La reunión en curso del FMI y el Banco Mundial en esta capital no es como cualquier otra, y así lo demuestran los helicópteros que sobrevuelan la ciudad, los agentes del FBI que patrullan las calles y los «skinheads» que cantan consignas racistas.
Antes de la reunión ministerial de la Organización Mundial del Comercio en Seattle, en noviembre pasado, frustrada por las protestas de miles de manifestantes, los encuentros de ambas instituciones sólo eran vistos como un grupo de ministros, economistas y banqueros que se juntaban para discutir teorías monetarias y decidían el destino de los países en desarrollo.
Pero Seattle generó una ola de protestas desde Argentina hasta Japón y Estados Unidos, y desde entonces todas las reuniones de instituciones financieras multilaterales se vuelven blanco de manifestaciones, a veces violentas.
Las organizaciones no gubernamentales (ONG) promotoras del desarrollo culpan al FMI (Fondo Monetario Internacional) y al Banco Mundial por el aumento de la brecha entre ricos y pobres.
Ambas instituciones celebrarán sus reuniones principales entre este martes y el jueves, fecha en que finalizarán.
Las próximas sesiones serán el blanco principal de organizaciones sindicales, partidos socialistas, activistas contra la deuda externa, grupos ultraderechistas y ONG varias que descenderán sobre la capital de la República Checa con la intención de «golpear al FMI y al Banco Mundial».
El domingo, una manifestación de más de mil personas obligó a la policía a reforzar su presencia en puntos vitales de Praga, ante el temor de que se produzcan desmanes durante la reunión de líderes mundiales.
Los manifestantes simularon un funeral por los 19.000 niños que mueren cada año en las naciones más pobres porque los gobiernos deben desviar fondos de programas de salud pública al pago de los intereses de la deuda externa.
La protesta fue organizada por Jubileo 2000, una federación de ONG que promueve la cancelación total de la deuda de los países más pobres.
En otras partes de la ciudad hubo algunas manifestaciones pacíficas.
Mientras, agentes checos detuvieron en la frontera sur a un tren italiano que llevaba 520 manifestantes a Praga, organizados por la ONG italiana Ya Basta, y obligaron a descender a 18 personas registradas en una lista negra de las autoridades.
El presidente del Banco Mundial, James Wolfensohn, se manifestó complacido por «la creciente conciencia en todo el mundo sobre cuestiones de igualdad, pobreza y la propia globalización».
«Todos tenemos mucho que aprender sobre esos asuntos… Pido un períod o de calma que nos brinde la oportunidad de construir un puente», declaró Wolfensohn.
De hecho, Praga es una ciudad de puentes. El más famoso es el puente Carlos, encargado a fines del siglo XIV por el emperador romano Carlos IV, que une la ciudad vieja con la nueva.
Entre tanto, Internet se ha convertido en el más importante puente de información para los activistas, que eluden los medios convencionales por considerar que éstos han ignorado la esencia de las protestas contra la globalización porque sus propietarios son grandes empresas.
La organización Ya Basta declaró en su página de Internet su intención de unirse al asedio al centro de reunión donde tendrá lugar este martes el encuentro del FMI y el Banco Mundial, en un intento por encerrar allí a los delegados hasta que pongan fin a ambas instituciones.
Nuevas voces, como el Centro de Medios Independientes, exhiben por Internet grabaciones, textos y fotografías de las reuniones y de contra-actividades para «colocar esos hechos locales en el contexto del movimiento mundial contra la globalización».
Numerosas ONG ofrecen a través de sus sitios Web declaraciones e informes con su propia visión de los acontecimientos de Praga.
El orden del día de la reunión número 55 del Banco Mundial y el FMI incluye las reformas en curso de ambas instituciones, el alivio de la deuda en el marco de la iniciativa para los Países Pobres Fuertemente Endeudados, los programas de ajuste estructural y el alivio de la pobreza.
Hay expectativas sobre el anuncio en Praga de un alivio mayor de la deuda, en una medida que permita a 20 países beneficiarse de la iniciativa antes de fin de año.
Además, de las juntas de gobernadores de las dos instituciones, también se reunirá el Comité de Desarrollo y ya lo hizo el Comité Monetario y Financiero, ambos organismos conjuntos.
El Comité de Desarrollo discutirá sobre la epidemia de sida, la tecnología de la información y el nuevo Fondo para la Reducción de la Pobreza y el Crecimiento, entre otros temas.
El Comité Monetario y Financiero, presidido por el director gerente del FMI, Horst Kohler, terminó su reunión el domingo, tras discutir las reformas en curso de las normas e instituciones que regulan el flujo internacional de capitales.
Para este martes se aguarda la llegada de nuevos contingentes de manifestantes de distintos países, que sumarán unos 20.000, según las previsiones.
Les aguardan unos 11.000 policías, 5.000 soldados y unidades policiales especiales.
La policía checa fue entrenada por el Departamento de Policía de Washington, y el FBI (Oficina Federal de Investigaciones) estableció una oficina en Praga.
Bajo presión para mantener a raya a los manifestantes, el presidente checo Vaclav Havel organizó el fin de semana un foro entre ONG y líderes de las instituciones de Bretton Woods, pero líderes de la sociedad civil consideraron la medida como un esfuerzo por dar una falsa impresión de cambio.
«La silla reservada para el presidente del Grupo de los Siete (países más ricos del mundo) estuvo vacía en la reunión, aunque es ese grupo el que realmente toma las deciciones. Los señores Wolfensohn y Kohler sólo son funcionarios públicos internacionales», señaló Anne Pettifor, directora de Jubileo 2000. (FIN/IPS/tra-en/gm/da/mlm/dv/00)