El Partido de la Revolución Democrática (PRD) se niega a reconocerse como fiel de la balanza en las elecciones presidenciales del próximo domingo en México, que serán resueltas al parecer entre el conservador Partido Acción Nacional (PAN) y el gobernante Partido Revolucionario Institucional (PRI).
El candidato del centroizquierdista PRD, Cuauhtémoc Cárdenas, calificó de "antidemocrática y autoritaria" la visión de analistas que lo colocan como el fiel de la balanza para definir la cerrada contienda electoral.
El PRI, que gobierna ininterrumpidamente desde 1929, y el PAN, la fuerza opositora más antigua del país, presentan empate técnico y cualquiera de los dos podría triunfar, pero por un margen mínimo, según las encuestas.
En un escenario de victoria por una diferencia estrecha, la posición del PRD sería decisiva para legitimar al presidente de México para el periodo 2000-2006, estimaron analistas.
El proceso electoral que culminará el domingo muestra por primera vez en este siglo a fuerzas de la oposición con posibilidades reales de ganar.
El PAN, con 60 años de vida, presentó una dura batalla por la Presidencia al PRI y las encuestas anuncian que 60 por ciento de los votantes pueden inclinarse por los distintos partidos de oposición.
Aunque pocos apuestan por su triunfo, el PRD inyectó a sus seguidores renovadas esperanzas en las últimas semanas de la campaña, si bien hasta el último sondeo de opinión se mantuvo en un lejano tercer lugar.
"El rasgo distintivo de esta elección es el nivel de competencia de los partidos políticos, como no ocurrió nunca en México", afirmó a IPS Manuel de la Rosa, investigador de la Universidad Autónoma de México (UNAM).
La reforma electoral de 1996 "contribuyó a establecer condiciones más adecuadas para la contienda de los actores políticos", explicó De la Rosa, miembro del Departamento de Sociología de la UNAM.
Un padrón fiable, una fiscalía especializada del Poder Legislativo para atender delitos en la materia, un Instituto Federal Electoral (IFE) autónomo y un tribunal para dirimir eventuales controversias, otorgan credibilidad al proceso, añadió.
Pero frente a la transparencia y legalidad de un IFE fuera del control del gobierno, "la parte vieja del sistema político todavía da señales de vida", advirtió De la Rosa.
"El nivel de democratización de los partidos es reflejo fiel del estado de la cultura cívica. Las organizaciones políticas no pueden ser más democráticas que las sociedades a las que sirven", señaló.
Francisco Labastida fue nombrado candidato del PRI tras vencer en las primeras elecciones internas de su partido, que desde los años 40 libraba la designación de su candidato a la voluntad del jefe del Poder Ejecutivo.
Labastida comenzó su campaña promoviendo un "nuevo PRI", pero, a la vista del crecimiento del PAN en las encuestas, llamó en su ayuda a personajes de la vieja guardia del partido, popularmente conocidos como "dinosaurios".
La designación de los "dinosaurios" para tareas de coordinación en la búsqueda del voto para el PRI fue interpretada por analistas y dirigentes de oposición como una muestra de que el partido gobernante estaba dispuesto a todo por preservar el poder.
En cuanto al candidato del PAN, Vicente Fox, ex gobernador del estado de Guanajuato, su imagen pública se fortaleció de tal modo que resultó excluyente al decidirse quien representaría al partido en las elecciones de este domingo.
Exitoso empresario y ex gerente de la transnacional Coca Cola, Fox emprendió una contundente y eficaz campaña, que lo ubicó por momentos por encima del PRI en las tendencias del voto.
La dirección del PAN, que representa a la derecha, se situó un paso atrás del grupo llamado "amigos de Fox", a la hora de las decisiones sobre la conducción de la campaña.
No fue sino hasta los últimos días, cuando arreciaron las denuncias del PRI de supuesto manejo irregular de las finanzas de la campaña del PAN, que irigentes tradicionales del partido se presentaron en público junto a su candidato.
Fundado hace once años, el PRD acudió a la batalla electoral en una etapa de deterioro, determinada por fisuras internas. Pero Cárdenas, una reconocida figura en el proceso de cambio democrático en México, finalizó su campaña con ascendente apoyo.
El PRD realizó multitudinarios actos de cierre de campaña. El más importante tuvo como escenario el Zócalo de la ciudad de México, donde Cárdenas logró reunir a cientos de miles de seguidores, superando al PRI y al PAN.
La idea de que el PRD definiría la elección "anula 'de facto' la capacidad de discernimiento de los ciudadanos, quienes son en realidad el fiel de la balanza. Pensar que alguien determinará el futuro de la mayoría es erróneo y ofensivo", afirmó Cárdenas.
El marco legal vigente es garantía de comicios muy alejados de los escenarios de fraude que caracterizaron los procesos electorales en el país, indicó De la Rosa.
"Ahora falta lo más difícil: construir una sociedad con una cultura cívica que le brinde madurez social", concluyó. (FIN/IPS/pf/ff/ip/00
