Ningún país cumplió las promesas formuladas hace cinco años en Copenhague durante la Cumbre Mundial sobre Desarrollo Social, admitieron en Ginebra delegados a la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU).
El primer ministro de Dinamarca, Poul Nyrup Rasmussen, afirmó el lunes que el incumplimiento de los compromisos del mundo industrializado "es un hecho triste", durante la apertura de la sesión especial de la Asamblea General convocada para evaluar el avance hacia las metas fijadas en Copenhague.
Rasmussen también criticó a los países en desarrollo por prolongar conflictos costosos y no hacer bastante para disminuir la desigualdad del ingreso.
"Si nuestras promesas eran sinceras, debemos preguntarnos por qué los conflictos en Africa no son resueltos en forma pacífica, y por qué recursos escasos se destinan a gastos militares en vez de volcarse al desarrollo", señaló.
También preguntó "por qué países de Asia han desatado una carrera armamentista en vez de firmar el Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares y el de Prohibición de Ensayos Nucleares, o por qué la estabilidad macroeconómica en América Latina no puede conciliarse con la lucha contra la distribución de ingresos más desigual del mundo".
El secretario general de la ONU, Kofi Annan, señaló con crudeza a los representantes de naciones en desarrollo que sus pedidos de más dinero a los países ricos serían más convincentes si el mundo en desarrollo fuera mejor gobernado y redujera sus gastos militares.
La sesión especial se denomina "Cumbre Mundial sobre Desarrollo Social y más allá. Desarrollo social para todos en un mundo globalizado", y terminará el viernes.
En Copenhague se acordó que los países industrializados integrantes de la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE) destinaran 0,7 por ciento de su producto interno bruto a Asistencia Oficial al Desarrollo (ODA) en general, y 0,15 por ciento para financiar a los países menos desarrollados.
En la actualidad, los niveles de la ODA están aún muy por debajo de esos niveles.
"Mucho más dramática es la declinación de las contribuciones al desarrollo social a través del sistema de la ONU", apuntó Eurostep, una coalición de 22 organizaciones de apoyo al desarrollo, con sede en Ginebra.
Eurostep indicó que los países industrializados no tienen excusas para el incumplimiento de sus compromisos, ya que sus economías han crecido en forma sostenida durante los últimos cinco años.
También aseguró que muchas de las metas de Copenhague podrían alcanzarse si 50 por ciento de la ODA de las naciones industrializadas se aportara en forma directa a los sectores sociales beneficiarios.
Rasmussen respaldó ese punto de vista y añadió que las dificultades enfrentadas para alcanzar las metas de Copenhague era previsibles cuando se asumieron compromisos en la Cumbre Social de 1995.
Los participantes en la conferencia podrán escuchar muchos argumentos para explicar la lentitud del progreso, entre ellos los vinculados con la globalización, los términos de intercambio comercial, los desastres naturales, la inestabilidad política y el fracaso de las organizaciones internacionales, apuntó.
"Pero esos desafíos eran previsibles y los vimos venir hace cinco años. Tenemos las precondiciones para afrontarlos y superarlos si queremos comprometernos", acotó.
"Pudimos haber hecho las cosas mucho mejor, y miles de hombres, mujeres y niños pobres y desfavorecidos del mundo aún esperan que lo hagamos", enfatizó.
En los últimos cinco años, los indicadores mundiales de pobreza relativa han disminuido, pero los datos de la ONU muestran que la cantidad total de personas que viven en la pobreza siguió en aumento.
También creció la desigualdad en términos de ingreso, empleo, acceso a servicios sociales y participación en organizaciones civiles y públicas.
Annan admitió que se necesitan más recursos para el desarrollo, pero arguyó que el reclamo de fondos adicionales, a través del alivio de la deuda y el aumento de la asistencia al desarrollo, sería más convincente si quedara claro que el dinero será "realmente usado en servicios sociales para los pobres".
"Es más difícil defender ese reclamo cuando hay razones para pensar que esos recursos adicionales pueden ser empleados para comprar armas o elevar el nivel de vida de una elite ya privilegiada", añadió.
La opinión de Annan coincidió con la de la Comisión Europea, el organismo ejecutivo de la Unión Europea (UE) y el mayor donante mundial junto con los 15 Estados integrantes de la propia UE.
Poul Nielson, comisario de la UE para Desarrollo y Ayuda Humanitaria, quien asiste a la sesión de Ginebra como observador, afirmó que "el buen gobierno significa reducción de la pobreza".
Annan dió a conocer el lunes un informe titulado "Un mundo mejor para todos", firmado por la OCDE, el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional (FMI).
"Es la primera vez que los cuatro organismos internacionales que se ocupan del desarrollo revisan en forma conjunta el progreso hacia el objetivo de reducir la pobreza extrema" y plantean lineamientos generales comunes de acción, destacó.
Según la OCDE, esos lineamientos deben incluir una coordinación de la implementación de programas que incluya a los beneficiarios, transparencia, simplificación y progreso sostenido hacia la armonización de procedimientos de donación, en especial los vinculados con adquisición de bienes y servicios y auditoría.
La Comisión Europea sostuvo que la definición de estrategias nacionales para reducir la pobreza en los países beneficiarios, exigida por el Banco Mundial y el FMI otorgar cancelaciones de deuda externa, es necesaria para asegurar a los donantes que su dinero se gasta en forma adecuada.
Eveline Herfkens, la ministra holandesa de Cooperación con el Desarrollo, señaló el lunes que existen elementos esenciales para el desarrollo.
Entre ellos, destacó el imperio de la ley, eficiencia de los organismos estatales, transparencia y buena contabilidad en el manejo de fondos públicos, respeto de los derechos humanos y participacion de todos los ciudadanos en las decisiones que afectan sus vidas.
Algunos diplomáticos de países en desarrollo participantes en la sesión temen que el mayor involucramiento del Banco Mundial y el FMI en los esfuerzos para reducir la pobreza signifique la imposición de más condiciones políticas para la asistencia al desarrollo.
El presidente de la Asamblea General y de la sesión especial, Theo-Ben Gurirab, comentó que el peso de la deuda externa en el mundo en desarrollo "es aun más aplastante que la falta de ayuda".
"Muchos países africanos deben pagar por el servicio de la deuda más que la suma de sus gastos en educación y salud", explicó.
Además, "gran parte de su deuda fue contraída por regímenes antidemocráticos alentados y apoyados por ciertas naciones industrializadas", añadió.
Gurirab pidió que los recursos para el desarrollo social no provengan sólo de préstamos, sino también de cancelación de deuda, inversión productiva, medidas para desalentar la especulación financiera y abolición de barreras arancelarias y no arancelarias a las exportaciones del mundo en desarrollo. (FIN/IPS/tra- eng/bk/da/ego/mp/dv ip/00)