La imagen de una Venezuela próspera alimentada por cuantiosos recursos petroleros es, en realidad, un espejismo a comienzos del siglo XXI, cuando este país sufre un agudo deterioro social cuya manifestación más evidente es el aumento de la pobreza.
"Hemos vivido un proceso de empobrecimiento sumamente fuerte", advirtió el director de la empresa encuestadora Datanálisis, Luis Vicente León, para quien la única solución es un cambio de paradigma que deje atrás el mito del país rico.
Datanálisis, que realiza frecuentes mediciones y análisis sobre la realidad venezolana, estima que la pobreza pasó de afectar de 73 a 81 por ciento de la población en los últimos cinco años, aunque León precisó a IPS que "tenemos 20 años cayendo".
Otras entidades sugieren que el problema de la pobreza puede ser aun más grave. El Centro de Documentación y Análisis para los Trabajadores calcula que 89 por ciento de la población se compone de pobres y tres por ciento, de ricos, y que la clase media cubre ocho por ciento de los 23 millones de habitantes.
El deterioro de la calidad de vida de los venezolanos fue particularmente duro durante la década del 90, una época en la cual paradójicamente aumentó la conciencia en torno de las necesidades de desarrollo social en el mundo.
Venezuela integró el grupo de países que se comprometió a impulsar el desarrollo social en la conferencia mundial de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) realizada en Copenhague en 1995. Pero, según León, en cinco años no se logró revertir el deterioro y se alcanzó "el nivel más alto de pobreza".
El deterioro es aun más dramático si se considera que Venezuela tiene importantes fuentes de recursos naturales, en especial petróleo. Este país es el principal exportador de crudo de América del Sur y uno de los principales proveedores de Estados Unidos, principal consumidor del mundo.
El gobierno de Hugo Chávez, quien asumió la presidencia en febrero de 1999, no escabulle la realidad social. El propio presidente reconoce niveles de 80 por ciento de pobreza, enmarcada por una crisis que ha calificado de "horrorosa" y que atribuye a sus antecesores.
Chávez ha planteado en diversos foros de integración y coordinación regional la necesidad de ir más allá de las metas comerciales para trazar metas de desarrollo social, y en sus discursos alude en forma constante a la necesidad de corregir las profundas injusticias acumuladas por la sociedad moderna.
El mandatario, un militar retirado que en 1992 había encabezado un fallido golpe de Estado, está interesado en permanecer dos períodos en la Presidencia, equivalentes a 12 años, con el fin de contar con tiempo suficiente para superar la pobreza.
Pero los críticos de su gestión consideran que en 15 meses la situación ha empeorado pese a que el barril de petróleo venezolano subió de siete dólares a más de 25, y acusan al gobierno de privilegiar el cambio político sin atender debidamente la necesidad de mejorar la situación económica.
El producto venezolano cayó 7,2 por ciento el año pasado, mientras el desempleo alcanzaba marcas históricas de entre 16 y 18 por ciento, y la inflación, que experimentó una reducción de 10 puntos porcentuales, marcaba un nivel de 20 por ciento.
El gobierno asegura que este es el año del "relanzamiento" de la economía, pero la mayoría de los estudios especializados son pesimistas sobre la posibilidad de torcer el rumbo del deterioro social en el futuro inmediato.
"Tenemos un modelo de desarrollo totalmente inadecuado basado en un paradigma de riqueza petrolera… No puedes desarrollarte creyendo que eres rico", sostuvo León, para quien la óptica "tradicional" del reparto de renta ha demostrado ineficiencia en casi todos los países.
El experto consideró que la solución debe pasar por la modernización y por la expansión económica, con una calidad de vida garantizada por la inversión privada, que permita generar empleos y mejores salarios.
El deterioro social de Venezuela fue retratado con crudeza el año pasado por el "Proyecto Pobreza", informe realizado por un equipo de investigadores de la Universidad Católica de Caracas.
Una de sus conclusiones es que para mejorar la calidad de vida será necesario un cambio cultural, pues la riqueza natural y el crecimiento económico no bastan.
"Creemos que somos un país rico con gente pobre, pero la verdad es que somos un país pobre", aseguró en octubre de 1999 el provincial de los jesuitas en Venezuela, Arturo Sosa.
El problema fue abordado en el simposio "Pobre país pobre", donde se analizaron algunas fórmulas para impulsar el desarrollo de esta sociedad. Según cálculos difundidos entonces, si la superación de la pobreza dependiera del crecimiento económico, se necesitaría crecer siete por ciento durante 37 años.
Las estimaciones más optimistas indican que este año la economía de Venezuela crecerá tres por ciento.
La situación social en el mundo será analizada por la comunidad internacional en la sesión especial que la ONU realizará en Ginebra del 26 al 30 de este mes, anunciada como "Copenhague + 5".
La conferencia de Ginebra, que oficialmente se denomina Cumbre mundial de desarrollo social y más allá: Desarrollo social para todos en un mundo globalizado, tendrá participación de representantes de 186 países. (FIN/IPS/lc/mj/if dv/00