(Arte y Cultura) FOTOGRAFIA-ESTADOS UNIDOS: La historia detrás de los Pulitzer

Un brazo ensangrentado asoma de la tierra tras una erupción volcánica en Venezuela. Una madre sonriente sostiene a su bebé, todavía unidos por el cordón umbilical. Una ejecución callejera en Vietnam. Estas y más fotos ganadoras del premio Pulitzer se exhiben en el museo Newseum de Nueva York.

"Esta exposición reúne a las mejores fotografías periodísticas, que representan el testimonio más inmediato y conmovedor de hechos históricos importantes", dijo Joe Urschel, director ejecutivo del Newseum en el distrito neoyorquino de Manhattan.

Muchas fotografías son familiares, pero los organizadores de la muestra, que abrió el día 23, les dieron una nueva dimensión al incluir antecedentes, como información sobre cómo fueron captadas y de que manera los autores debieron optar por la observación impersonal o la compasión humanitaria.

Un reportero se lamentó de tomar la foto de un niño africano moribundo en lugar de atenderlo y otro donó la mitad del dinero del premio a una familia de refugiados que fue objeto de sus tomas.

Un fotógrafo que captó la muerte a machetazos de un supuesto "inkhata" (espía) en Sudáfrica, recordó oprimir el obturador y luego temblar incontrolablemente dentro de su auto.

Las fotos de los diarios tuvieron su premio a partir de 1942, luego de que el magnate neoyorquino de la prensa, Joseph Pulitzer, donó dos millones de dólares a la Universidad de Columbia en 1904 para crear premios a la mejor actividad periodística.

La categoría fue luego dividida en instantáneas e ilustración de notas en 1968.

La primera foto premiada fue la imagen, tomada en 1941, de un piquete de huelga en la fábrica de autos Ford, en Detroit. Posteriormente, la guerra fue un tema recurrente de los premios Pulitzer y produjeron imágenes memorables y controvertidas.

La izada de la bandera estadounidense sobre el Monte Suribachi, en Iwo Jima, durante la guerra del Pacífico (1941-1945), por Joe Rosenthal, y la ejecución a quemarropa de un guerrillero del sur por el general vietnamita Nugen Ngoc Loan, por Eddie Adams, en 1969, figuran entre las más discutidas.

Durante años, Rosenthal debió defenderse de la acusación de que montó la foto y que no fue instantánea.

Adams, veterano fotógrafo de 13 conflictos, confesó la ambigüedad que sintió al recibir el premio por haber retratado el instante de la muerte del prisionero que luego persiguió al ejecutor el resto de su vida.

"Me dieron dinero por mostrar a un hombre que mataba a otro. Dos vidas quedaron destruidas y a mí me pagaron por eso", dijo Adams.

Sin embargo, fotos como la suya generaron la simpatía del público por el dolor registrado en un país lejano.

Las escenas que Carol Guzy captó dos décadas después en la provincia separatista yugoslava de Kosovo y en Haití, o las imágenes de Martha Rial en 1997, de una interminable caravana de refugiados en Ruanda, llevando sus pertenencias, circularon en todo el mundo.

"Las fotografías de rebeliones, revoluciones y refugiados hacen tomar conciencia de cuántos conflictos y padecimientos hubo en los últimos 60 años", declaró Tracy Quinn, vicepresidenta del Newseum.

"Cuando uno lee las leyendas de las fotos que cuentan de la suciedad, las enfermedades y las situaciones peligrosas que el fotógrafo debió enfrentar, no se puede menos que sentir admiración por esa mezcla de talento, recursos, valentía y suerte", apuntó.

Una fotografía de una tremenda tormenta abatiéndose contra un faro fue tomada desde un avión, pese a que su autor estaba casi paralizado por el mareo.

Si bien las imágenes sombrías dominan la colección de más de 100 fotos, también tienen momentos más luminosos.

En 1992, el fotógrafo de Associated Press, Alexander "Sasha" Zemlianichenko y sus colegas ganaron el Pulitzer por la cobertura en equipo del colapso de la Unión Soviética y del golpe de Estado abortado en ese país.

Sin embargo, la imagen que de alguna manera complementa los excesos y paradojas del gobierno de Boris Yeltsin, y que dió el premio a Sasha, resultó inesperada.

La foto muestra al ex presidente ruso bailando tiesamente sobre un escenario con dos cantantes rubias en minifalda, los puños apretados y mostrando una extraña sonrisa, casi una mueca.

"Yeltsin pronunció un discurso y después comenzó el espectáculo, entonces se incorporó y, por supuesto, fue una sorpresa para todos nosotros. Mostró que Yeltsin podía ser no sólo el líder de un gran país sino también un hombre verdadero", recordó Zemliachenko.

"Esos reportajes gráficos clásicos capturan momentos decisivos de la segunda mitad del siglo XX", señaló el curador. "Son fuertes testimonios en oposición a la guerra y la brutalidad. Honran el heroísmo, la compasión y la lucha de la gente común por una vida mejor".

"Y detrás de cada una, hay un segundo relato conmovedor, la historia de cómo cada fotógrafo captó la imagen que ganó el más prestigioso premio periodístico", agregó. (FIN/IPS/tra-en/ks/da/ego/aq/cr/00

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