POBLACION-CHINA: Gobierno realizará el mayor censo de la historia

El gobierno de China comenzará el 1 de noviembre el mayor censo de población jamás realizado en el mundo, para conocer, entre otros datos, el número de familias que han eludido la política del hijo único.

Un ejército de seis millones de censistas golpearán a la puerta de todos los hogares de este país, donde reside un quinto de la población mundial (1.259 millones de personas), en el marco de un programa de un costo equivalente a 60 millones de dólares.

Este será el quinto censo nacional de China, pero el primero en que los censistas estarán equipados con computadoras.

El gobierno pretende obtener un panorama demográfico preciso y para ello solicitó a las familias que no hayan registrado su cuota «ilegal» de hijos que soliciten la residencia permanente para ellos durante el censo.

Beijing sostiene que su política de planificación familiar lanzada en 1980 logró reducir el crecimiento de la población en uno por ciento al año en la década de 1990.

La política del hijo único previno 250 millones de nacimientos en los últimos 20 años, afirmó el periódico China Youth Daily.

Según esa política, cada pareja residente en centros urbanos sólo puede tener un hijo, a menos que uno o ambos miembros de la pareja pertenezcan a una minoría étnica o que ambos sean hijos únicos.

En la mayor parte de las áreas rurales, cada pareja puede tener un segundo hijo luego de varios años.

Sin embargo, pese a las estrictas normas, la política de planificación familiar se aplica muy laxamente en las regiones más pobres.

Actualmente es común encontrar matrimonios en zonas rurales, donde reside 80 por ciento de la población, con cinco, seis o incluso más hijos.

En los años 80, funcionarios de gobiernos locales obligaban a las parejas a esterilizarse o a abortar, y si excedían su cuota de uno o dos hijos, les confiscaban propiedades o les imponían fuertes multas.

Pero en los últimos años, las autoridades de planificación familiar dejaron de aplicar medidas coercitivas y adoptaron un enfoque más flexible en las áreas rurales.

Como resultado, muchas familias campesinas evaden la ley enviando a la mujer embarazada a quedarse con parientes hasta el nacimiento del bebé, o afirmando que el bebé fue adoptado o pertenece a un amigo o familiar.

Esta vaga aplicación de las cuotas, combinada con la preferencia tradicional de los chinos por los hijos varones, provocó una explosión demográfica en áreas rurales.

Según estadísticas oficiales, la población china llegó a 1.259 millones a fines de 1999, pero algunos demógrafos creen que podría haber 200 millones más sin contar.

A juzgar por la publicidad que acompaña al censo, el gobierno se prepara para encontrar a esos chinos que no figuran en las estadísticas, llamados «población negra».

Beijing apeló a la población a cooperar con los censistas y prometió no presentar cargos en base a la encuesta de población.

«La información recabada durante este censo no se utilizará para castigar a nadie por sus errores pasados o cuestiones demográficas», aseguró Zhang Weimin, director general de la Oficina Estatal de Estadísticas.

Cada uno de los seis millones de censistas reclutados recibió una capacitación especial. «Se les recomendó ser cuidadosos al realizar preguntas que puedan avergonzar o atemorizar a la gente», explicó Zhang.

Durante unas encuestas piloto realizadas en el verano, muchas personas se negaron incluso a abrir la puerta a los censistas, según informes de medios locales. Aun en las ciudades, donde la política del hijo único en general ha funcionado, la gente siente temor al censo.

«No nos preocupa tener hijos no registrados, pero si nos preguntan sobre nuestros ingresos podríamos tener problemas de impuestos», declaró Zhao Linzhi, una residente de Beijing que trabaja con una familia extranjera como doméstica.

Zhang, de la Oficina Estatal de Estadísticas, admitió que se incorporaron varios elementos económicos al cuestionario.

«Queremos saber cuántas personas hay desempleadas, y también conocer la situación de la vivienda para poder determinar el ritmo de la reforma», declaró el funcionario.

«Pero no preguntaremos sobre los ingresos. Sólo queremos captar las condiciones sociales de cada hogar», aclaró.

Para aplacar temores, el gobierno lanzó una campaña de concienciación. En todo Beijing hay afiches que exhortan a los residentes a reportar con fidelidad su situación familiar.

El censo durará 10 días y abarcará a unos 350 millones de hogares. Los resultados iniciales se anunciarán en febrero del año próximo.

Zhang no se deja llevar por las estimaciones oficiales de «población negra» que eludió el censo anterior.

«Tendremos que esperar los resultados y comparar», dijo. «El gobierno central prevé que la cifra total resultante de este censo no supere los 1.300 millones». (FIN/IPS/tra-en/ab/js/mlm/pr/00

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