(Arte y Cultura) EEUU: Raza y política chocan en controvertida historieta

El artista negro Aaron McGruder dibuja como un japonés y escribe como un revolucionario de Harlem. Esa es, quizás, la mejor manera de describir su tira cómica de marcado tinte sociopolítico llamada «The Boondocks».

Boondocks, que significa «en medio de ninguna parte», sigue las vidas de dos niños negros con conciencia social llamados Huey y Riley, que viven en un pueblo mayoritariamente blanco.

The Boondocks surgió en Internet en 1996 y hace poco fue adoptada por grandes diarios estadounidenses, como el Boston Globe.

La popularidad de Boondocks radica en la mezcla de diseño japonés (los personajes tienen cabelleras en punta y ojos grandes) con la cultura hip-hop, consistente en su música, lenguaje, celebridades y actitudes.

La tira, la más reciente de gran circulación por un artista negro, se agrega a la lenta pero creciente lista de dibujantes negros en los medios estadounidenses. Pero The Boondocks es la más controvertida y politizada de todas.

McGruder no lo piensa dos veces al ensañarse con grandes compañías negras de medios como Black Entertainment Network (BET) y sus personajes han atacado verbalmente a George W. Bush, el gobernador de Texas que aspira a la Casa Blanca.

Huey y Riley, los hermanos protagonistas de la tira, jamás sonríen. Son dos escolares enojados con el Estados Unidos blanco y preocupados por el Estados Unidos negro.

El elenco incluye a Cindy, una niña blanca, rubia y de mirada curiosa que ama a las estrellas de la música rap, y a César, el compinche que quiere ser rapero.

McGruder dijo que los dos protagonistas nunca sonríen porque «Huey está demasiado ocupado con las hipocresías del mundo. Riley tampoco sonríe pero puede esbozar una mueca si hace algo particularmente tiránico».

Los demás personajes son alegres y despreocupados, un poco más «aniñados», apuntó.

Los hermanos viven con el abuelo y los padres rara vez se mencionan. McGruder quiere mantener la vida familiar de los dos chicos en secreto, por ahora, según dijo.

Uno de los personajes es un disc jockey japonés llamado Hiro Otomo, que sólo se expresa mediante la música, y otra es una mulata llamada Jazmine DuBois, que es la simiente para la sátira birracial. Pero los admiradores de la tira piden la incorporación de más personajes raperos blancos, hispanos o filipinos.

McGruder explicó que no desea convertir a The Boondocks en una galería de minorías y raperos. «La tira pretende ser una observación inteligente de las relaciones entre blancos y negros, y también de los negros entre sí», dijo.

«Eso es sólo porque tengo la experiencia de una vida en esos campos y para reírse con inteligencia y eficacia de algo tan explosivo como las relaciones raciales se requiere un profundo conocimiento de las sutilezas y detalles de la dinámica racial, sin hablar de la línea entre el humor y el insulto», dijo.

Sin embargo, a McGruder no le preocupa ofender a sectores de la sociedad. En una tira, Huey calificó a Bush del «mayor tonto viviente». Huey es partidario del candidato verde Ralph Nader.

Una de las tiras más controvertidas fue un ataque contra BET que realizó en enero. McGruder, al dibujar el trasero de una mujer negra, criticó a la organización por considerarse la defensora de la comunidad afroestadounidense.

BET atacó a McGruder en el diario Washington Post y éste respondió. «BET es mala para los negros en su totalidad. Nos explota, rebaja e insulta», dijo el artista de 25 años.

«Durante tres semanas Aaron fue casi tan popular como Bill Cosby. La gente lo apoyaba o pedía su cabeza», comentó el dibujante Jerry Craft, autor de la tira Mama's Boyz.

Los diarios Chicago Tribune y Washington Post censuraron varias tiras de Boondocks por considerarlas «material inadecuado». Una de ellas se refería a las drogas.

«Por alguna razón los dibujantes tocan una cuerda de la gente que los lee, y algunos prefieren quejarse de tu tira cómica antes de enviar una carta a su congresista por algo mucho más importante», dijo Craft.

«Los lectores negros son difíciles porque hay tan pocos vehículos que nos representan que sentimos que los que existen deben representar a toda la experiencia afroestadounidense», agregó Craft.

«Sin embargo, no hay una sola experiencia afroestadounidense. En los años 80 la gente negra decía que The Cosby Show no era representativo porque trataba sobre un médico y una abogada. En los 70 criticaron a los programas porque nos mostraban a todos viviendo en barrios marginales», señaló.

The Cosby Show, actuado por el comediante Bill Cosby, estuvo a la cabeza de los programas televisados en Estados Unidos durante gran parte de los años 80.

«Amo a los negros y me duele cuando se sienten ofendidos por mi labor, pero al mismo tiempo no puedo dar lecciones para que 30 millones de negros disfruten de la sátira», dijo McGruder.

Los diarios les abrieron la puerta a los artistas negros de tiras cómicas cuando Morrie Turner publicó «We Pals», hace más de 30 años, pero esta no se abrió mucho.

Otras tiras diarias como «Jumpstart», de Rob Armstrong, y «Curtis» de Ray Billingsley, compiten a menudo unas con otras para ser levantadas en los periódicos.

La verdad es que los diarios publicarán cuatro o más historietas acerca de familias suburbanas blancas pero una sola de familias negras.

«Los gatos están mejor representados en las tiras cómicas que la gente negra», comentó desde California el dibujante de «K- Chronicles», Keith Knight. (FIN/IPS/tra-en/kr/da/ego/aq/cr/00

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