/Integración y Desarrollo/ GUYANA-VENEZUELA: Otra vez salta la liebre de conflicto limítrofe

Guyana, que desesperadamente quiere salir de las listas mundiales de países más pobres, y Venezuela, que exporta la idea de relanzar las alianzas entre los pueblos del Sur en desarrollo, chocan de nuevo en la más que centenaria controversia por el territorio de Esequibo.

Esa zona "es histórica y legalmente venezolana. Los derechos de Venezuela son incuestionables", aseveró el presidente Hugo Chávez en una de sus últimas conferencias de prensa. Chávez y el canciller José Vicente Rangel han insistido en que para recuperar territorio utilizarán «todas las vías, excepto la armada».

«El presidente de Venezuela es libre de decir lo que quiera a los venezolanos (pero) Guyana no cederá a Venezuela ni una pulgada del Esequibo», respondió el canciller guyanés, Clement Rohee. Y recordó a Chávez, quien se define ideológicamente como «bolivariano», que «Simón Bolívar nunca fue un anexionista».

Como Caracas intenta desanimar a inversores internacionales a los que Georgetown entrega concesiones mineras, forestales, petroleras y para una base de lanzamiento de cohetes, Rohee estimó «muy desafortunado que Venezuela llegue hasta ese límite».

«Es una seria grieta en lo que creemos como miembros del Grupo de los 77» que reúne a 134 naciones en desarrollo, agregó el ministro guyanés.

Rohee recordó que ambos vecinos «tienen serios problemas económicos y sociales. Así fue que el presidente Chávez ganó las elecciones (las de 1998 y una relegitimación en julio), porque la gente estaba insatisfecha».

«Aquí también, la gente pobre vota por nosotros, para encontrar soluciones. Pero para eso necesitamos inversiones y empleos», sostuvo.

Franck Becles, portavoz de la organización no gubernamental Guyana is First (Guyana es primero), también advirtió que «el tono de Chávez es más que retórico».

«Aunque Caracas insiste en que no usará las armas, se dedica a lo que puede ser interpretado como actos guerrilleros, de un efecto peor, como es obstaculizar el desarrollo de un país vecino», dijo.

Por su parte, Rangel replicó que Guyana «está jugando al país pequeño y pobre. Piensan que nosotros los vamos a victimizar y están muy equivocados. No los estamos despreciando y pensamos que esa simbología de David y Goliat no funciona en este caso».

Venezuela ocupa el puesto 65 de acuerdo con el cálculo del índice de desarrollo humano efectuado este año por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). Guyana se ubica en el 96.

La superficie de Venezuela cuadruplica la de Guyana. La población venezolana es 27 veces mayor, su producto bruto por habitante quintuplica el de Guyana y la proporción de efectivos militares es de 30 a uno.

Según el canciller venezolano, su colega guyanés «agita el fantasma de una presunta política de agresión», pero Caracas «está lejos de ser anexionista». Venezuela se ufana de ser el único país latinoamericano que jamás ha ido a una guerra, desde su independencia.

«Los venezolanos somos un pueblo que nunca ha salido de su territorio para avasallar a otra nación», recordó Rangel.

La polémica se renueva cuando Jarrat Bagdeo trata de afianzar su liderazgo en Guayana.

El joven presidente sucede a Janet Jagan, viuda del líder de origen indio Cheddi Jagan, cuyo Partido Progresista Popular sólo en 1992 pudo desplazar la hegemonía que detentó durante 30 años el Congreso Nacional Popular, dirigido por afroguyaneses.

Bagdeo intenta atraer capitales extranjeros sosteniendo la política desarrollada desde hace una década —cuando Guyana acogió el recetario del Fondo Monetario Internacional— y que implica facilidades para obtener concesiones. En el Esequibo, occidente guyanés, hay unas 90 concesiones.

A su vez, la polémica coincidió con la recta final de la campaña para los comicios del 30 de julio en la que Chávez, al cabo de año y medio en el poder, obtuvo un segundo mandato por seis años.

Las frases más duras se cruzaron mientras el presidente visitaba a los socios de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), a mediados de este mes.

Con esa gira —primera de un jefe de Estado a Iraq desde la invasión a Kuwait (1990)— Chávez ganó puntos entre mandatarios y sectores de opinión de Africa y Asia, y en lo inmediato consiguió apoyo para una cumbre de la OPEP en Caracas en septiembre.

Guyana, por su parte, consiguió que la Comunidad Británica de Naciones conformara un grupo de observación de la controversia, integrado por Antigua y Barbuda, Bangladesh, Canadá, Guyana, Jamaica, Sudáfrica y Gran Bretaña, y que se reunirá en Nueva York en septiembre.

Allí también se reunirán los presidentes Jagdeo y Chávez, en el marco de la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) denominada Cumbre del Milenio.

Antes, ambos mandatarios conversarán en Brasilia, el día 31, en un aparte de la reunión de presidentes de América del Sur convocada por el brasileño Fernando Henrique Cardoso.

El diálogo Chávez-Jagdeo fue propuesto por ambos gobiernos y subrayado por voces moderadoras, como el barbadino Oliver Jackman, quien ejerce una misión de buenos oficios por mandato del secretario general de la ONU, Kofi Annan.

Esequibo es el área al oeste del río del mismo nombre, que atraviesa Guyana de sur a norte hasta desembocar en el océano Atlántico. El territorio mide 159.000 kilómetros cuadrados, es decir, más de 70 por ciento de los 215.000 de la superficie guyanesa.

Según Venezuela, tras la independencia de España su límite oriental llegaba hasta ese río, pero Gran Bretaña avanzó hacia el oeste durante el siglo XIX, hasta que en 1899 un tribunal de cinco jueces —ninguno venezolano— fijó en París la actual frontera.

Caracas aceptó la demarcación pero siempre protestó el Laudo.

Poco antes de que la antigua Guayana Británica accediera a la independencia en 1966, Caracas, Londres y Georgetown firmaron el Acuerdo de Ginebra, comprometiéndose las partes a buscar un «arreglo práctico» de la controversia.

Pero, como el texto a continuación señaló que dicha controversia surgió «de la contención venezolana de que el Laudo de 1899 es nulo e írrito (sin valor)», Guyana siempre ha exigido que previamente se demuestre la invalidez de ese fallo.

En secreto, según trascendidos, distintos gobiernos venezolanos y guyaneses se aproximaron en el pasado a fórmulas de arreglo (una ligera corrección de la línea fronteriza en favor de Venezuela a cambio de ayuda económica a Guyana), pero jamás prosperaron.

Mientras, de vez en cuando salta sorpresivamente la liebre del enfrentamiento. (FIN/IPS/jz/mj/ip/00

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