Trinidad y Tobago debate una posible dolarización de su economía como forma de promover el crecimiento a largo plazo, en medio de esfuerzos de los países anglófonos del Caribe hacia la unificación económica.
La dolarización es el proceso por el cual un país adopta total o parcialmente al dólar estadounidense como su moneda oficial.
La Organización de Estados del Caribe Oriental, que agrupa a Dominica, Antigua y Barbuda, Granada, San Vicente y Granadinas, Santa Lucía y Montserrat, ya tiene una moneda común, pero Trinidad y Tobago, Jamaica y Guyana mantienen sus propias monedas nacionales.
Entre los 15 países miembros de la Comunidad del Caribe (Caricom) circulan al menos seis monedas.
Sin embargo, el dólar estadounidense es aceptado en la región como forma de pago y de ahorro, y algunos banqueros arguyen que cualquier otra moneda sirve como sustituto parcial y no total del dólar.
La Cámara de Industria y Comercio de Trinidad y Tobago estimuló el debate al declararse partidaria de la dolarización parcial de la economía.
Según esa propuesta, el dólar estadounidense se transformaría en moneda de curso legal, mientras el dólar de Trinidad y Tobago sería mantenido «como moneda de uso cotidiano, para pagarle al peluquero, por ejemplo», declaró el presidente de la Cámara, Hubert Alleyne.
Dado que el dólar estadounidense se utiliza como forma de pago en la industria turística, «¿por qué no hacerlo oficial?», se preguntó el hotelero Carlos Dillon.
Los huéspedes que entienden el sistema convierten sus dólares en la moneda local, aprovechando la ventaja que les da el tipo de cambio, dijo Dillon.
«Si el sistema les exigiera pagar en dólares, se beneficiarían los hoteles y la economía», agregó.
El ministro de Industria y Comercio, Mervyn Assam, admitió que no ha estudiado la propuesta en profundidad, pero observó que el uso del dólar «funciona muy bien en el turismo, las zonas francas y las economías internacionales, como las de Bahamas, Bermudas y Panamá».
«Trinidad y Tobago ciertamente se está transformando cada vez más en una economía orientada al dólar», señaló el ministro.
Pero algunos economistas aconsejan cautela y advierten a Trinidad y Tobago, así como a todo el Caribe, que deben realizar un análisis más profundo de la cuestión.
«Los países del Caribe que consideren la dolarización de sus economías deben pesar cuidadosamente los beneficios frente a la pérdida de soberanía y de control sobre la política monetaria nacional», advirtió Kelvin Sergeant, secretario de la Asociación Económica de Trinidad y Tobago.
Si estos países dolarizan sus economías oficialmente, las monedas nacionales dejarán de existir, excepto quizás en metal, opinó.
Otro economista, Ronald Ramkisoon, señaló que la dolarización se aplica genralmente cuando hay una pérdida de confianza en la economía nacional y la inflación se descontrola.
«Estamos muy lejos de tal pérdida de confianza» y «deberíamos estudiar muy bien las implicaciones de la dolarización», dijo.
La adopción del dólar estadounidense como moneda oficial fue propuesta este año en varios países de América Latina. Ecuador la propuso en septiembre.
A comienzos de este mes, la Cámara de Comercio invitó a Robert Stein, del subcomité bancario del Senado de Estados Unidos sobre Políticas Económicas, para hablar a empresarios sobre una posible dolarización en Trinidad y Tobago.
Stein opinó que tal medida ayudaría a muchas economías en desarrollo a evitar crisis financieras como la estallada en el sudeste asiático en 1997, y citó también como ventajas la estabilidad de los precios y el crecimiento de las inversiones.
«Todos estos factores contribuyen al crecimiento, la generación de empleos y el fortalecimiento de los mercados financieros, y por lo tanto aumentan el nivel de vida», declaró Stein a los empresarios.
Por otra parte, los profesores de la Universidad de Harvard Jeffrey Sachs y Felipe Larrain señalaron en la publicación Foreign Policy (edición de otoño de 1999) que «la dolarización es una solución extrema para la inestabilidad del mercado, aplicable sólo en casos extremos».
Sergeant cree que la dolarización tendría más costos que beneficios para Trinidad y Tobago, porque ni el Departamento del Tesoro ni la Reserva Federal de Estados Unidos adaptarán sus políticas a las consideraciones económicas de los países que decidan dolarizar sus economías.
«Por lo tanto, cuando un gobierno decide dolarizar la economía, debe comprender que la política monetaria estadounidense permanecerá concentrada en cuestiones nacionales», previno.
«Si la economía de Estados Unidos creciera abruptamente, creceríamos con ella, y si se hundiera, nos hundiríamos con ella», coincidió Denyshar Mahabir, profesor de Economía de la Universidad de las Indias Occidentales. (FIN/IPS/tra-en/pr/da/mlm/if/00