La Confederación de Trabajadores de Venezuela (CTV) es el nuevo objetivo de la campaña de transformaciones promovida por el presidente Hugo Chávez, cuyos seguidores prometen una revolución a fondo en el «corrupto» movimiento sindical.
El gobernante Movimiento V República (MVR), que tiene mayoría legislativa, aprobó junto con otros dos grupos la convocatoria para el 3 de diciembre a un referéndum «para refundar el movimiento sindical», la nueva bandera política del jefe de Estado.
«Nadie puede esta en contra de una mayor participación sindical y de acabar con la corrupción, pero no es éste el mecanismo», dijo a IPS el profesor universitario José Ignacio Arrieta, experto en temas laborales.
Los sindicatos figuran en los últimos lugares de credibilidad ante la opinión pública, según diversas encuestas. Su imagen está empañada por la sospecha de comisiones ilegales en la firma de contratos, por la presencia de dirigentes virtualmente perpetuos y por alejarse del mundo obrero.
Arrieta indicó que el referéndum tendrá participación de todos los votantes, cuando la reorganización del movimiento sindical «es de carácter privado, deben ser los propios asociados los que decidan».
La batería oficial apunta a la CTV, que estuvo durante largos años dominada por Acción Democrática, el partido que más veces ejerció el poder en los últimos 42 años.
La afiliación sindical es baja, confirmó a IPS el Centro de Documentación y Análisis para los Trabajadores (Cenda). Llega a 12,6 por ciento de los 9,9 millones de personas que conforman la población económicamente activa.
La sindicalización sube a 58 por ciento en el sector público, pero en el área privada sólo es de seis por ciento, de acuerdo con el Cenda.
La convocatoria al referéndum causó la renuncia el miércoles 25 de Leonardo Pizani e Ignacio Avalos al Consejo Nacional Electoral.
Los dimitentes consideraron que se está haciendo un uso «ilegal» y «anticonstitucional» de la consulta popular, pues el caso que se someterá al voto universal cuando es «asunto interno de las organizaciones sindicales».
Pizani y Avalos advirtieron que, a su juicio, se «está distorsionando el sentido del referéndum», un instituto consagrado por primera vez en Venezuela en la Constitución aprobada el año pasado.
Según el diputado Nicolás Maduro, del MVR, protagonista de la campaña oficial para «refundar» los sindicatos, la consulta popular fijada para diciembre es uno de los pasos, que se suma al proyecto de ley de Protección de las Garantías y Libertades Sindicales.
Arrieta aseguró a IPS que la ley «es necesaria» para establecer claramente los mecanismos de elección y permanencia de los dirigentes del sindicalismo.
El proyecto en discusión parlamentaria fue presentado por el MVR y el partido La Causa Radical. Se da por sentado que será aprobada en la Asamblea Nacional, de mayoría «chavista».
Juan Manuel Sepúlveda, representante de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), señaló que Venezuela estará en falta ante convenios internacionales si la reforma sindical se realiza como lo propone el oficialismo.
Sepúlveda recordó que los convenios 87 y 95 de la OIT, ratificados por Venezuela, garantizan el derecho de las organizaciones de trabajadores a redactar sus estatutos y a elegir libremente a sus representantes.
El proyecto de ley «no parece haber sido sometido a consultas con los interlocutores sociales», dijo Sepúlveda, y agregó que Venezuela podría ser sancionada.
Chávez rechazó de modo tajante esas observaciones. «La OIT ha dicho que aquí estamos amenazando la libertad sindical, cuando estamos haciendo lo contrario», replicó el presidente.
El propósito del MVR es liberar a los trabajadores «de la dictadura de 50 años de sindicalismos corruptos, que traicionaron, engañaron y vejaron a la clase obrera venezolana», afirmó.
La CTV es la principal organización sindical, pero hay otras tres centrales de trabajadores. Con el proyecto de ley y el referéndum se crearía una nueva central única, se elegirían nuevas autoridades y se revisarían mecanismos de cotizaciones y aportes de los trabajadores.
A juicio del secretario general de la CTV, Carlos Navarro, «con el argumento de eliminar las 'cúpulas podridas' se pretende demoler la organización sindical mayoritaria del país y todas las centrales sindicales existentes».
La CTV y la Confederación de Sindicatos Autónomos (Codesa) se declararon «en emergencia sindical» por «la intención totalitaria del gobierno».
El presidente de la CTV, Federico Ramírez León, anunció que se entrevistará con parlmentarios y con los miembros del Tribunal Supremo de Justicia para señalarles que la convocatoria a referéndum y el proyecto de ley violan normas internacionales aceptadas por el país.
Chávez y el MVR han respaldado de forma pública al Frente Bolivariano de Trabajadores (FBT), una organización nacida al calor del proceso de cambios políticos que impulsa el jefe de Estado.
El secretario ejecutivo de la CTV, Rodrigo Penso, que impulsa una reforma «desde dentro» de la central, comentó que «el FBT pretende meter en el saco de los corruptos a todos los dirigentes sindicales, desconociendo el esfuerzo de sindicalistas honestos».
Penso afirmó que en la Quinta República de Chávez se repiten los vicios del pasado, que llevaron a la manipulación gubernamental y partidista de los sindicatos.
La reducida afiliación a las organizaciones sindicales se relaciona directamente con el creciente mercado informal de trabajo.
Siete de cada 10 empleos creados en los años 90 en Venezuela lo fueron en el sector informal de la economía, aseguró Roberto Briceño León, director del Laboratorio de Ciencias Sociales. . (FIN/IPS/ac/ff/lb/00