(Arte y Cultura) VENEZUELA: Una caricatura y el poder

Pedro León Zapata publica una caricatura cada día desde hace más de 40 años en un importante diario de la capital de Venezuela. El artista las consideraba inofensivas, pero una polémica con el presidente Hugo Chávez vino a demostrar lo contrario.

«Aclárame esto, Zapata: tu piensas así o te pagan para que opines así», le preguntó el presidente en una cadena nacional de radio y televisión, después de que una caricatura criticara la militarización a propósito de un debate sobre la sociedad civil.

Zapata, un reconocido artista plástico y muralista que estudió en México en los años 50, tiene permanente presencia en la opinión pública venezolana debido a sus «Zapatazos», que cada día aparecen en el diario caraqueño El Nacional.

La caricatura que molestó a Chávez, ilustrada con un sable, decía: «A mí me gusta la sociedad civil firme y a discreción».

Aunque no se refería directamente al presidente, apareció en medio de un fuerte debate sobre el papel de la sociedad civil y de cómo sus organizaciones deben participar en el proceso de selección del Poder Ciudadano (Fiscalía, Defensoría del Pueblo, Contraloría, autoridades electorales).

El dibujante y humorista dijo que es la primera vez que una caricatura suya molesta tanto a un gobernante, pese a que durante más de cuatro décadas ha hecho humor a costa de seis presidentes y sus respectivos gobiernos.

«Esta es la primera vez que me ocurre y me ha permitido darme cuenta que la caricatura sirve de algo, que la caricatura además de causar molestias puede ir más allá», comentó.

Zapata atribuyó el hecho de que nunca antes se le reprendiera por un dibujo a que los jefes de Estado «saben perfectamente que eso no hace daño y que más daño hace un político sin caricatura, un político no llega a ninguna parte sin caricatura».

Pero si una caricatura no tiene el poder de derribar a un gobierno, su reacción «ante una caricatura sí puede tumbarlo», afirmó el artista.

El reclamo de Chávez, hecho el 20 de octubre en una cadena nacional de radio y televisión, provocó una oleada de artículos de prensa y programas de radio y televisión, que revelaron el consenso existente en torno a la independencia de Zapata y a su destacada labor como creador.

«En sus cuatro décadas de caricaturas resplandecen los atributos más cabales y respetables del intelectual probo: una independencia absoluta respecto del poder, una crítica permanente de las ideas manidas», comentó el escritor Ibsen Martínez.

En un largo artículo de prensa que dedicó al presidente, Martínez le sugiere que le pida excusas a Zapata. Esto «no disminuiría en nada el predicamento de que goza, no solamente entre las masas venezolanas, sino entre muchos hombres y mujeres de ideas». Chávez no reaccionó.

«Para ser Pedro León Zapata no hay precio. Zapata no tiene precio, goza sí de general admiración», apuntó El Nacional en un editorial en respuesta a Chávez.

En medio del debate, el artista sacó nuevamente a relucir su ingenio cuando le preguntó al presidente cuánto había recibido para hacerle tanta publicidad.

Según Zapata, el presidente venezolano hizo uso del derecho a réplica con su intervención en cadena nacional, pero reiteró su rechazo a la idea de que recibe dinero para darle determinado enfoque a sus creaciones.

«Sentí que esa era la expresión de lo que quiero imaginarme que en los cuarteles piensan de la gente que piensa: que la gente piensa porque le pagan. No que piensan porque les interesa la patria, hay quien cree que la patria es propiedad exclusiva de los cuarteles», comentó. (FIN/IPS/ac/ag/cr/00

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