El Canal 45 de Televisión, creado y manejado desde hace ocho años por pobladores de Villa El Salvador, una de las barriadas más pobres de la capital de Perú, disputa con los grandes canales comerciales la audiencia de dos millones de televidentes.
Creado en 1992 por el Consejo Municipal de Villa El Salvador, parecía un proyecto descabellado del entonces alcalde Michel Azcueta, un educador de origen español residente en la barriada.
La historia del Canal 45 se parece a la de la comunidad en donde surgió: se basa en el modelo autogestionario y solidario que ha hecho internacionalmente conocida a Villa El Salvador, que en 1987 obtuvo el premio Príncipe de Asturias, que concede España, como un "ejemplo para todos los pueblos del mundo".
Villa El Salvador nació en 1971, durante el gobierno militar del general Juan Velasco Alvarado, cuando unas 200 familias sin casa tomaron por asalto un arenal, se instalaron y pronto fueron decenas de miles los invasores.
Por primera vez en la historia de Lima el gobierno no trató de desalojar por la fuerza a los invasores de una barriada, sino que los instó a organizarse.
A diferencia de otras barriadas anteriores, los ocupantes de Villa El Salvador rehusaron el asistencialismo y adoptaron un modelo autogestionario. Fue uno de los primeros lugares en donde surgieron los comedores populares como respuesta comunal al desempleo y al hambre.
La Federación de Mujeres promovió las primeras brigadas de amas de casa surgidas en las barriadas de Lima, que mediante silbatos convocaban a los vecinos para detener a los maridos golpeadores y capturar a los delicuentes.
Uno de sus más importantes logros es el Parque Industrial, una zona del arenal destinada a la instalación de pequeñas empresas que actualmente genera alrededor de 40.000 puestos de trabajo y es el más importante emporio de producción de calzado y obras de carpintería artesanal en la ciudad.
En ese marco social, Azcueta buscó a un cineasta y productor de películas progresistas, Andrés Malatesta, para desafiarlo a organizar un canal comunal de televisión.
Malatesta formó a sus técnicos entre los jóvenes desempleados de la localidad, los entrenó haciéndolos producir cortometrajes referidos a los problemas de su entorno y un mediometraje sobre la historia de Villa El Salvador.
Gracias al apoyo de entidades extranjeras de cooperación, el Canal 45 recibió el equipo mínimo necesario para comenzar a operar y Malatesta inició la batalla para introducir el primer canal de televisión alternativo en Perú.
La organización guerrillera Sendero Luminoso trató de introducirse y, como no tuvo éxito, las instalaciones del Canal 45 fueron objeto de dos atentados terroristas.
"La idea fundamental del Canal 45 fue promover la participación de la comunidad en la comunicación social, en ese sentido el proyecto ha sido un éxito total", dice Azcueta, actualmente regidor del Consejo Metropolitano de Lima.
Como el Consejo Municipal de Villa El Salvador es pobre, no puede distraer recursos destinados a los servicios de su población, de modo que el Canal 45 debe autofinanciarse.
Contrariando los vaticinios pesimistas del gremio televisivo, que no creían que un "canal de barriada" pudiera subsistir sin apoyo financiero, el Canal 45 se afirma cada día y expande su audiencia aunque no puede romper aún el cerco de la precariedad empresarial.
Su ámbito de audiencia es el llamado Cono Sur de Lima, que se extiende desde el distrito de Chorrillos, en donde acaba la zona urbana tradicional, hasta las barriadas cercanas al balneario de Pucusana, un espacio habitado por más de dos millones de personas.
En ese escenario, el Canal 45 compite con los canales comerciales de la Gran Lima en una batalla desigual, porque los jóvenes que mantienen en el aire sus ocho horas de programación diaria de lunes a sábado y 14 los domingos carecen de los recursos técnicos y financieros adecuados.
"Carecemos de unidad móvil, nuestros equipos de filmación, edición y reproducción fueron donados hace varios años y resultan insuficientes, nuestro personal está compuesto por estudiantes", dijo Roger Vicente, director del Canal 45.
"Pero también contamos con un factor de ventaja, nuestro público nos ve como su canal no sólo por la naturaleza comunal de nuestra empresa, sino también porque nuestra programación es participativa y está inserta en la problemática de los vecinos", añadió.
El director del Canal 45 subrayó que están librando la batalla por la audiencia cada día y cada noche, y no les va mal, pese a que la competencia tiene el atractivo de las telenovelas frívolas o de los grandes figuras de la música popular.
"Algunas organizaciones no gubernamentales de comunicación social, como Calandria, utilizan nuestros espacios para desarrollar sus campañas. Tenemos un noticiero de una hora y un programa de debates, Encuentro, en el que se tocan problemas sociales y políticos nacionales o comunales", afirmó.
"Pero en el campo comercial no tenemos el mismo éxito: no tenemos ingresos publicitarios suficientes, las empresas que miden el 'rating' rehusan medir nuestra sintonía de modo que no existimos para las agencias de publicidad", concluyó Vicente. (FIN/IPS/al/ag/dv cr/00