El primer ministro de Malasia, Mahathir Mohamad, renovó sus críticas contra el FMI durante su visita esta semana a Estados Unidos, pero también fue condenado por grupos de manifestantes que lo llamaron "dictador".
Mahathir evitó participar de la Cumbre del Milenio, que comenzó el miércoles en la sede de las Naciones Unidas con la presencia de más de 150 jefes de Estado y de gobierno, y regresó a Kuala Lumpur.
En Chicago, el primer ministro malasio condenó al FMI (Fondo Monetario Internacional) y a especuladores financieros por su papel en la crisis financiera estallada en el sudeste asiático en julio de 1997.
Así mismo, condenó las medidas de ajuste estructural impuestas a las naciones en desarrollo y acusó a los países industrializados de "promover su propia agenda política".
"Debido a esa agenda, el sistema financiero internacional no solo permite sino que a veces también estimula la especulación monetaria", declaró.
Mahathir responsabilizó al flujo descontrolado de capitales de corto plazo y a la especulación monetaria por la caída del ringgit frente al dólar al comienzo de la crisis.
Lariba, una compañía con sede en California que ofrece servicios financieros acordes con los principios islámicos, otorgó un premio de Economía al mandatario.
Mahathir también participó en Chicago de una reunión a puertas cerradas con el Consejo Empresarial Asiático-Estadounidense y visitó el Centro Motorola en Schaumburg, además de reunirse con empresarios, capitalistas y líderes musulmanes.
En Nueva York, el primer ministro participó de una reunión informal del Grupo de los 77 (G-77) previa a la Cumbre del Milenio de las Naciones Unidas y se reunió con el presidente cubano Fidel Castro.
Mahathir destacó la dificultad que tiene el G-77, de 130 miembros, para tomar decisiones, en comparación con el Grupo de los Siete países más industrializados.
La Sociedad Islámica de América del Norte canceló una invitación a Mahathir para que participara como orador en su convención anual, realizada en Rosemont, Illinois, del 1 al 4 de este mes.
La cancelación se debió a protestas de miembros descontentos por el tratamiento dado por el gobierno malasio al ex viceprimer ministro Anwar Ibrahim, condenado a 15 años de cárcel por cargos de abuso de poder y sodomía.
"En todo el mundo, los musulmanes se enfrentan a la tiranía, la opresión, la negación de sus derechos básicos y de su dignidad", sostiene un mensaje del grupo "Anwar Libre" que circuló en la convención.
"Mientras el resto del mundo progresa hacia la transparencia democrática, en la mayor parte del mundo musulmán prosperan la corrupción y el abuso de poder, y los gobernantes oprimen a sus propios conciudadanos, muchas veces de manera más brutal que los antiguos regímenes coloniales", agrega el documento.
"La prosperidad económica nunca puede legitimar la tiranía", concluye el mensaje.
Fuera del hotel donde se hospedó Mahathir en Chicago, un grupo de activistas estadounidenses y malasios protestaron contra el encarcelamiento de Anwar y se manifestaron a favor del movimiento político "reformasi" iniciado tras la destitución del viceprimer ministro.
Los manifestantes portaban banderas de los partidos opositores de Malasia y denunciaron a Mahathir, quien lleva 19 años en el poder, como dictador.
De vuelta en Malasia, el primer ministro vuelve a enfrentar la sombra de Anwar y hacer frente a la oposición, que reclama una reforma política cada vez con más vigor. (FIN/IPS/tra-en/an/ral/mlm/dv-hd/00