AMBIENTE: ONU pide invertir más para prevenir efectos de El Niño

La comunidad internacional debe invertir más para pronosticar el fenómeno climático de El Niño y prevenir que cause en forma periódica miles de muertos y heridos, así como daños por valor de decenas de millones de dólares, advirtió la ONU en un nuevo estudio.

Cuatro instituciones del sistema de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) cooperaron para elaborar el informe: la Universidad de las Naciones Unidas (UNU), el Programa Ambiental de las Naciones Unidas, la Estrategia Internacional para la Reducción de Desastres Naturales y la Organización Metereológica Mundial (WMO).

El estadounidense Centro Nacional de Investigaciones Atmosféricas (NCAR) también participó en la realización del estudio, titulado «Lecciones de El Niño 1997-1998. Aprender de la experiencia» y divulgado el viernes, cuyo costo fue 650 millones de dólares.

El fenómeno de El Niño consiste en un desplazamiento hacia el Este de aguas cálidas provenientes de la parte occidental del Océano Pacífico. Eso genera un desplazamiento de aguas cálidas de Norte a Sur a lo largo de la costa sudamericana de ese océano, en vez del flujo habitual de aguas frías de Sur a Norte.

La presencia de esas corrientes cambia la dirección habitual de los vientos, y desplaza hacia América del Sur sistemas de baja presión, con humedad y calor, que en otros períodos se dirigen hacia el Pacífico occidental o hacia otras áreas.

Eso ha provocado en forma periódica grandes tormentas e inundaciones en algunos países y sequía en otros.

El proceso se presenta con una frecuencia de entre dos y siete años, por lo general a partir del mes de diciembre (a eso se debe su nombre, que alude a la Navidad cristiana), y dura por lo general un año.

Los autores del informe afirmaron que es crucial disponer de pronósticos más confiables sobre El Niño y de mayor capacidad pública para prevenir en forma rápida sus efectos, en especial en los países en desarrollo afectados.

«El Niño no es una ocurrencia caprichosa, sino se ha convertido en una parte cada vez más previsible del sistema climático mundial. Necesitamos acelerar nuestra comprensión sobre él y estar mejor capacitados para afrontar sus devastadoras consecuencias», declaró Hans Van Ginkel, rector de la UNU.

De lo contrario, poblaciones vulnerables, infraestructuras y economías serán afectadas en forma periódica por las consecuencias del fenómeno, que incluyen inundaciones, incendios, sequías, ciclones y epidemias de enfermedades infecciosas debidas a los desastres climáticos, se advirtió en el informe.

El estudio fue elaborado por equipos de investigadores que trabajaron en 16 de los países más afectados por El Niño entre 1997 y 1998 em América Latina, Asia y Africa.

Esos países fueron Bangladesh, China, Costa Rica, Cuba, Ecuador, Etiopía, Fiji, Filipinas, Indonesia, Kenia, Mozambique, Panamá, Papúa-Nueva Guinea, Paraguay, Perú y Vietnam.

Una de las principales recomendaciones del estudio fue crear organizaciones regionales para desarrollar la capacidad de respuesta colectiva a El Niño.

«La cooperación regional es fundamental, porque El Niño no respeta fronteras», dijo a IPS Michael Coughlan, de la WMO.

Muchos gobiernos de países afectados carecen de los recursos humanos y financieros necesarios para llevar a cabo observaciones y pronósticos climáticos nacionales con tecnología avanzada, se indicó en el informe.

La implementación de estrategias para prevenir desastres en esos países depende cada vez más de investigaciones efectuadas en otras naciones, se añadió.

Además, los países en desarrollo deben recibir transferencias de tecnología que les permitan aprovechar por completo la información obtenida de fuentes externas, apuntó Godwin Obasi, secretario general de la WMO.

Los gobiernos deben apoyar programas que ayuden a formar personal capaz de comprender esa información, utilizarla para pronosticar procesos climáticos, y divulgar las recomendaciones correspondientes en áreas rurales, de forma simple y práctica, señaló Zafar Adell, de la UNU.

La transparencia y la apertura en ese proceso pueden aumentar la confianza entre los gobiernos, las instituciones oficiales, los científicos, los meteréologos y el público, apuntó Coughlan.

«La única manera de lograrlo es mejorar la infraestructura de recolección de datos, para que podamos brindar los mejores pronósticos posibles», enfatizó.

Los 16 equipos que realizaron el estudio coincidieron en señalar la importancia de contar con una red bien diseñada de estaciones metereológicas para recolectar datos.

En especial, adjudicaron gran importancia a la creación de redes de boyas en los océanos Atlántico e Indico, semejantes a la instalada en el Pacífico ecuatorial a mediados de los años 90.

Los científicos llegaron a la conclusión de que cambios de temperatura en las aguas del Océano Indico pueden incidir en el impacto de El Niño en algunas regiones de Asia y Africa, e incluso ser la principal causa de ese impacto.

La variabilidad de los actuales pronósticos sobre El Niño se debe en gran parte a la falta de datos sobre cambios en los océanos Atlántico e Indico, explicó Coughlan.

El actual sistema de recolección de datos para pronósticos sobre El Niño, instalado en su mayor parte en las costas del Pacífico, cuesta 100 millones de dólares anuales, pagados en su mayoría por Estados Unidos y Japón.

La instalación de sistemas de recolección de datos para prevención temprana en otros océanos costaría unos 210 millones de dólares según Coughlan, quien indicó que el costo de los daños causados por El Niño en el período 1997-1998 fue estimado entre 36.000 y 96.000 millones de dólares.

La instalación de nuevos sistemas en el Atlántico y el Indico también sería beneficiosa para prevenir monzones, sequías y otros fenómenos climáticos que causan grandes daños.

Los autores del informe pidieron aporte de fondos de la comunidad internacional para realizar estudios que establezcan cuales son las poblaciones, regiones y sectores sociales más vulnerables a los efectos de fenómenos climáticos, para ayudar a los gobiernos a establecer prioridades de desarrollo.

Uno de los mayores problemas detectados en los 16 países estudiados fueron rivalidades entre agencias gubernamentales que crean demoras y problemas para responder a la amenaza de El Niño. En el informe se recomendó que cada país instale una agencia oficial para coordinar todas sus acciones en la materia.

Desde 1998, la comunidad internacional ha tratado de establecer un centro metereológico en el puerto sudoccidental ecuatoriano de Guayaquil para estudiar el fenómeno de El Niño y eliminar el persistente problema de los pronósticos contradictorios, destacado en el estudio.

La expansión de Internet, la red mundial de computadoras, ha contribuido a que sus usuarios sean bombardeados con diferentes interpretaciones y predicciones, y a que sea cada vez más problemático obtener datos confiables.

La Asamblea General de la ONU aprobó varias resoluciones que instaron a la comunidad internacional a brindar la asistencia financiera necesaria para el proyecto en Guayaquil.

La última de esas resoluciones se votó el 20 de este mes, pero Obasi dijo que «todavía se esperan donantes» para el proyecto. (FIN/IPS/tra-eng/mjs/da/ego/mp/en dv ip/00)

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