Grupos defensores de los derechos humanos urgieron a la Unión Europea (UE) a presionar a Rusia en la cumbre de este domingo para que inicie una investigación creíble sobre las denuncias de torturas y asesinatos de civiles en la separatista república rusa de Chechenia.
Human Rights Watch (HRW) exhortó a la UE a abrir una investigación en el Tribunal Europeo de Derechos Humanos sobre los supuestos abusos, mientras Amnistía Internacional urgió al bloque a establecer una oficina independiente para estudiar las denuncias.
HRW afirmó en un informe de 99 páginas publicado esta semana que soldados rusos detuvieron arbitrariamente a miles de chechenos bajo sospecha de colaboración con los rebeldes y los sometieron a golpizas, violaciones y otras formas de tortura de modo sistemático.
El informe, titulado «Bienvenidos al infierno», documenta más de 130 ejecuciones sumarias en Chechenia por las fuerzas de seguridad rusas.
«Bienvenidos al infierno» era el saludo de los guardias rusos de la prisión de Chernokozovo a los detenidos, antes de molerlos a golpes de bastón.
La mayoría de los detenidos sólo eran liberados una vez que sus familias pagaban grandes sobornos a los funcionarios rusos, sostiene el informe.
Los investigadores de HRW recabaron testimonios de ex prisioneros de Chernokozovo y otras instalaciones, entre ellas las bases militares de Mozdok y Jankala, sobre violaciones y otros ataques sexuales a hombres y mujeres.
Varios ex prisioneros dieron cuenta de las lesiones que sufrieron en sus costillas, riñones, testículos y pies a causa de prolongadas golpizas. A cambio de su libertad, sus familiares pagaron sobornos de 75 a 5.000 dólares a los captores, declararon a HRW.
Delegaciones de la Comisión Europea para la Prevención de la Tortura visitaron en febrero centros de detención en Chechenia. Tras la visita, el Comité solicitó expresamente a las autoridades rusas que investigaran las acusaciones de abusos en Chernokozovo y otras instalaciones.
Posteriormente, la UE criticó con dureza las acciones de Moscú en Chechenia y promovió una resolución en la Comisión de las Naciones Unidas sobre Derechos Humanos para urgir a Rusia a crear una comisión nacional de investigación de los abusos, señaló HRW.
Sin embargo, seis meses después de esa resolución, Moscú todavía no comenzó una investigación creíble sobre los abusos en Chechenia, incluso la tortura en los centros de detención, y la UE no adoptó ninguna medida para presionar a Rusia en ese sentido, observa el informe.
«Esos no son abusos del pasado», puntualizó Rachel Denber, directora interina de la División de Europa y Asia Central del grupo de presión.
«Incluso hoy, cualquier civil checheno corre riesgo de ser detenido arbitrariamente y sufrir abusos físicos a manos de soldados rusos», agregó.
Según el derecho internacional, Rusia tiene el deber de investigar las acusaciones de torturas, violaciones, ejecuciones sumarias y otras graves violaciones a los derechos humanos y las leyes humanitarias internacionales.
La Convención de las Naciones Unidas contra la Tortura obliga a los estados parte a iniciar una investigación pronta e imparcial de las denuncias de tortura, cuando las circunstancias permitan «creer razonablemente que se ha cometido un acto de tortura».
«La UE ya dio a Rusia tiempo más que suficiente para lanzar una investigación creíble sobre los abusos en Chechenia. Si la UE desea retener su credibilidad en materia de derechos humanos, debe actuar ahora», urgió Denber.
Mientras, la Organización de las Naciones Unidas también exhortó al gobierno ruso a comenzar una investigación y a permitir la visita a la región de grupos de trabajo del foro mundial, pero hasta ahora Moscú no otorgó el permiso.
HRW instó a la UE y a Estados Unidos a declarar que los abusos cometidos en Chechenia son crímenes de guerra y a oponerse a la concesión de créditos al gobierno de Rusia hasta que éste «tome medidas para reducir el número de víctimas civiles debido a su intervención militar en Chechenia y a llevar a los responsables de los abusos ante la justicia».
Amnistía Internacional denunció la «acumulación en los años 90 de racismo antichecheno en la sociedad rusa», en una declaración emitida el viernes.
Así mismo, denunció «acciones, políticas y pronunciamientos oficiales que convirtieron a los chechenos de la Federación Rusia en un grupo por debajo de la ley, objeto de abusos, persecuciones, extorsiones y tratamiento arbitrario, incluso restricciones a su libertad de movimiento».
Amnistía exhortó a la UE a incorporar a su diálogo con Rusia la cuestión de la protección a los derechos humanos de los chechenos en toda la Federación Rusa. (FIN/IPS/tra-en/bk/da/mlm/hd/00
