AMBIENTE: Multinacionales toman medidas contra recalentamiento

Numerosas empresas multinacionales decidieron tomar medidas voluntarias para reducir sus emisiones de los llamados gases de invernadero, anticipándose a una posible regulación gubernamental.

Un informe publicado esta semana por el Centro Pew sobre Cambio Climático Mundial describe los esfuerzos de varias compañías, entre ellas la agroquímica DuPont y las petroleras British Petroleum y Shell International, para disminuir sus emisiones de esos gases contaminantes.

Se estima que entre 100 y 200 empresas se sumaron a los esfuerzos para reducir los gases de invernadero, considerados responsables por el recalentamiento de la atmósfera terrestre, que provoca graves trastornos climáticos.

El dióxido de carbono, creado por la quema de combustibles fósiles como el petróleo y el carbón, es el principal de los gases de invernadero.

Estados Unidos, responsable por 23 por ciento de todas las emisiones, lanzará a la atmósfera 2.100 millones de toneladas de esos gases para el año 2008, según proyecciones.

El protocolo firmado en la ciudad japonesa de Kyoto en 1997, en una conferencia de partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático, exhorta a Estados Unidos a reducir sus emisiones a 1.500 millones de toneladas entre los años 2008 y 2012.

"Cualquier esfuerzo voluntario debe ser estimulado. Pasará algún tiempo antes de que se aprueben normas, y mientras tanto las empresas deben actuar y erradicar el uso ineficiente de la energía", exhortó Rebecca Eaton, del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF).

Muchas empresas estadounidenses reconocieron que, mediante un análisis más minucioso de su consumo de energía, son capaces de disminuir el uso de combustibles fósiles y al mismo tiempo aumentar sus ganancias y su productividad, señala el informe del Centro Pew.

United Technologies, una de las firmas citadas en el informe, cree que la realización de inventarios de sus emisiones y la vigilancia cuidadosa del consumo de energía en sus 229 fábricas la beneficiará económicamente.

"No se puede administrar lo que no se puede medir… Realizar inventarios es el primer paso del proceso", señaló Judith Bayer, directora del departamento de ambiente y asuntos gubernamentales de la empresa.

Además, anticiparse a una posible regulación del gobierno ofrece importantes beneficios a las compañías.

"Si empezamos ahora, ahorraremos dinero a largo plazo y tendremos más tiempo para crear tecnologías rentables… Recuperaremos la inversión mediante medidas tempranas", declaró John Carberry, portavoz de DuPont.

Para el año 2010, la empresa prevé reducir sus emisiones de gases de invernadero en 65 por ciento respecto de los niveles de 1990.

Un inventario preciso de las emisiones también pondrá a las compañías en mejores condiciones para hacer un recuento de sus reducciones voluntarias en caso de futuros requerimientos legislativos.

Así mismo, la posibilidad de ganar prestigio por una acción voluntaria temprana es un incentivo adicional para las empresas, destaca el informe, parte de una serie de estudios del Centro Pew, con sede en Washington.

Pero el esfuerzo para limitar las emisiones desde el campo político no es fácil. El impacto potencial del recalentamiento del planeta y la respuesta al problema es un asunto polémico en el Congreso de Estados Unidos.

El año pasado, un grupo de senadores presentó el proyecto de Ley de Créditos por Reducciones Voluntarias, que otorgaría créditos a aquellas empresas que disminuyan sus emisiones de gases de invernadero antes de la aprobación de normas nacionales en ese sentido.

Los créditos podrían usarse para cumplir futuros objetivos fijados por la ley e incluso venderse a otras firmas que los necesiten para cumplir con sus propias obligaciones de reducción de emisiones.

El Partido Republicano, mayoritario en el Congreso, se opone firmemente a las metas fijadas para los países industrializados en el protocolo de Kyoto, y arguye que países en desarrollo como China, Brasil y México, que emiten grandes cantidades de dióxido de carbono, deberían reducir sus emisiones en grado similar.

El protocolo de Kyoto, que fue firmado por la administración de Bill Clinton, compromete a 38 países industrializados a reducir sus emisiones de gases de invernadero en un promedio de cinco por ciento por debajo de los niveles de 1990 para el año 2012.

La reducción correspondiente a Estados Unidos sería de siete por ciento.

Sin embargo, ese objetivo no se alcanzará a menos que se adopten medidas legislativas concretas y pronto, advirtieron organizaciones ambientalistas.

"Los cambios políticos son lentos, pero la acumulación de gases de invernadero en la atmósfera es rápida", previno Fred Krupp, del Fondo de Defensa Ambiental. (FIN/IPS/tra-en/ab/da/mlm/en/00

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