El diario Excelsior, de México, otrora uno de los más importantes de América Latina y ahora quebrado por las deudas y el desprestigio, agoniza luego de que sus trabajadores destituyeran a los directivos.
Al diario fundado en 1917 y con 1.500 empleados en la actualidad no le queda más de mes y medio de vida, aseguró a IPS un colaborador cercano al director destituido Regino Díaz, que pidió no mencionar su nombre.
El día 20, entre golpes y gritos, los cooperativistas del diario impidieron a Díaz dirigir una asamblea en la que discutirían la venta o el cierre de Excelsior, cuyo tiraje cayó los últimos 10 meses de 100.000 a menos de 25.000 ejemplares.
Díaz, quien asumió la dirección del diario en 1976 tras destituir a Julio Sherer, un crítico mordaz de los gobiernos del Partido Revolucionario Institucional (PRI), es acusado por los trabajadores de entregar Excelsior al gobierno y despilfarrar y robar su dinero.
La directiva provisional, que se declaró feliz de sacar del diario a «gobiernistas» y corruptos, intenta levantar ahora el diario con préstamos y ayudas solidarias de otros medios, pero la situación es de quiebra y tienen pocas salidas, dijo el colaborador de Díaz.
Entre los poco más de 30 periódicos que circulan en la capital mexicana, Excelsior era el único que se mantenía con un formato y diseño antiguo. Además era uno de los medios que defendía abiertamente las posiciones del PRI.
«Se ha cerrado un largo e ignominioso capítulo en la historia de la prensa y el poder en México. La nueva democracia mexicana ha escrito su última palabra», señaló el historiador Enrique Krauze al comentar la situación de Excelsior.
La caída de Díaz es resultado de la apertura democrática, del ascenso de la oposición y del fin del control de los medios de comunicación, opinó María Gómez, diputada del conservador Partido Acción Nacional (PAN).
Vicente Fox, del PAN, asumirá el 1 de diciembre la presidencia de México, con lo cual el país cerrará 71 años ininterrumpidos de gobiernos del PRI.
En la historia de la libertad de prensa de México, la destitución de Sherer de Excelsior, hace 24 años, se mantuvo para muchos periodistas locales como el punto de referencia del otrora férreo control que ejercía el PRI y sus gobiernos sobre la prensa.
La revista semanal Proceso, fundada por Sherer tras salir de Excelsior, consideró que la destitución de Díaz marcó «el fin de la ignominia».
Los colaboradores de Proceso, en varios textos sobre el caso, titularon «Reivindicación», «El regreso de la dignidad», «La caída de un usurpador» y «Cayó el traidor».
Pero, aunque Excelsior sigue circulando con su mismo viejo formato, su futuro como medio es oscuro y agoniza, sentenció su ex director, quien también calificó de traidores a los cooperativistas que lo destituyeron.
Díaz aspiraba a vender el medio impreso, con deudas de más 30 millones de dólares, a un empresario vinculado al ex candidato presidencial del PRI, Francisco Labastida.
Pero la asamblea de cooperativistas lo impidió y, entre empujones e insultos a Díaz, cambió la directiva para buscar otras salidas.
«Creo que Fox metió mano para evitar la compra que estaba concertada», estimó el colaborador de Díaz.
Excelsior apoyó a Labastida en la última campaña electoral y atacó duramente a Fox, a quien en sus editoriales calificó varias veces de fascista.
En Excelsior, la directiva saliente pedía a los periodistas conseguir publicidad oficial para completar, con comisiones derivadas de ello, sus salarios.
Esa práctica, antes común en otros medios de comunicación, llevó al diario a publicar en su mayoría información de corte oficialista.
De la mano de la lenta pero sostenida apertura política y económica de México, iniciada con mayor fuerza a fines de la década del 80, muchos medios locales rompieron las amarras de la censura y de su alineamiento con el PRI.
En la actualidad en México hay mayor libertad de expresión, aunque aún persisten problemas y muchos periodistas son amenazados o asesinados, señaló un reporte de la organización Reporteros sin Fronteras. (FIN/IPS/dc/dm/cr/00