros, generó un desarrollo acelerado e la zona, que, sin embargo, no desembocó en mayor seguridad pública o freno a la emigración, reconocen las autoridades del gobierno saliente de Ernesto Zedillo.
Ruffo, ex gobernador de una estado fronterizo con Estados Unidos, dijo que la relación con Estados Unidos en materia migratoria ha sido por momentos «lenta y muy protocolaria», una situación que procurará cambiar.
El norte de México y el sur de Estados Unidos deben ser considerados como una sola región, y con esa visión hay que trabajar, añadió.
«De ninguna forma» el gobierno de Fox va a frenar la decisión de quienes traten de ingresar a Estados Unidos. Lo que se hará es advertirles los riesgos.
La emigración a Estados Unidos no tiene freno y ni una mejora económica en México lo detendrá, pues existe una red de relaciones familiares y comunitarias ya establecida, advirtió en 1999 el estatal Consejo Nacional de Población.
Más de 315.000 indocumentados mexicanos desafían cada año los controles migratorios, ingresan a Estados Unidos y encuentran trabajo.
Se calcula que en Estados Unidos viven ocho millones de mexicanos de nacimiento, de los cuales 2,5 permanecen allí de forma ilegal, lo que les convierte en objeto de toda clase de abusos.
En conjunto, los mexicanos de nacimiento y sus descendientes suman casi 21 millones, y cada año envían 6.000 millones de dólares a México. Parte de ese dinero debería canalizarse en proyectos de desarrollo, propuso Fox. (FIN/IPS/dc/mj/ip pr/00
