Importantes países del Norte industralizado aumentaron su producción de contaminantes desde 1975 hasta 1996, pese a esfuerzos para usar recursos naturales en forma más eficiente, según investigadores de Europa, Estados Unidos y Japón.
En ese período, el promedio de residuos por habitante generados en Austria, Alemania, Japón, Holanda y Estados Unidos se mantuvo estable, y la contaminación del aire, el agua y la tierra en esos países aumentó 28 por ciento, indicó un informe titulado "El peso de las naciones" dado a conocer en Washington esta semana.
Los autores del estudio fueron técnicos del Instituto Nacional para Estudios Ambientales de Japón, el Instituto Wuppertal de Alemania, el Instituto de Recursos Mundiales (WRI), con sede en Washington, el Instituto Interdisciplinario de Universidades Austríacas y el Centro de Ciencia Ambiental de la holandesa Universidad de Leiden.
Los beneficios del uso eficiente de recursos en el comercio electrónico y del avance del sector de servicios, en desmedro de la industria pesada, fueron superados por el auge de estilos de vida consumistas y derrochadores de energía que se asociaron con un gran crecimiento económico, sostuvieron los investigadores.
En Estados Unidos aumentó el número de firmas que hacen negocios mediante Internet, la red mundial de computadoras, con poco consumo de recursos, pero han sido más importantes los impactos negativos del consumo o del uso creciente de vehículos que emplean combustible en forma ineficiente, pese al aumento de los precios del petróleo.
"Mientras el crecimiento económico implique aumentar el uso de materiales transformables en residuos, hay pocas esperanzas de limitar los impactos de la actividad humana en el ambiente", y la clave es separar el crecimiento del uso de esos recursos, apuntaron.
"Mejores políticas nacionales y prácticas administrativas inteligentes de la industria pueden ayudar a romper el vínculo entre crecimiento económico, consumo de recursos y residuos", dijo Emily Matthews, una investigadora del WRI.
En el período estudiado, Austria aumentó 10 por ciento su producción de residuos y contaminantes, Japón la incrementó 20 por ciento, y Estados Unidos 28 por ciento.
En ese período, Japón produjo 11 toneladas de residuos anuales por habitante, y Estados Unidos 25 toneladas anuales por habitante, pero si se cuenta el "flujo oculto" que incluye erosión del suelo y remoción de tierra en la construcción y la minería, el promedio anual de Japón es 21 toneladas, y el de Estados Unidos 85 toneladas.
Las actividades que generaron más residuos y contaminación en los cinco países estudiados fueron la minería y la extracción y el uso de combustibles fósiles como el carbón y el petróleo, indicó Matthews.
La emisión de dióxido de carbono causada por uso de combustibles fósiles fue responsable, en promedio, de 80 por ciento de la contaminación en los países estudiados, sin contar el "flujo oculto".
El dióxido de carbono es uno de los principales gases causantes del llamado "efecto invernadero", al cual la mayoría de los científicos atribuyen el recalentamiento planetario.
"La atmósfera es el mayor vertedero de residuos industriales", aseguró Matthews.
Los investigadores también registraron una tendencia positiva en relación con el uso de desechos sólidos para rellenar terrenos, que no aumentó e incluso disminuyó de 30 por ciento o más en algunos países, "en parte por el reciclaje de residuos".
Sin embargo, otra causa del fenómeno fue el aumento de la incineración de residuos, que liberó en la atmósfera dioxinas y otros contaminantes.
Algunos países estudiados tuvieron éxito en en intento de regular contaminantes peligrosos como el plomo y el azufre, pero aumentó la contaminación con otros materiales riesgosos, por ejemplo el arsénico.
La contaminación con arsénico del agua y el aire se incrementó en especial en Estados Unidos, donde esa sustancia tóxica es usada para preservar la madera.
Algunas de las naciones estudiadas aplican políticas para promover un menor consumo de recursos, entre ellas impuestos a la contaminación y subsidios gubernamentales para el uso de energías renovables como la eólica o la solar.
En Holanda, la aprobación de impuestos a la contaminación condujo a reducciones de entre 72 y 99 por ciento de la descarga de metales pesados en las aguas durante e período estudiado, según el Worldwatch Institute, un grupo ambientalista con sede en Washington.
Austria adoptó políticas para alentar el uso en los vehículos de biomasa en vez de combustibles fósiles, pero la emisión de dióxido de carbono en ese país ha aumentado 12 por ciento desde 1988, indicó Matthews.
Algunas firmas han aceptado que hacer más con menos tiene sentido comercial. Interface, una compañía de pavimentación y alfombrado con sede en el estado sudoriental estadounidense de Georgia, ganó varios premios por sus iniciativas para disminuir la producción de residuos y emplear recursos en forma eficiente.
"Cuando comenzamos, éramos una típica firma industrial poco cuidadosa con el ambiente", comentó Ray Anderson, un ejecutivo de Interface, la cual ahorra ahora decenas de millones de dólares porque usa menos materiales y los aprovecha mejor mediante el la recolección y reciclaje de sus productos usados.
La compañía también usa materiales reciclados para fabricar tejidos de alfombra, entre ellos los provenientes de envases usados de plástico.
"¿Por qué usar materiales vírgenes costosos cuando es posible emplear los recursos en forma más eficiente y aumentar las ganancias de las firmas, al mismo tiempo que se protege el ambiente?", comentó Matthews. (FIN/IPS/tra- eng/dk/da/ego/mp/en/00