AMERICA LATINA: Más productividad, menos empleo

Los cambios estructurales de corte neoliberal introducidos en América Latina en las dos últimas décadas aumentaron la productividad laboral en la industria, pero al mismo tiempo redujeron notablemente el empleo, de acuerdo con un estudio difundido hoy por la Cepal.

El fenómeno de aumento de la productividad se expresa sobre todo en Argentina, Colombia, México y, en menor medida, en Brasil, mientras que no se registran cambios importantes en Chile y en Costa Rica, según el informe de Cepal (Comisión Económica para América Latina y el Caribe).

Jorge Katz, director de la División de Desarrollo Productivo y Empresarial de la Cepal, una agencia de la Organización de Naciones Unidas con sede en Santiago de Chile, es el autor de este estudio, que forma parte del proyecto «Crecimiento, empleo y equidad», apoyado por la Agencia Holandesa de Cooperación Externa.

La investigación se realiza en nueve países latinoamericanos con el fin de evaluar el impacto de las profundas reformas económicas que se generalizaron en la región a partir de los años 80, que redujeron el papel del Estado y promovieron una fuerte apertura externa junto a medidas de disciplina fiscal.

El estudio dirigido por Katz, un economista chileno, analiza los cambios en 27 ramas industriales de Argentina, Brasil, Chile, Colombia y México entre 1970 y 1996 y compara el incremento logrado de productividad laboral con el de industrias similares de Estados Unidos.

«La productividad laboral relativa promedio ha emergido desde un nivel de 30 por ciento de la de Estados Unidos a comienzos de los años 70, llegando a 50-60 por ciento en los 90», de acuerdo con la investigación.

Los sectores industriales de Argentina, Colombia y México, y en menor medida Brasil, muestran un mejor desempeño de largo plazo. En Argentina, el incremento de la productividad laboral se produjo a comienzos de los años 90, mientras que en México tuvo lugar hacia fines de la década.

En Chile, el quinto país analizado, no hubo cambios sustantivos de la productividad laboral, comparada con la de Estados Unidos.

Otras investigaciones del mismo proyecto de Cepal y la Cooperación Holandesa indican que tampoco hay cambios en lo que respecta a Costa Rica, mientras que en Jamaica, Perú y Uruguay la productividad laboral tendió a deteriorarse en la comparación con los índices estadounidenses.

El incremento promedio de productividad laboral en la región tiene como contrapartida la disminución del empleo, una consecuencia de los cambios propiciados en el sector industrial por las reformas neoliberales.

En los últimos 20 años, el énfasis de la industria se desplazo al procesamiento de recursos naturales y a la maquila (ensamblaje de productos con insumos importados), abandonando ramas intensivas en mano de obra e ingeniería, como la manufactura de calzado, textiles, máquinas y herramientas, señala Cepal.

En Chile, Argentina y en alguna medida en Brasil, se privilegió la producción de «commodities» (materias primas) industriales de uso difundido y de gran demanda internacional, como aceite vegetal, harina de pescado, pulpa de celulosa y papel, hierro, acero y aluminio.

«Las compañías latinoamericanas, en su mayoría grandes conglomerados de capital nacional, actúan como tomadoras de precios en mercados mundiales altamente competitivos, con márgenes unitarios de utilidad muy bajos», señala el informe.

Agrega que «las fábricas que manufacturan estos productos (en Chile, Argentina y Brasil) son muy intensivas en capital, automatizadas y tecnológicamente avanzadas, por lo que generan poco empleo. A excepción de Brasil, en los otros países la mayor parte de los equipos viene del exterior».

Las reformas liberales introducidas en México y en algunos países centroamericanos estimularon hacia fines de los 90 la creación de plantas de ensamblaje (maquiladoras), lo cual se vio alentado por los bajos salarios locales, que son un décimo de los de Estados Unidos, indica el informe.

Las maquiladoras usan tecnología moderna para producir bienes avanzados, como computadoras, equipos de video y televisores, además de vestuario. Su tecnología, logística e ingeniería proceden casi en su totalidad de compañías estadounidenses, japonesas y sudcoreanas.

«El lado latinoamericano de la operación (de ensamblaje) no produce gran valor agregado», subraya el informe de Cepal.

Los cambios estructurales disminuyeron abruptamente la integración vertical en el sector industrial latinoamericano e incrementaron su dependencia externa. «Muchas compañías operan ahora en línea con sus proveedores internacionales de tecnología y con sus licenciadores de procesos, y recurren a menos esfuerzos locales y de ingeniería».

«Como resultado -advierte Cepal- aumentó la dependencia de la región en bienes de capital externos y tecnología». La privatización de empresas del Estado, promovida por la inserción en la economía neoliberal, reforzó esta tendencia.

«La nueva estructura de producción encuentra grandes dificultades para generar nuevos empleos, sin mencionar nuevos empleos bien remunerados en sectores de elevada productividad. Aquellos que se han creado son precarios y, en su mayor parte, están en sectores de servicios de baja productividad», señala el informe.

Según el último balance de la economía regional, presentado por Cepal en agosto, el desempleo urbano fue en promedio de 8,7 por ciento en 1999, la tasa más alta en América Latina desde la crisis de comienzos de los años 80, que fue el preámbulo de las reformas neoliberales.

Para este año, Cepal espera una mínima disminución del desempleo, que en promedio se ubicará en 8,5 por ciento de la población económicamente activa. (FIN/IPS/ggr/ff/if lb/00

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