FRANCIA: Vandalismo antisemita acompaña crisis en Medio Oriente

El conflicto entre israelíes y palestinos, agudizado en Medio Oriente durante las últimas tres semanas, se extendió a Francia, donde un centenar de instituciones judías han sido objeto de actos de vandalismo cometidos en su mayor parte por jóvenes de origen árabe.

Entre los actos de vandalismo contra instituciones judías que han tenido lugar desde comienzos de este mes, se destacaron ataques en los suburbios de París, en la ciudad septentrional de Lille, en la nororiental de Estrasburgo, y en la meridional de Venissieux.

Sinagogas fueron incendiadas en el suburbio septentrional de Noisy-le-Sec, pobre y conocido por su violencia callejera, y en el de Trappes, unos 20 kilómetros al suroeste de París, donde además fue profanado el cementerio judío.

En ambos casos, la policía detuvo a grupos de jóvenes sospechosos de barrios aledaños a las sinagogas destruidas, menores de 20 años y de origen árabe, quienes permanecerán bajo custodia por lo menos hasta este lunes, cuando serán interrogados.

También escuelas judías y tiendas tradicionales de venta de alimentos consumidos por judíos fueron blancos de personas que pintaron en sus muros leyendas antisemitas.

Para contrarrestar la creciente tensión entre las comundades judía y árabe en Francia, líderes religiosos de ambas se presentaron juntos en programas de radio y televisión para apelar a la paz y la comprensión mutua.

Las principales autoridades del catolicismo, el islamismo, el protestantismo y el judaísmo, las cuatro religiones monoteístas predominantes en el país, en ese orden, emitieron una declaración conjunta en la cual llamaron a los creyentes a «rechazar el odio y el sectarismo».

«Estamos convencidos de que nuestros conciudadanos sabrán escuchar la voz de la razón y actuar de manera digna, con respeto a los demás», sostuvieron.

Según datos oficiales, el catolicismo es la religión con mayor número de creyentes, los cuales representan 76 por ciento de los más de 58 millones de habitantes. Lo sigue el islamismo, con unos 5 millones de musulmanes practicantes.

La comunidad de origen judío en Francia es la mayor de Europa occidental, con alrededor de 1,5 millones de integrantes, pero la mayoría de ellos no practican la religión.

La gran mayoría de los consultados en encuestas publicadas esta semana opinaron que el gobierno de Israel es responsable de la actual agudización del conflicto con la población palestina.

Esa opinión es compartida por el gobierno, cuya posición se hizo evidente durante la última reunión en País del primer ministro israelí, Ehud Barak, y el presidente palestino, Yasser Arafat, realizada el 4 de este mes sin resultados concretos.

El presidente francés, Jacques Chirac, consideró entonces «una provocación» la visita del líder derechista israelí Ariel Sharon a la Explanada de las Mezquitas de Jerusalén Oriental, un lugar sagrado para el Islam, realizada el 28 de septiembre en compañía de un nutrido grupo de gaurdaespaldas y policías.

Esa visita de Sharon causó protestas de palestinos y fue el detonante de la escalada de violencia, que causó más un centenar de víctimas fatales, en su gran mayoría palestinas.

«Los sentimientos de un pueblo oprimido no pueden ser tratados con tanques», dijo Chirac.

Sharon manifestó su intención de visitar París, pero el primer ministro Lionel Jospin informó que esta semana se comunicó «en forma discreta» a Barak y al partido israelí Likud, del cual Sharon es dirigente, el rechazo del gobierno francés a esa iniciativa.

Fuentes gubernamentales calificaron en privado la iniciativa de Sharon como «una nueva provocación», y el diario independiente Libération declaró a Sharon «persona no grata» en París.

La exacerbación del conflicto en Medio Oriente se acompañó en Francia de movilizaciones por la creación de un Estado palestino.

Incluso integrantes de la comunidad judía en Francia han criticado en público a Barak, a quien acusaron de usurpar la representación de los judíos del mundo con la intención de justificar el mantenimiento de la ocupación de territorios palestinos.

La cineasta y poeta Eglal Errera, de origen judío, escribió el 12 de este mes en el diario Le Monde que el gobierno de Israel es responsable de la reciente crisis.

Las causas de la actual violencia entre israelíes y palestinos se encuentran en una «paz parcial y dolorosa, convertida con el paso de los años en una falsa ilusión, en la continuación de la colonización judía de los territorios árabes, y en las humillaciones que los palestinos sufren cada día», sostuvo.

El miércoles, 60 intelectuales franceses de origen judío publicaron en Le Monde una declaración en la cual condenaron el vandalismo antisemita, pero también acusaron al gobierno israelí de «chantajear a la comunidad judía del mundo, para utilizarla como justificación de su política contra la población palestina».

«Los palestinos están condenados a vivir en campos de refugiados o en territorios ocupados, a trabajar en una economía bajo tutela, mutilada y dependiente», afirmaron.

«La provocación calculada de Sharon, realizada con apoyo de Barak, provocó tanta violencia porque la situación previa ya era explosiva. Esa situación es el resultado de las maniobras dilatorias de Israel para no cumplir con los Acuerdos de Oslo», aseguraron.

Los Acuerdos de Oslo, firmados en septiembre de 1993 por Arafat y el entonces primer ministro de Israel, Yitzhak Rabin, incluyeron el reconocimiento mutuo de israelíes y palestinos, y una Declaración de Principios sobre la autonomía de los territorios palestinos ocupados por Israel.

A partir de ese entendimiento, se previó un período de autonomía limitada durante cinco años para Gaza y Jericó, que se extendiera luego a Cisjordania.

Los firmantes de la declaración alegaron que también fueron causas de la crisis «la política de construcción de asentamientos judíos en los territorios palestinos y el rechazo constante a reconocer un Estado palestino».

«Ante todo esto, no puede sorprender que las humillaciones y frustraciones acumuladas converjan en la rebelión de un pueblo», subrayaron.

En la declaración se pidió a Israel «la aplicación de las resoluciones de la Organización de las Naciones Unidas respecto de los territorios ocupados», así como «el reconocimiento de un Estado palestino viable y del derecho al retorno de todos los palestinos expulsados de su tierra».

Entre los firmantes estuvieron el filósofo Daniel Bensaid, el activista por los derechos humanos Rony Brauman, la abogada feminista Gisélè Halimi y el historiador Pierre Vidal-Naquet. (FIN/IPS/jg/mp/ip/00

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