MEXICO: Fin de campaña electoral con nerviosismo financiero

La millonaria campaña para las elecciones presidenciales de México llegan a su fin este miércoles, en medio del nerviosismo de los mercados financieros y cuatro días antes de una votación que podría cambiar la historia del país.

La propaganda en los medios de comunicación, los mitines y las declaraciones políticas se interrumpirá para que 58,8 millones de electores inscriptos, de los cuales sufragarán poco más de 40 millones, reflexionen su voto, de acuerdo con las leyes electorales.

Este domingo, entre las ocho de la mañana y las seis de la tarde, los ciudadanos elegirán a su nuevo presidente entre una terna de cinco. El ganador se conocerá a las tres o cuatro de la mañana del próximo lunes, según el independiente Instituto Federal Electoral (IFE).

Los favoritos son Francisco Labastida, del gobernante Partido Revolucionario Institucional (PRI), y Vicente Fox, de la coalición Alianza por el Cambio, integrada por el conservador Partido Acción Nacional y el Verde Ecologista.

Pero no se descarta una sorpresa de Cuauhtémoc Cárdenas, del Partido de la Revolución Democrática (PRD).

Luego de 71 años de gobiernos ininterrumpidos del PRI, la jornada de este domingo, punto culminante de un proceso que como nunca antes fue abierto y competitivo, será el momento de una inflexión histórica, según los observadores.

El carismático Fox, ex gobernador del estado central de Guanajuato y ex directivo de la empresa Coca-Cola, es el primer opositor que logró empatar o superar en las encuestas previas a las elecciones a un candidato del PRI.

Existe una posibilidad real que pierda el oficialismo, aunque también podría ganar otra vez, pero ya nada será igual en México, pues la oposición se proyecta más fuerte que nunca, según observadores.

Terminaron, quizá para siempre, los años en los que el PRI, el partido político con más años en el poder en el mundo, hacía y disponía sin problema sobre cualquier asunto, coinciden analistas.

Ante la incertidumbre de quien ganará, abonada por denuncias de la oposición sobre coacción y compra de votos en contra del PRI, los mercados financieros reaccionaron con nerviosismo.

La moneda local, sujeta al libre mercado, se devaluó ocho por ciento en relación con el dólar desde el día 1 de junio.

Además, desde abril habrían salido del país entre 1.000 y 2.000 millones de dólares de capitales extranjeros, cifra que, sin embargo, no se considera relevante, pues las reservas estatales se sitúan en 30.000 millones de dólares.

En la próxima elección se escogerá presidente, pero también a tres gobernadores, entre ellos el de la capital, se renovará el Poder Legislativo federal y 10 estatales. Se designará, además, 419 alcaldes, y por primera en la capital se escogerán delegados para cada una de los 16 distritos en los que se divide la ciudad.

El 1 de septiembre asumiarán los legisladores y en diciembre el presidente y las autoridades estatales.

Durante los seis meses que duró la campaña electoral oficial, concentrada principalmente en los candidatos presidenciales, los mexicanos recibieron un bombardeo de propaganda, más equitativo entre el PRI y los opositores que en elecciones anteriores.

La apertura en los medios de comunicación, antes afines al PRI, y el largo proceso político para independizar al IFE del Poder Ejecutivo hacen de las elecciones de este año las más limpias de la historia mexicana, a juicio de los partidos políticos.

En las campañas electorales y en la organización de los comicios se habrían gastado unos 2.500 millones de dólares, calculó la firma local Consultores Internacionales. Los medios de comunicación se llevaron una parte importante de esa suma al elevar los precios de la publicidad política.

Televisa, la principal cadena de televisión del país, cobró más de 16.000 dólares por cada 20 segundos en los horarios de mayor audiencia.

Gracias al financiamiento que les otorgó el IFE —algo más de 300 millones de dólares— los partidos pudieron cubrir parte de esos costos. Los tres principales candidatos presidenciales y sus agrupaciones acapararon la mayoría de tiempo y espacio en los medios de comunicación.

Al ser esas agrupaciones los más votados en elecciones previas recibieron más de 70 por ciento del financiamiento del IFE, pero además fuertes sumas procedentes del sector privado, aún no contabilizadas.

Tras la elección del actual presidente Ernesto Zedillo, quien finaliza su gestión en diciembre, los principales partidos admitieron haber recibido entre tres y cinco veces más financiamiento del sector privado que de los fondos públicos.

"Tenemos quizá el sistema electoral más caro del mundo y contamos con las salvaguardas más estrictas contra el fraude", dijo el analista Sergio Sarmiento.

Las credenciales de los ciudadanos y el padrón electoral en México registra la fotografía del votante y la urna en que se deposita el voto es transparente.

El conteo se realiza con la participación de delegados de todos los partidos, y existen múltiples candados para canalizar sin alteración la información sobre los votos por varias vías informáticas.

Además, se acreditaron 860 observadores extranjeros de 57 países, 415 de los cuales proceden de Estados Unidos. (FIN/IPS/dc/mj/ip/00

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