ARGENTINA: Lento crecimiento económico y deuda pública en alza

El gobierno de Argentina, el FMI y diversos estudios afirmaron que, después de los ajustes realizados, sólo resta esperar que la economía crezca y que deje de aumentar la voluminosa deuda externa.

El producto creció apenas 0,85 por ciento en el primer semestre de este año, según el Ministerio de Economía, y, a ese paso tan lento, la recuperación esperada luego de un año de caída no superará dos por ciento, y algunos la sitúan en apenas 1,5 por ciento.

El Departamento del Hemisferio Occidental del FMI (Fondo Monetario Internacional) considera que luego de la renegociación de las metas de Argentina —aprobadas la semana pasada—, resta esperar un cambio de expectativas que provoque una importante actividad económica.

Mientras, una encuesta de la Fundación Mercado advirtió que las familias con capacidad de ahorro disminuyeron en un año de 29 a 16 por ciento, y los investigadores aseguran que eso no indica un incremento del consumo, sino una rebaja de los ingresos.

Así mismo, 36 por ciento de las personas consultadas en otro sondeo, realizado por la encuestadora D'Alessio & Harris, prevén una reducción "significativa" de su consumo y 33 por ciento una disminución "moderada", mientras 19 por ciento creen que mantendrán su gasto actual.

El comportamiento estático de la economía, reflejada en la actitud cautelosa y desconfiada de consumidores, empresarios y banqueros, va a contramano de la tendencia de crecimiento que se observa este año tanto en América Latina como en Estados Unidos y la Unión Europea.

De acuerdo con el FMI, los países en desarrollo crecerán 5,6 por ciento este año y América Latina 4,2 por ciento. Si se toman algunos casos aislados como Brasil, Chile o México, los pronósticos se ubican entre cuatro y seis por ciento.

En este contexto, la marcha lenta de la economía argentina preocupa al gobierno, a expertos y a acreedores. El bajo crecimiento no sólo perpetúa un alto desempleo, sino que disminuye la recaudación prevista e incrementa el costo de la deuda externa.

El secretario de la Cámara Argentina de la Construcción, Gregorio Chodos, advirtió este martes que su sector, tradicionalmente uno de los más dinámicos de la economía, vive "el momento más dramático" de toda su historia, con desaparición de empleos incluso muy calificados.

El economista Eduardo Rodríguez Diez, de la Fundación Capital, comentó a IPS que el creciente peso de la deuda sobre el presupuesto argentino se constituyó en la principal barrera hacia el equilibrio fiscal prometido al FMI para 2003.

La deuda externa argentina creció cuatro veces más rápido que la economía en los últimos cuatro años. La deuda pública total pasó de 50.000 a 140.000 millones de dólares en los años 90, a pesar de los ingresos del Tesoro por concepto de privatizaciones. La deuda privada suma otros 60.000 millones.

De acuerdo con Rodríguez Diez, el problema es que se han acumulado vencimientos de intereses y amortizaciones de capital en momentos en que las tasas de interés suben en Estados Unidos, y por eso los costos de incrementan.

Argentina pagó este año cerca de 10.000 millones de dólares de intereses y amortización de capital, y para 2001 se deberán desembolsar 11.144 millones. Esa última cantidad equivale a 22 por ciento de los gastos del Estado previstos en el presupuesto que el gobierno acaba de presentar al Congreso legislativo.

El servicio de la deuda pública aumentó 100 por ciento en apenas cinco años, debido a la acumulación de vencimientos en los últimos años. Por eso, es difícil que tenga un fuerte impacto la reducción de gastos por 700 millones de dólares que el gobierno espera realizar en 2001.

El economista Claudio Lozano, de la central sindical Congreso de Trabajadores Argentinos, rechaza este círculo de mayor ajuste para generar condiciones de confianza como las que lograron Chile, México o Uruguay. "Este esquema lo único que hace es producir ajuste permanente", comentó.

Los acreedores e inversores observan con especial atención el resultado de la gestión financiera de todo gobierno, para deducir su capacidad futura de pagos.

Una sucesión de resultados satisfactorios, sin déficit, favorece la búsqueda de financiamiento, en caso necesario, y la disminución de los intereses que deben pagarse.

En América Latina, sólo Chile, México y Uuguay han logrado el «grado de inversión» que conceden las empresas internacionales calificadoras de riesgo financiero o «riesgo país». Argentina no lo tiene y debe pagar intereses superiores por los títulos de deuda que ha colocado.

Desde que asumió en diciembre, el gobierno de Fernando de la Rúa efectuó una fuerte reducción de gastos. Rebajó 12 por ciento los salarios en la administración pública, sancionó una ley que flexibiliza las normas de contratación laboral y aumentó los impuestos.

Pero todos estos "gestos" no alcanzaron para que la nueva administración se ganara la confianza de los inversores, que se resisten a considerar este mercado como una plaza para la inversión directa.

"Hasta que no se alcance un equilibrio fiscal y se visualice que el riesgo país está en retroceso, la deuda va a aumentar, porque la velocidad del ajuste es muy lenta", sostuvo Rodríguez, quien recomendó avanzar más rapidamente en el recorte del gasto público y en el impulso del crecimiento.

El economista consideró acertada la decisión gubernamental de renegociar el acuerdo por el déficit fiscal futuro con el FMI (para llegar a más de 5.000 millones de dólares en lugar de los 4.700 millones prometidos), a fin de no profundizar el estancamiento.

Pero advirtió que esa medida sólo implica "un respiro". "Los acreedores externos no ven viabilidad en estos ajustes graduales, en la falta de crecimiento y en una reducción de gastos insuficiente", remarcó.

Del mismo modo, el economista Miguel Angel Broda, uno de los más consultados por las empresas locales y del exterior, sostuvo que la economía argentina está en la mira "porque casi no crece pero está fuertemente endeudada, por lo que paga una sobretasa altísima por riesgo país".

Broda reconoció que el gobierno hizo bien en adoptar políticas de ajuste fiscal, aunque también consideró que esas medidas implican contraer la economía y agravar la recesión.

"La recuperación llegará, pero lenta", pronosticó Broda. Este año, el crecimiento será inferior a 1,5 por ciento, agregó. (FIN/IPS/mv/mj/if/00

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