La X Cumbre Iberoamericana, que reúne en esta capital a 23 gobernantes de 21 países, se celebra este viernes en un ambiente de contrastes y con el peso social de 40 millones de niños pobres de la calle.
Los dirigentes políticos de América Latina, España y Portugal, que se reúnen anualmente desde 1991, tendrán como tema central por primera vez en la historia de las cumbres iberoamericanas el futuro de la niñez y la adolescencia.
En contraste, 13 lujosos automóviles Cadillac, adquiridos por el gobierno anfitrión de Mireya Moscoso, conducirán a los mandatarios, que firmarán una declaración de buenos propósitos en temas de cooperación, educación y desarrollo.
En la cumbre participarán los presidentes Fernando de la Rúa (Argentina), Hugo Bánzer (Bolivia), Fernando Henrique Cardoso (Brasil), Andrés Pastrana (Colombia), Miguel Angel Rodríguez (Costa Rica), Fidel Castro (Cuba), Ricardo Lagos (Chile) y Gustavo Noboa (Ecuador).
También asistirán Francisco Flores (El Salvador), Alfonso Portillo (Guatemala), Carlos Flores (Honduras), Ernesto Zedillo (México), Arnoldo Alemán (Nicaragua), Luis González Macchi (Paraguay), Alberto Fujimori (Perú), Hipólito Mejía (República Dominicana), Jorge Batlle (Uruguay) y Hugo Chávez (Venezuela).
España estará representada por el rey Juan Carlos y el jefe del gobierno, José María Aznar, y Portugal por el presidente Jose Fernando Branco de Sampaio y el primer ministro Antonio Guterrez.
Esta cumbre, cuyo lema es «Unidos por la Niñez y la Adolescencia, base de la justicia y la equidad en el nuevo milenio», ha tenido un trabajo especial de investigación y apoyo del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).
El viceministro de Relaciones Exteriores del país anfitrión, Harmodio Arias, informó que los jefes de Estado y de gobierno signatarios de la Declaración de Panamá se comprometerá a luchar por un mejoramiento en la atención médica y las oportunidades educativas para los 200 millones de niños y jóvenes de la región.
Arias dijo que los diplomáticos iberoamericanos coincidieron en la necesidad de dar mayor acceso a los niños a nuevas tecnologías de comunicación como Internet.
Analistas latinoamericanos han enfatizado, sin embargo, que a pesar de estas buenas intenciones hace falta un mayor impulso a los compromisos para poder resolver la enorme problemática que hoy viven los niños latinoamericanos, españoles y portugueses.
Según un estudio del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y Unicef, en América Latina existen actualmente más de 40 millones de niños y niñas que viven o trabajan en las calles.
Este panorama se extiende con distintos matices a lo largo de la región. En México, por ejemplo, el gobierno estima en dos millones los niños que deambulan por las ciudades en busca de su sustento.
En Brasil, la Organización Mundial de la Salud (OMS) calcula que hay actualmente siete millones de niños abandonados y diversos estudios alertan sobre los problemas que viven los menores de Colombia, donde además de la pobreza sufren la violencia del conflicto armado interno.
Casa Alianza, una organización no gubernamental que trabaja por la infancia en América Latina, considera que los gobiernos de la región son indiferentes ante estos problemas.
«Los gobernantes lo que quieren es dejar puentes y edificios con su nombre para resolver problemas de corto plazo, que luego resultan obras mal construidas. Lo que deberían hacer es invertir a largo plazo en sus niños y jóvenes», dijo a IPS el director de Casa Alianza, Bruce Harris.
Harris destaca que el problema de la infancia y la juventud en América Latina tiene su raíz en las políticas estatales, que cierran las oportunidades educativas, económicas y de salud para sus futuros ciudadanos.
El informe el Estado Mundial de la Infancia 2000, de Unicef, destacó que uno de los mayores desafíos que enfrentan los gobiernos es precisamente garantizar una vida saludable para los menores y reportó que cada día 8.500 niños, niñas y jóvenes de todo el mundo son infectados con el virus del sida.
Con motivo de la cumbre, Unicef dio a conocer una encuesta realizada denominada «Voz de los niños, niñas y adolescentes de Iberoamérica».
Según esta encuesta, el 59 por ciento de los menores iberoamericanos no confía en el presidente de su país, mientras que el 80 por ciento cree en sus profesores y el 86 por ciento tiene confianza en la Iglesia.
El ministro de Relaciones Exteriores de Panamá, José Miguel Alemán, manifestó que uno de los elementos más importantes de la cumbre es crear mecanismos de seguimiento para comprobar el cumplimiento de los compromisos.
Las cumbres iberoamericanas comenzaron en la década del 90 con el propósito de reunir a los gobernantes en un foro de reflexión y concertación política. La primera se realizó en 1991 en Guadalajara (México) y el año próximo tendrá lugar en Perú.
Las cumbres anteriores centraron su atención en temas como la integración, el desarrollo social, el comercio, la educación, la gobernabilidad, los valores éticos, los desafíos de la globalización y la situación financiera internacional. (FIN/IPS/nms/ag/ip dv/00
