América Latina y el Caribe están iniciando un nuevo ciclo de crecimiento, señaló hoy la Cepal en su último informe económico, a la vez que propuso un conjunto de medidas para que la región deje de ser vulnerable a las crisis internacionales.
El producto interno bruto (PIB) regional crecerá este año en torno de cuatro por ciento, tras el estancamiento provocado el año anterior por la llamada crisis asiática, anticipa el Estudio Económico 1999-2000 de la Cepal (Comisión Económica para América Latina y el Caribe).
El economista colombiano José Antonio Ocampo, secretario ejecutivo de la agencia regional de la Organización de las Naciones Unidas con sede en Santiago, destacó que en 2000 se está abriendo un tercer ciclo de crecimiento tras la implantación de las reformas de corte liberal.
El primer ciclo culminó en 1994 con la crisis en México que generó el "efecto tequila", mientras el segundo se vio interrumpido en el bienio 1998-1999 con la expansión a Rusia y Brasil de las turbulencias financieras que irrumpieron en 1997 en el sudeste asiático.
Frente al fantasma de una nueva crisis que repita el ciclo de auge y caída, Cepal recomendó innovaciones en las políticas macroeconómicas, pero a la vez Ocampo reiteró la necesidad de reformas en el sistema financiero internacional.
Este año, República Dominicana volverá a tener el mayor crecimiento del PIB de la región, con más de siete por ciento, seguida por Chile, que tras una caída superior a uno por ciento en 1999 tendrá en 2000 una expansión del producto de seis por ciento.
Costa Rica, con una tasa ligeramente inferior a la chilena, y México, cuyo PIB crecerá 5,7 por ciento, se ubican en los lugares siguientes, dando continuidad así al buen desempeño en 1999 tanto de la economía mexicana como de los países centroamericanos y caribeños.
Ocampo señaló que la tendencia de México es "realmente excepcional" y refleja el efecto positivo que en el norte de la región ejerce el ciclo expansivo de la economía estadounidense en los últimos años.
Nicaragua y Perú tendrán este año, según las proyecciones de Cepal, crecimientos del PIB en torno de 4,5 y cinco por ciento, mientras que en Guatemala, Brasil, Honduras y Panamá el aumento del producto será de alrededor de cuatro por ciento.
Bolivia, Colombia y El Salvador se aproximarán a una expansión del producto de tres por ciento, mientras Argentina y Uruguay registrarán crecimientos entre dos y 2,5. Venezuela y Paraguay se ubicarán en alrededor de dos por ciento.
La nómina, que no incluye a Cuba ni a países anglófonos del Caribe, se cierra con un crecimiento de uno por ciento en Haití y de cero por ciento en Ecuador, lo cual no deja de ser positivo en este país que en 1999 tuvo una caída del PIB superior a siete por ciento.
La economía de Venezuela, también fuertemente golpeada el año anterior, será beneficiaria ahora del aumento de los precios internacionales del petróleo, fenómeno calificado de positivo por Ocampo tras la depreciación de las materias primas durante la última crisis.
En el análisis de Cepal se destaca que pese a la recesión de 1999 y a su efecto devaluatorio sobre las monedas de la mayoría de los países latinoamericanos, no hubo presión inflacionaria.
La excepción fue Ecuador que, gracias a la dolarización adoptada este año, está neutralizando los riesgos hiperinflacionarios de 1999, aunque todavía su tasa de aumento de precios sigue siendo alta, indicó el secretario ejecutivo.
En el transcurso del 2000 Cepal observa un comportamiento inestable de los flujos de capital hacia la región, que en el primer trimestre recuperaron los niveles anteriores a la crisis a través de los montos de emisión de bonos, pero decayeron en el segundo trimestre.
Los costos del financiamiento externo tampoco han disminuido sustancialmente de acuerdo con las tasas de interés, a la vez que las bolsas de valores latinoamericanas tampoco muestran una recuperación importante.
Frente al desempeño irregular de las variables financieras hay una importante recuperación de las exportaciones, que es el factor clave de apoyo para el crecimiento del PIB en el presente año, subraya la agencia de la ONU.
Hay un leve repunte de la inversión, así como una recuperación de la demanda interna, gracias a caídas en las tasas locales de interés, y si bien el empleo se recupera, la desocupación sigue siendo alta en relación al período previo a la última crisis.
Entre los factores que podrían incidir negativamente en la recuperación económica de América Latina y el Caribe, Cepal señala en primer término la "fuerte volatilidad de los flujos de capital externo".
En segundo lugar, no es descartable un "aterrizaje brusco" de la economía de los Estados Unidos, lo cual comprometería la tendencia al crecimiento de los últimos años tanto de México como de América Central y el Caribe.
Por último, si bien se recuperan los precios del petróleo, y en menor medida de minerales y metales, así como de productos pesqueros, las materias primas agrícolas en general siguen desvalorizadas, advierte el informe.
Más allá de estos factores, Cepal recomienda a los gobiernos de la región la puesta en marcha de una "política macroeconómica anticíclica", que debería apoyarse en primer término en la flexibilidad cambiaria para evitar sobrevaluaciones de las monedas que afecten al sector exportador.
Desde el punto de vista del manejo fiscal, la agencia regional recomienda programaciones presupuestarias plurianuales, creando fondos de estabilización para contrarrestar amenazas de déficits.
La política monetaria debe tener como norte la fijación de tasas de interés que apoyen la inversión productiva, planteó Cepal.
Otras recomendaciones "anticíclicas" son el reforzamiento de los sistemas financieros domésticos, el manejo adecuado de la estructura del endeudamiento público y privado y la coordinación de las políticas macroeconómicas en instancias internas y subregionales.
En este último aspecto, Ocampo valoró los acuerdos de coordinación de políticas macroeconómicas adoptados en la última cumbre del Mercosur, bloque conformado por Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay, con Bolivia y Chile como miembros asociados.
El secretario ejecutivo señaló que la efectividad de las recomendaciones de Cepal requiere también de que se consoliden reformas al sistema financiero internacional, que haga a las economías latinoamericanas menos vulnerables a los ciclos de auge y crisis.
Las dos crisis anteriores estuvieron asociadas, desde el punto de vista de su impacto en la región, a los ciclos del financiamiento externo, recordó Ocampo. (FIN/IPS/ggr/mj/if/00


