Decenas de universitarios se agolpan a las puertas del Ministerio de Relaciones Exteriores de Venezuela para legalizar sus documentos, lo que refleja un proceso de emigración de la clase media sin precedentes en este país petrolero.
Esta presencia de personas que van a legalizar sus títulos universitarios a primera hora de la mañana para irse del país es cotidiana en la esquina de Carmelitas, en pleno centro de Caracas, donde se encuentra la sede de la cancillería.
La oleada migratoria no tiene precedentes en la historia de Venezuela, un país que tradicionalmente se caracterizó por la recepción de extranjeros, un fenómeno que decayó paralelamente a la merma de los ingresos petroleros y a la severa crisis económica que vive el país.
La mayoría de estos profesionales de Venezuela emigra en busca de «mejores oportunidades profesionales, mejor calidad de vida, mayores ingresos personales y la realización de estudios de posgrado», según diversos testimonios personales.
«He estado todo un año buscando trabajo, decidí que para dedicarme a manejar un taxi o hacer otras labores, mejor lo hacía en Estados Unidos y allí, eventualmente conseguir un trabajo profesional», dijo a IPS un joven graduado en Estudios Internacionales quien prefirió no dar su nombre.
Este profesional realizó los diferentes pasos para legalizar su título universitario con la esperanza de probar suerte en Nueva York.
Sin embargo, el destino preferido para este nuevo flujo migratorio es el sur del estado de Florida, en Estados Unidos.
Consultado telefónicamente por IPS, el consulado de Venezuela en Miami dijo no contar con cifras sobre el fenómeno. Pero extraoficialmente se calcula que entre 150.000 y 200.000 venezolanos residen en los condados de Miami y Broward.
Según Oswaldo Muñoz, presidente de la Fundación Nacional Venezolana Americana, el 65 por ciento de los que arriban son profesionales.
La mayoría de venezolanos viajan a Estados Unidos con visa de turista, en búsqueda de oportunidades que muchas veces pasan inicialmente por el trabajo en el área de servicios, mientras conservan la expectativa de legalizar su situación y estabilizarse laboralmente.
El abogado Michael Feldenkrais, experto en temas migratorios, estima que «sólo el 25 por ciento de la comunidad venezolana está en condiciones de ilegalidad», lo cual representa una de las más bajas entre las comunidades de origen latinoamericano.
Por otra parte, una investigación dada a conocer el domingo 8 por el diario El Universal determinó que la edad promedio de los emigrantes venezolanos a Estados Unidos es de 25 años, mientras que el 55 por ciento son mujeres.
Angel Cisneros, de la firma American Visanet International, dijo que en los dos últimos años se ha visto un incremento en el flujo migratorio.
La oleada, asimismo, ha llevado a la apertura de diferentes negocios para satisfacer los gustos de los venezolanos. Tal es el caso de ventas de las tradicionales arepas (un bollo de harina de maíz), que son preparadas y rellenadas con productos especialmente importados de Venezuela.
Reflejo del fenómeno ha sido también la decisión de un grupo de empresarios venezolanos de invertir ocho millones de dólares en El Diario, un periódico para el sur de Florida que tendrá una edición de 60.000 ejemplares y espera ser vocero de las diversas comunidades provenientes de América Latina.
Oswaldo Muñoz, su director, manifestó que esperan contagiarse del éxito obtenido durante ocho años con la edición de "El Venezolano", un diario de la comunidad venezolana.
Aunque no existen cifras sobre los flujos migratorios a otros países, Canadá decidió exigir visa a los venezolanos, al observarse un número importante de ilegales provenientes de este país sudamericano.
Mientras tanto, un lugar solicitado para realizar estudios de posgrado con la expectativa de permanecer posteriormente es España, un país de donde llegaron a Venezuela gran cantidad de inmigrantes después de la segunda guerra mundial y a mediados de los años 50. (FIN/IPS/ac/ag/pr/00