México sumará esta semana tratados de libre comercio con la Unión Europea (UE), con Israel y con tres países de América Central, y su lista llegará a nueve, un record mundial que, sin embargo, no aporta aún los beneficios prometidos en empleo, salarios y desarrollo industrial.
Dueño del décimotercer puesto mundial entre los exportadores, México firmará el jueves un acuerdo comercial con el llamado Triángulo Norte de América Central (El Salvador, Guatemala y Honduras), que entrará en vigencia en 2001 y cuya negociación tomó nueve años.
El sábado 1 de julio se pondrá en marcha el tratado con Israel, negociado desde 1998, y otro con la Unión Europea (UE), discutido durante un año.
Sólo Isael iguala la cantidad de tratados de libre comercio que ha concretado México, que es el único país del hemisferio occidental con acuerdos de ese tipo con Estados Unidos (a través del Tratado de Libre Comercio de América del Norte) y con la UE, destacó el gobierno.
La agresiva política comercial mexicana redundó en muchos beneficios, pero no todos los ofrecidos, apuntó el columnista del diario Reforma Enrique Quintana.
Los insumos nacionales en productos de exportación se mantuvieron en bajo porcentaje, las ventas de las empresas maquiladoras adquirieron liderazgo y los salarios son aún los menores entre los integrantes de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, dijo Quintana.
Además, menos de seis por ciento de la empresas asentadas en México son exportadoras y las que comercian con el mundo son en su mayoría subsidiarias de transnacionales, indican estudios de la Asociación Nacional de Importadores y Exportadores.
México comenzó su carrera por el libre comercio en 1993, cuando firmó con Canadá y Estados Unidos el Tratado de Libre Comercio del América del Norte (TLCAN), en vigencia desde 1994. En 1995 puso en operaciones un acuerdo con Bolivia, otro con Colombia y Venezuela, y un tercero con Costa Rica.
En 1998 firmó un tratado con Nicaragua, un año después relanzó con ampliaciones el acuerdo comercial que había firmado con Chile en 1992, y por último, completó las negociaciones con la UE, Israel y el Triángulo Norte.
Pero la lista sigue abierta, pues la cantidad de nuevos socios potenciales es amplia, y los negociadores ya empezaron sus contactos.
Belice, Ecuador, Panamá, Perú y Trinidad y Tobago están en la lista desde hace algunos meses, y más tarde se incorporaron Japón, Singapur y la Asociación Europea por el Libre Comercio, integrada por Noruega, Suiza, Islandia y Liechtenstein.
Dueño de un equipo estable y experimentado de negociadores, el gobierno mexicano destaca que desde 1993, cuando suscribió el TLCAN, hasta la fecha, las exportaciones del país se triplicaron.
México fue líder mundial en materia de crecimiento de exportaciones en los años 90, con una tasa promedio de 14,4 por ciento anual, superior al 5,4 registrado en todo el planeta.
Además, pasó del puesto 21 al 13 en la lista de los mayores exportadores el globo, según datos difundidos a fines del mes pasado por la Organización Mundial de Comercio.
Pero México no logró reducir la concentración de su comercio con Estados Unidos, que supera 80 por ciento del total.
En 1992, el volumen de comercio entre los dos países fue de poco más de 115.000 millones de dólares y representó 28 por ciento del producto interno bruto de México. Para 1999, el intercambio llegó a cerca de 280.000 millones de dólares y 58 por ciento del producto.
Las voces contra el libre comercio, principalmente de sindicatos y políticos opositores, que se alzaron con fuerza en México antes de la firma del TLCAN, perdieron luego influencia.
Hoy, la posiciones radicales que reclamaban anular el TLCAN son excepcionales, pero persisten los pedidos de revisión de ese tratado, para evitar perjuicios a las empresas de escasa capacidad competitiva.
Las asociaciones empresariales locales, tradicionalmente cercanas al gobierno, participan de la discusión de los tratados, aunque algunas señalan que tienen poco tiempo para hacerlo o que resultan rebasadas por la capacidad y conocimiento de los negociadores oficiales.
El analista Quintana sostiene que el desafío será para México en los próximos años lograr "que el efecto positivo de las exportaciones (…) se pueda transmitir al conjunto de nuestro sector productivo y que no se quede en un pequeño segmento de empresas y regiones". (FIN/IPS/dc/ff/if/00