El Fondo Monetario Internacional (FMI) exigió a India que acelere sus reformas económicas, pero el gobierno teme que esa medida perjudique gravemente a las pequeñas industrias de este país surasiático.
El FMI exigió la apertura de la protegida industria de pequeña escala y una mayor reducción de los aranceles aduaneros luego de consultas entre directores de la institución financiera y representantes del gobierno indio, encabezado por Atal Bihari Vajpayee.
Pero varios economistas advirtieron que el cumplimiento de esa exigencia significará la quiebra de miles de pequeñas industrias, que no podrán soportar la pérdida de los subsidios gubernamentales ni la competencia de las importaciones baratas desde países como China.
Los directores del FMI afirmaron que India solo podría beneficiarse de la creciente globalización del mercado de bienes y capital mediante "una desregulación más rápida de la industria y la agricultura".
Según el Fondo, la actual situación económica ofrece a Nueva Delhi una gran oportunidad de impulsar las reformas económicas en áreas clave.
El FMI confía en que India, gracias al incremento de las exportaciones, la producción industrial y la demanda doméstica, supere la tasa de crecimiento de 6,25 por ciento que pronosticó en mayo.
Esta previsión coincide con la del Banco Asiático de Desarrollo, que predijo un crecimiento de siete por ciento para India y la consideró una de las tres economías de más rápido crecimiento del continente, junto a Corea del Sur y China.
Cuando el presidente del FMI, Horst Kohler, visitó India en junio, manifestó su optimismo en que India alcance un crecimiento de ocho a 10 por ciento anual si acelera las reformas.
El crecimiento económico de India fue ayudado por 13 monzones consecutivos. Se prevé que la temporada monzónica de este año producirá un superávit de granos de 42 millones de toneladas.
India levantó en abril restricciones cuantitativas a 714 tipos de artículos importados, de acuerdo con los compromisos adoptados ante la Organización Mundial del Comercio.
El gobierno también prometió eliminar las restricciones a otros 815 bienes reservados antes de abril del 2001.
El FMI en su informe pidió también una drástica ampliación de la base fiscal mediante la reducción de excepciones y la incorporación del sector de los servicios a la red fiscal.
Actualmente, menos de dos por ciento de los 1.000 millones de indios pagan impuesto a la renta. La ampliación de la base impositiva requiere considerable voluntad política de una coalición de gobierno multipartidaria, con fuerte dependencia de poderosos partidos regionales.
Así mismo, el FMI pretende que el gobierno federal restrinja los préstamos a las administraciones estaduales para controlar el déficit presupuestal, y que condicione las transferencias de fondos al desempeño financiero de los estados.
El déficit del presupuesto federal creció de 5,75 por ciento en el período fiscal 1999-2000 a siete por ciento en el actual, principalmente por concepto de salarios de funcionarios públicos y servicio de la deuda.
Pese a las medidas para aumentar la recaudación fiscal y reducir subsidios de alimentos y fertilizantes, la disminución del déficit será "marginal en el mejor de los casos", vaticinó el Fondo.
Como parte de su estrategia para recaudar fondos, el gobierno decidió este año reducir su propiedad de varias empresas públicas muy bien cotizadas en la bolsa, como las aerolíneas Air India e Indian Airlines.
Se prevé que la desinversión alcanzará 2.500 millones de dólares este año.
Pero la oposición de izquierda e incluso algunos socios de la coalición partidarios del nacionalismo económico obligaron al gobierno a posponer las desinversiones en otras empresas rentables en el rubro de las telecomunicaciones y los automóviles.
La propuesta privatización de unas 200 empresas públicas también se enfrentó a la feroz resistencia de los sindicatos de esas compañías, que temen despidos masivos.
Sucesivos gobiernos fueron criticados por la mala administración de los fondos ofrecidos por agencias financieras multilaterales para ayudar a los trabajadores afectados por la reestructuración de las empresas estatales.
Cuando India comenzó sus reformas hace nueve años, el Banco Mundial financió un Fondo de Renovación Nacional de 500 millones de dólares, supuestamente destinado a la recapacitación de los funcionarios despedidos, pero la mayor parte del dinero se utilizó en compensaciones cuantiosas por bajas incentivadas. (FIN/IPS/tra-en/rdr/mu/mlm/if-dv/00