La decisión del presidente Alfonso Portillo de sacar a su familia de Guatemala por temor a represalias de una banda criminal evidencia que la violencia está fuera de todo control, advirtieron representantes de organizaciones no gubernamentales.
La situación de orden público, caracterizada por una ola de secuestros y asaltos, "se le ha ido de las manos" al gobierno y los nuevos acontecimientos políticos "están fortaleciendo al crimen organizado", destacaron especialistas guatemaltecos consultados por IPS.
Portillo informó esta semana que su madre, una hermana, su cuñado y dos sobrinos viajaron a Canadá ante el riesgo de que fueran secuestrados por la banda de "Los Pasaco".
Dos integrantes de la banda fueron condenados a muerte y serán ejecutados con inyección letal el 29 de este mes, y Portillo teme que el líder de Los Pasaco, Elver Gabriel Alvarado, conocido como "Lito", descargue su venganza sobre la familia presidencial.
Con su decisión, Portillo ha admitido, sin decirlo, que el Poder Ejecutivo puede hacer poco o nada contra los delincuentes, de manera que son escasas las esperanzas del ciudadano común de que el Estado proteja sus bienes y su vida, señalaron los analistas..
Las repercusiones del anuncio del presidente no se hicieron esperar. Algunos colegios privados de educación secundaria adelantaron sus vacaciones debido a los rumores de que Los Pasaco secuestrarían un autobús de estudiantes para canjearlos por sus cómplices condenados a muerte.
"La decisión de Portillo le manda a la población guatemalteca un claro mensaje: la delincuencia está fuera de control", indicó a IPS Carmen Padilla, de la no gubernamental Asociación de Investigación y Estudios Sociales de Guatemala.
Padilla comentó que actualmente no hay políticas claras y definidas para luchar en contra de bandas de asaltantes y aunque el gobierno ha lanzado a las calles a miembros del ejército para combatir la delincuencia, la inseguridad sigue creciendo.
Organizaciones civiles y sociales denuncian el incremento de los asaltos y secuestros, pero también señalaron que no se dispone de estadísticas fiables para medir la magnitud de la violencia en Guatemala.
En lo que va del año han sido asaltadas 14 agencias bancarias y 12 vehículos blindados de transporte de caudales y, como en la mayoría de los países de América Central, el secuestro se ha convertido en una verdadera industria para bandas de delincuentes en Guatemala.
"Lito", el jefe de la banda de Los Pasaco, secuestró en noviembre de 1996 a Isabel Bonifasi, propietaria de la principal destilería de licores del país, a quien asesinó en enero de 1997, a pesar de que la familia de la víctima había pagado un cuantioso rescate.
La banda debe su nombre a un barrio llamado Pasaco, del que son originarios la mayoría de los miembros del grupo, ubicado en el oriental departamento de Jutiapa.
"Si el presidente, que tiene todo el aparato policial a su disposición, no se siente seguro, ¿cómo nos vamos a sentir el resto de 12 millones de guatemaltecos?", se preguntó Gilberto Morales, director del Centro de Investigación, Estudios y Promoción de los Derechos Humanos en Guatemala.
Portillo no calculó los efectos de su decisión, y ahora aumentará la sensación general de inseguridad, comentó Morales a IPS.
"Es algo totalmente impropio, lo que debió hacer Portillo fue exigir a sus cuerpos policiales mayor eficacia y ordenar inmediatamente la captura de Los Pasaco, no es posible que unos pocos tengan atemorizada a toda la nación", agregó.
La Secretaría de Análisis Estratégico y el Ministerio de Defensa salieron al paso de las críticas. Tras asegurar que no aconsejaron al presidente sacar del país a sus familiares, puntualizaron que ignoran quién hizo la recomendación.
Portillo, que en la campaña electoral se había comprometido a acabar con la inseguridad, fue también criticado por uno de sus principales aliados, el presidente del Congreso, Efraín Ríos Montt, líder del gobernante Frente Republicano Guatemalteco.
Pero el ex dictador Ríos Montt (1982-1983) moderó su censura al agregar que Portillo está sometido a fuertes presiones.
"El fondo de todo esto es que estamos en una encrucijada por los problemas económicos y sociales del país", dictaminó a IPS el consultor político y empresarial guatemalteco Guillermo Rodríguez.
Según Rodríguez, los problemas sociales y económicos son la causa primaria de la espiral de violencia.
Ochenta y cinco por ciento de los 12 millones de habitantes de Guatemala viven en la pobreza y 58 por ciento son analfabetos, aseguró la Comisión para la Defensa de los Derechos Humanos en Centroamérica. (FIN/IPS/nms/ff/ip/00


