(Arte y Cultura) LITERATURA-COSTA RICA: Murió el autor del Principito negro

La muerte sorprendió esta semana a Joaquín Gutiérrez, de 82 años, el escritor costarricense considerado uno de los pilares de la literatura latinoamericana y recordado en forma especial por el libro «Cocorí», el Principito negro.

Gutiérrez, quien pasó la mitad de su vida en Chile donde cultivó una gran amistad con Pablo Neruda, ganó en 1978 el premio literario Casa de las Américas, de Cuba, y fue señalado como uno de los mejores traductores al español de William Shakespeare.

Este autor de prosa y poesía y viajero incansable también residió en Estados Unidos, Vietnam, China y en la desaparecida Unión Soviética.

Además de literato y profesor universitario tuvo una gran actividad como periodista en varios países, donde llegó a entrevistar a personajes tan dispares como el líder y presidente de Vietnam del Norte, Ho Chi Minh, y la actriz sueca Greta Garbo.

Su novela infantil «Cocorí» cuenta la historia de un niño negro de la provincia caribeña de Limón que se enamora de una niña rubia llegada a su puerto en un barco.

«Cocorí», que en Costa Rica representa lo que para Francia «El Principito», de Antoine de Saint-Exupery, ha logrado vender más de 750.000 ejemplares en el mundo y fue traducida a 15 idiomas, entre ellos el inglés, francés, alemán, checo, lituano y eslavo.

«Es una gran pérdida. Como artista fue el más penetrante de los autores costarricenses antiimperialistas», dijo a IPS Carlos Morales, periodista, escritor y director de la estatal Radio Universidad de Costa Rica.

Morales destacó el indiscutible prestigio mundial de Gutiérrez, quien vivió 25 años en Chile y en el gobierno socialista de Salvador Allende recibió el encargo de dirigir la editorial chilena Quimantú, la principal casa literaria estatal sudamericana de los años 70.

Gutiérrez, de padre costarricense y madre francesa, fue también campeón nacional de ajedrez, corresponsal de agencias de noticias, boxeador, miembro activo del Partido Comunista, trotamundos, editor de libros y un difusor de la cultura para los más pobres de la sociedad.

El diario chileno «El Mercurio» escribió a principios de este año que Gutiérrez «es un pedazo de vida cultural de un Chile que desapareció. Pertenece a una especie casi extinta de escritores de vida trajinada que se hacen a sí mismos (…)».

El narrador, que perteneció a la generación latinoamericana de los años 40, falleció el lunes de esta semana en San José, a raíz de problemas respiratorios que lo aquejaban desde su último viaje a Europa, que lo obligaron a internarse en un hospital de la ciudad española de Málaga.

«Siento una gran tristeza pues es una enorme pérdida para la literatura. Era un hombre bueno, sencillo y humilde», comentó a IPS el escritor costarricense José León Sánchez.

Sánchez, autor de «La isla de los hombres solos» y «Tenochtitlán», agregó que Gutiérrez fue uno de los pilares de las letras de Costa Rica y de América Latina y comentó que «su sensibilidad nunca va a morir».

Gutiérrez nació en 1918 en la provincia de Limón, al este de San José, donde creció en medio de la selva tropical y pudo apreciar las difíciles condiciones sociales de los trabajadores de establecimientos bananeros, un ambiente que después reprodujo y denunció en sus libros.

De joven se negó a estudiar derecho y farmacia y en 1937 partió a Nueva York a estudiar inglés. Como campeón costarricense de ajedrez participó en una competencia internacional en Argentina, donde pidió que en lugar de su pasaje de regreso le dieran un boleto para Chile.

Luego de radicarse en Santiago trabajó como periodista en el El Siglo, diario que lo envió como corresponsal a la Unión Soviética, Vietnam y China.

En 1973, tras el golpe militar perpetrado por el general Augusto Pinochet, escapó casi de milagro de las fuerzas represivas y volvió a San José de Costa Rica, dejando atrás su intensa vida cultural en la capital chilena.

El poeta Pablo Neruda describió a Gutiérrez como un «costarrico general, que desde joven se naturalizó en el continente», y en sus letras plasmó «el sabor central de la América delgadísima que esencialmente representa».

Gutiérrez ganó en 1947 el premio chileno de literatura Rapa Nui, con su obra «Cocorí», que entre otras cosas narra como este niño negro se interna en la selva con su amiga la tortuga Doña Modorra para conseguir un pequeño mono simio, para dárselo como regalo a la pequeña rubia extranjera.

Este libro fue adaptado para dibujos animados en Checoslovaquia (1964), para el teatro de Berlín en la entonces República Democrática Alemana (1980) y para títeres en México (1980).

Elegido por el diario costarricense «La Nación» como el personaje literario costarricense del siglo XX, la obra de Gutiérrez abarca poemarios, novelas, crónicas y ensayos.

En 1997, este autor de misma generación de escritores que el venezolano Rómulo Gallegos, fue galardonado con el premio Mundial de Literatura José Martí, además en vida fue reconocido con diversos premios regionales y con el premio Nacional de Cultura de Costa Rica.

Entre los principales títulos de su obra destacan los relatos «Jicaral» (1938) y «Cocorí» (1947), las novelas «Puerto Limón» (1950), «Murámonos, Federico» (1973) y «¿Te acordás, Hermano?» (1978), así como el libro «Vietnam, crónicas de guerra» (1988) y las memorias «Los días azules» (1999).

En 1968 en uno de sus relatos, Gutiérrez escribió: «(…) un sueño del que nacen otros sueños menores y de éstos cada vez más modestos, hasta llegar al último, el pequeñito, el que se lleva el viento. Así ha sido mi vida, mi viejo, como una hoja de aire». (FIN/IPS/nms/dm/cr/00

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