AMERICA LATINA: Algunos crecen, otros sufren

El desempeño económico de América Latina es mucho mejor que el que cabía esperar hace un año o un año y medio, pero hay grandes diferencias entre algunos países, dijo en esta ciudad el subdirector gerente del FMI, Stanley Fischer.

Fischer destacó que este año, el producto interno bruto (PIB) regional crecerá más de cuatro por ciento y que en promedio, la inflación se estabilizó, las posiciones fiscales se hicieron más sólidas y los saldos de cuenta corriente se equilibraron.

Sin embargo, los promedios enmascaran grandes diferencias, ya que el crecimiento regional se debe sobre todo al desempeño económico de México, Chile y Brasil, apuntó.

Se prevé que el PIB mexicano aumentará 6,5 por ciento este año y 4,8 en 2001, el chileno seis por ciento este año y 6,8 por ciento el próximo, y el brasileño, cuatro y 4,5 por ciento en los dos ejercicios considerados.

Fischer, un economista estadounidense, realizó sus afirmaciones el jueves, en la inauguración del Quinto Encuentro Anual de la Asociación Económica de América Latina y el Caribe, que se prolongará hasta el sábado, en Río de JAneiro.

Argentina, Colombia, Venezuela y otros países menores enseñan un desempeño económico menos dinámico que el de México, Chile y Brasil, señaló.

En el caso argentino, se prevé que el PIB crezca menos de dos por ciento este año y quizá 3,5 por ciento en 2001.

Argentina fue afectada por la depreciación de la moneda brasileña y por su propia falta de opciones para llevar adelante políticas macroeconómicas anticíclicas, comentó.

Al respecto, explicó que Argentina no redujo lo suficiente su déficit en los buenos tiempos, y por eso ahora no está en condiciones de aumentar el gasto público para combatir la recesión.

También atribuyó parte del actual problema argentino a la rigurosa rigidez cambiaria del régimen de convertibilidad (que establece la equivalencia forzosa del peso y el dólar).

En el caso de Colombia, los problemas económicos se han agravado por el conflicto armado, pero el gobierno persiste en la búsqueda de la estabilización mediante su programa de reformas apoyado por el FMI, a pesar de que las difíciles circunstancias retrasaron privatizaciones previstas, señaló.

Venezuela se beneficia con los elevados precios actuales del petróleo, pero sus políticas estructurales y macroeconómicas deberían mejorar en forma significativa, opinó.

En resumen, divergencias de orientación, de estructura económica y de situación política, así como el dispar impacto de factores externos, son responsables de las grandes diferencias en materia de desempeño económico en América Latina, sentenció.

Fischer hizo notar que esas diferencias se reflejan en distinto costo del financiamiento externo.

Desde fines de 1999, el «spread» (mayor tasa de interés respecto de títulos iguales de Estados Unidos) que debe pagar México se redujo de 363 a 338 puntos porcentuales, mientras aumentó de 636 a 701 puntos para Brasil y de 533 a 691 para Argentina, según datos del 10 de este mes.

¿Y cuáles serían los principales riesgos externos? Que el precio del petróleo continuara en alza, que el crecimiento económico global y de los Estados Unidos disminuyera, y que las condiciones del financiamiento externo empeorasen, enumeró el técnico.

En una nueva referencia particularizada a los dos socios mayores del Mercosur (Mercado Común del Sur), Fischer comentó que el ajuste de la economía argentina es políticamente difícil.

Con su competitividad mejorada, un déficit de cuenta corriente (diferencia entre exportación e importación de bienes y servicios) inferior a 3,5 por ciento, un déficit público declinante e importantes reformas estructurales, Argentina está en condiciones de volver a crecer en el corto o mediano plazo, afirmó.

En cuanto a Brasil, consideró que presenta una recuperación saludable. El crecimiento proyectado es de cuatro por ciento para este año y la política de control de la inflación funciona bien, permitiendo esperar que se mantenga en seis por ciento al año.

Así mismo, el empleo empezó a recuperarse en Brasil, el tipo de cambio se ha mantenido razonablemente estable, las tasas de interés volvieron al nivel de seis años atrás y los indicadores sociales mejoran.

«¿Quién habría esperado un desempeño tan favorable 18 meses atrás?», cuando Brasil se enfrentaba a las consecuencias de la rutura de su políica cambiaria, se preguntó el conferencista.

El éxito de Brasil se debe a políticas decididas, un mérito de las autoridades del país, según Fischer, que lo llevó a reconquistar los mercados internacionales de capitales. El paquete internacional de ayuda del final de 1998 ya fue pagado, y las reservas aumentaron de 24.000 millones de dólares a fines de 1999 a 31.000 millones en la actualidad.

Sin embargo, advirtió, la deuda pública, el servicio de la deuda externa y el persistente déficit de cuenta corriente requieren cuidados redoblados.

El gobierno brasileño debe consolidar el ajuste fiscal e ir más adelante en las reformas estructurales, así como mejorar la competitividad exportadora. Debe seguir buscando el crecimiento, pero evitando un eventual sobrecalentamiento de la economía.

Finalmente, recordó que la distribución de la renta de América Latina es la más injusta del mundo, y que el diez por ciento más rico de la población es dueño de 40 por ciento de la renta nacional, mientras que en el otro extremo, un tercio de la población vive por debajo de la línea de pobreza.

«Nadie debe subestimar las dificultades políticas que existen para resolver esa cuestión, ni los inadecuados conocimientos que tenemos sobre cómo hacerlo. Pero a menos que las políticas económicas en América Latina se vuelvan hacia ese problema, el crecimiento no será sostenible», concluyó el segundo hombre del FMI. (FIN/IPS/rb/mp-ff/if/00

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