CHILE: Elecciones municipales ponen a prueba al gobierno de Lagos

Las elecciones municipales en Chile serán este domingo una difícil prueba para la gobernante coalición de centroizquierda, encabezada por el presidente socialista Ricardo Lagos, tras denuncias de corrupción en empresas públicas y con un desempleo que no ha bajado de 10 por ciento.

Siete millones de personas podrán elegir alcaldes y concejales en los primeros comicios desde que Lagos asumió el gobierno, en marzo de este año, y la gobernante Concertación de Partidos por la Democracia prevé que será derrotada en la puja por el municipio de Santiago Centro, el más importante del país.

Se espera que el derechista Joaquín Lavín, el candidato a la presidencia derrotado por Lagos, se imponga en la elección de esa alcaldía a la oficialista Marta Larraechea, esposa del ex presidente demócrata cristiano Eduardo Frei (1994-2000).

La derecha espera obtener más alcaldías que en los anteriores comicios municipales, realizados en 1996, y un porcentaje de votos en todo el país mayor que el 32 por ciento logrado en esa ocasión, así como consolidar el liderazgo de Lavín, quien aspira a volver a competir por la presidencia.

El oficialismo confía, a su vez, en mantener el porcentaje de votación nacional (poco más de 51 por ciento) logrado en la segunda vuelta de la elección presidencial, en enero, pero cree difícil que sus candidatos sumen 56 por ciento de los votos en todo el país como ocurrió en las municipales de 1996, cuando la Concertación obtuvo 197 alcaldías.

Según las encuestas, es probable que el oficialismo logre más alcaldías y concejales que la oposición, pero también que los candidatos de la Concertación sean derrotados o triunfen por escaso margen en la central ciudad de Viña del Mar y en la de Concepción, 500 kilómetros al sur de Santiago, ubicadas en las regiones con mayor desempleo.

Concepción ha sido un bastión de la izquierda en elecciones anteriores, y la derrota del candidato socialista y actual alcalde Ariel Ulloa, quien competirá con la derechista Jacqueline Van Rysselberghe, de la Unión Demócrata Independiente (UDI), sería un duro golpe para el gobierno.

La ciudadanía ha mostrado menos interés en estas elecciones que en otras anteriores, y no sorprendería un considerable porcentaje de votos nulos y en blanco.

Durante la campaña, los afiches y la propaganda de muchos candidatos no los identificaron con sus respectivos partidos, sino con Lagos o Lavín, en una reedición de la última puja por la presidencia.

Se prevé que el partido más «castigado» por los votantes sea el Demócrata Cristiano, miembro de la Concertación y del cual fueron integrantes los dos presidentes anteriores a Lagos, Patricio Aylwin (1990-1994) y Frei.

Denuncias presentadas este mes por indemnizaciones excesivas a ex ejecutivos de empresas públicas, cuando dejaron sus cargos a fines del gobierno de Frei, afectaron en su mayoría a funcionarios demócrata cristianos.

En ochos meses de gobierno de Lagos no se superó la crisis económica instalada antes de su asunción, el desempleo aumentó y se produjo una huelga de camioneros organizada por un sector de empresarios del transporte.

Sin embargo, 61 por ciento de los consultados en una reciente encuesta de la empresa CERC expresaron apoyo a la gestión del presidente, quien se ha mostrado optimista en sus pronósticos sobre los resultados de este domingo.

Lagos afirmó que la Concertación obtendrá la mayoría de los votos emitidos, y que retendrá el gobierno municipal en el central puerto de Valparaíso y en algunas de las comunas más pobladas de la Región Metropolitana de Santiago, entre ellas La Florida.

El presidente aseguró en una entrevista que «cuando sumemos todos los votos, la Concertación continuará siendo la coalición más importante del país», y recordó que la derecha nunca ha sido mayoría nacional desde que se restableció la democracia en 1990, tras la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990).

El secretario general de gobierno, Claudio Huepe, señaló a su vez que el «empate (la estrecha diferencia de votos entre Lagos y Lavín en las últimas elecciones) del que tanto se ha vanagloriado la derecha prácticamente desaparecerá, y la población volverá a respaldar a la Concertación de manera clara y masiva».

Los partidos oficialistas planean reformar la actual estructura de sus coalición y buscar el apoyo de sectores de la sociedad civil decepcionados por el desempeño de los gobiernos democráticos.

En la derecha, mientras tanto, el partido Renovación Nacional (RN) teme perder terreno frente a la Unión Demócrata Independiente (UDI) liderada por Lavín.

La pugna entre los grandes bloques de centroizquierda y de derecha margina a partidos como el Comunista y el Ecologista, los cuales obtuvieron escasa votación en las últimas elecciones presidenciales y cuyos candidatos a los municipios han pasado casi inadvertidos para la mayor parte de la población.

Los partidos menores se ven perjudicados por el sistema de elección de parlamentarios llamado binominal, establecido durante la dictadura de Pinochet, que impone la elección de sólo dos legisladores en cada circunscripción y favorece a la mayoría y minoría mayor en cada una de ellas. (FIN/IPS/as/mp/ip/00

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