VENEZUELA: Elecciones contra el tiempo

El Consejo Nacional Electoral (CNE) de Venezuela libra una lucha contra el tiempo, acuciado por la necesidad de evitar un nuevo fracaso de la convocatoria a comicios generales, programados en segunda instancia para el 30 de este mes.

Las elecciones, consideradas las más importantes de los últimos años en Venezuela, fueron postergadas al comprobarse que no existían condiciones técnicas para realizarlas el 28 de mayo.

Los integrantes del CNE, que asumieron su cargo después de ese fracaso, luchan desde hace casi un mes con los plazos de un cronograma difícil de cumplir, que tiene como objetivo garantizar la realización de comicios eficientes y transparentes.

El principal desafío será esta semana destrabar la negociación con la empresa española Indra, que fue contratada para manejar el proceso de votación automatizada, incluyendo el control de calidad de las boletas.

Hay 11,7 millones de ciudadanos inscriptos para participar en dos jornadas de votación. La primera se realizará el 30 de este mes y la segunda, el 1 de octubre, fechas fijadas después de que el CNE decidiera dividir los comicios para facilitar su organización.

Se trata del proceso electoral más complejo de este país desde 1958, cuando se inició el actual ciclo democrático.

Los votantes deberán elegir en las dos fechas determinadas entre unos 35.000 candidatos a 6.241 puestos. La jornada única convocada originalmente era conocida como "megaelección", debido a sus grandes dimensiones, aunque después del fracaso es recordada como "megadesastre".

El CNE espera recortar el presupuesto de 45 millones de dólares exigido por Indra para realizar los dos comicios, según ha trascendido. Y en principio sólo estaría autorizado a invertir 20 millones en la votación del 30.

Ese día, los venezolanos deberán elegir presidente, parlamentarios, gobernadores, legisladores regionales y alcaldes, mientras que en la segunda jornada, decidirán sobre concejales municipales y juntas parroquiales, cargos que atrajeron la mayor cantidad de postulantes.

Los comicios permitirán la renovación de la institucionalidad, para adecuarla a las disposiciones de la nueva Constitución, vigente desde octubre. La automatización es clave para este proceso, pues más de 90 por ciento de los votantes usan esas máquinas.

Entretanto, para este lunes estaba previsto el inicio de las actividades relacionadas con la auditoría del proceso electoral antes y después de la votación que, según se informó, podría ser otorgado a dos empresas recomendadas por un equipo de especialistas independientes.

Además, se espera que avance en forma continuada la impresión de las 16,3 millones de boletas de votación necesarias para la primera fase de los comicios, asignada a la empresa Communications Graphics, de Estados Unidos, y que implican un costo de más de tres millones de dólares.

La impresión de las boletas, que en gran parte depende del envío de información adecuada desde Venezuela a la sede de Communications Graphics, es considerada crucial para completar los preparativos de las elecciones durante los próximos 20 días.

Según se ha dicho, podrían ser entregadas a las autoridades electorales el próximo fin de semana.

Por otra parte, el CNE informó haber comenzado este fin de semana la distribución de las "gacetillas electorales", como se denomina a los folletos que informan a los votantes de cada distrito acerca de los candidatos a los puestos en juego.

El árbitro electoral también tiene previsto distribuir al menos cinco millones de boletas no válidas, destinadas a informar cómo encarar el acto de votación ante la abundancia de candidatos.

A fines de esta semana, el CNE también debería tomar decisiones sobre la campaña de promoción del voto en los medios de comunicación.

El fracaso de mayo fue endosado por el Tribunal Supremo de justicia, que suspendió la votación atendiendo a organizaciones de la sociedad civil, que presentaron un recurso de amparo argumentando que no había suficiente información para los electores.

En medio de una gran presión y del escepticismo generado en la sociedad por la frustración de mayo, el CNE deberá realizar en los próximos días los "simulacros" de elecciones, considerados clave para determinar la viabilidad técnica de la votación.

Y paralelamente, debe lidiar con una constante presión económica. De acuerdo con los cálculos del propio CNE, el fracaso electoral causó la pérdida de 80 millones de dólares, mientras que las nuevas dos votaciones costarían unos 120 millones. (FIN/IPS/lc/ff/ip/00

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