En los dos últimos años, el movimiento feminista en Argentina logró varios éxitos en su lucha para lograr la igualdad de la mujer en el acceso a los puestos de poder. En los próximos días esa capacidad de influir en la toma de decisiones volverá a quedar de manifiesto.
Las mujeres organizadas se plantean cambiar en las próximos semanas la decisión del jefe de gobierno electo de la Ciudad de Buenos Aires, Anibal Ibarra, quien asumirá el cargo el 6 de agosto, acompañado por un gabinete de 11 secretarios, todos ellos hombres.
En Argentina existe desde 1991 la ley de cupo que permitió llevar a cerca de 30 por ciento las mujeres en el Congreso -la proporción más alta en toda la región-, pero donde no hay una norma que fije cuotas, emergen criterios de política tradicional para los nombramientos.
"Con profundo estupor e indignación nos enteramos a través de los medios que en el gabinete de la Ciudad de Buenos Aires no hay nominada ninguna mujer para ejercer el gobierno", reza una de las cartas enviadas a Ibarra por las organizaciones de mujeres.
El movimiento feminista ya había logrado hace más de un año cambiar la composición del directorio del Banco Ciudad. En esa entidad habían sido designados ocho hombres y el entonces jefe de gobierno debió cambiar a dos de ellos por mujeres.
Luego, con la asunción del presidente Fernando de la Rúa en diciembre último, el recorte presupuestario amenazó con rebajar al Consejo Nacional de la Mujer de la categoría de Secretaría a la de Subsecretaría, pero una vez más el movimiento cerró filas y el Consejo mantuvo su rango.
Finalmente, las mujeres lograron que la Argentina cambiara su voto en la reunión de Beijing+5 celebrada en junio en Nueva York, desde una posición de alineamiento con el Vaticano en materia de derechos reproductivos a una más neutral.
Pocos días después, las legisladoras de la ciudad de Buenos Aires tuvieron otro éxito, al lograr que se aprobara una ley de salud reproductiva que exige a los hospitales públicos la entrega de anticonceptivos gratuitamente a mujeres desde la adolescencia y sin necesidad de que consulten acompañadas de sus padres.
Las principales críticas del designado gabinete son dirigentes de la propia Alianza oficialista que llevó a Ibarra al gobierno de la Ciudad de Buenos Aires y a De la Rúa a la Presidencia del país, que consideran que los nombramientos implican un retroceso.
La diputada Elisa Carrió advirtió que si la Alianza no da mayor representatividad a las mujeres van "a patear las puertas desde afuera" y desconfió de la posición de De la Rúa. "No es machista pero sostiene que todos somos iguales y así se sostiene la desigualdad", comentó.
Cecilia Lipszyc, otra de las voces críticas de la Alianza, dijo que "esta práctica contradice los principios de la campaña" e ironizó: "Si en el cierre (de la campaña) Ibarra prometió que iba a gobernar con los mejores, parece que en su criterio, entre los mejores no hay ninguna mujer".
En un sondeo realizado en 1999 por la consultora Graciela Romer y Asociados, 61 por ciento de los consultados consideró "muy bueno" el desempeño de las mujeres en la política de Argentina. En ese momento, sólo 19 de los 164 miembros del Poder Ejecutivo eran mujeres.
Las designaciones del nuevo gabinete cayeron aún peor porque se conocieron en el marco del cierre de una campaña impulsada por el gobierno y la Legislatura de la Ciudad denominada "A la par", que consistió en estimular a las mujeres de sectores populares a debatir sobre igualdad de oportunidades.
Florentina Gómez, secretaria de Políticas de la Mujer de la Unión Cívica Radical, el mayor partido de la Alianza, recordó los compromisos asumidos en 1995 al suscribir la Plataforma de Acción de Beijing, en la Conferencia Mundial sobre la Mujer.
En ese documento, avalado de hecho en junio en Nueva York, Argentina se comprometió a asegurar la participación "activa" de las mujeres en todos los niveles de decisión" y Gómez aseguró que "sin esa participación no pueden alcanzarse las metas de igualdad".
Más aún, la presidenta del Consejo Nacional de la Mujer, Carmen Storani, también radical, consideró terrible la decisión de Ibarra y lo exhortó por carta a reconsiderar los nombramientos.
Ibarra fue elegido el 7 de mayo último con un apoyo mayoritario de mujeres: 462.409 sufragios femeninos contra 369.943 masculinos. En la fórmula lo acompañó una mujer, Cecilia Felgueras, una persona de confianza de De la Rúa.
Justamente, esta presencia fue tomada como argumento de la presencia femenina en el gobierno. "Se trata del segundo lugar en importancia institucional", señaló Ibarra en relación a Felgueras, junto a quien apareció durante toda la campaña y después del triunfo.
Asimismo, señaló que hay 30 por ciento de mujeres al frente de Subsecretarías. Pero las mujeres rechazaron de inmediato sus argumentos.
María José Lubertino, directora del Instituto Político y Social de la Mujer, dijo a IPS que el jefe de gobierno parece decidido a mantener su decisión, pero adelantó que ejercerán una fuerte presión hasta que cambie su determinación.
Lubertino anticipó que tienen previsto impulsar en la Legislatura de la Ciudad una reforma a la ley de ministerios en la que se incluya la exigencia del cupo obligatorio de mujeres en el gabinete. La dirigente consideró evidente que donde no hay una exigencia formal, el cupo no se cumple.
Hasta ahora, en Argentina hay un cupo obligatorio de mujeres en las listas de candidatos a cargos legislativos. Por eso es que ya son casi 27 por ciento en la Cámara de Diputados, pero en el Senado, donde las elecciones son menos frecuentes, sólo son dos de los 72 miembros.
En el Poder Ejecutivo sólo hay una ministra, la de Desarrollo Social, Graciela Fernández Meijide, ninguna en la Corte Suprema de Justicia y sólo 20 por ciento entre los jueces federales. Las mujeres alcaldes apenas llegan a cinco por ciento en el país y hay unas pocas embajadoras.
"Las mujeres tienden a ser más exigentes y honestas que los hombres y tienen mas altos niveles de instrucción, ¿puede ser que haya una esquizofrenia entre lo que se acepta y lo que se hace?", se preguntó Gloria Bonder, consultora de género de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), al conocer los nombramientos.
Finalmente, la Fundación Mujeres en Igualdad decidió actualizar un banco de datos con curriculum de mujeres que podrían trabajar en la función pública y preparar un "gabinete en las sombras" para todos los cargos del gabinete de Ibarra, con el fin de mostrar que mujeres "hay". (FIN/IPS/mv/ag/ip/00