/BOLETIN-AMBIENTE/ RUSIA: Activistas critican clausura de agencia ambiental

El anuncio en Rusia de la clausura de la Comisión Estatal para Protección del Ambiente, con la intención de reducir gastos y burocracia, recibió críticas de funcionarios, parlamentarios y organizaciones no gubernamentales (ONG).

Los críticos señalaron que la decisión apartó al país del mundo civilizado en lo vinculado con la protección ambiental.

Las autoridades anunciaron a comienzos de mayo que las funciones de la agencia y del Servicio Forestal Federal serán desempeñadas por departamentos del Ministerio de Recursos Naturales.

"Rusia, con sus enormes peligros de contaminación, necesita priorizar las cuestiones ambientales, pero el actual gobierno piensa de otra manera", declaró Viktor Danilov-Danilian, presidente de la comisión estatal que se planea disolver.

"El gobierno ha optado por dar prioridad al crecimiento económico sobre los problemas ambientales, pese a que 14 por ciento del territorio ruso se considera ecológicamente inseguro", apuntó.

En esa parte del territorio "viven 50 millones de personas, o sea un tercio de la poblacion total", añadió.

El 23 de este mes, el presidente Vladimir putin recibió una carta de protesta contra la medida, firmada por más de 50 grupos ambientalistas y ONG.

Los firmantes afirmaron que la decisión viola la legislación rusa, que encomendó a la disuelta comisión explotar y proteger los recursos naturales.

El presidente aún no ha contestado, indicó Yevgeny Usov, portavoz de la filial rusa de la ONG ambientalista internacional Greenpeace.

Danilov-Danilian rechazó los argumentos del gobierno para disolver la comisión, y señaló que ese organismo, encargado de supervisar las actividades de 250.000 empresas, estaba abrumado de trabajo, ya que sólo en 1999 descubrió 300.000 violaciones de normas ambientales.

El funcionario agregó que no se lograría un recorte de importancia en el presupuesto mediante el cierre de la comisión, porque el gasto del país en protección ambiental es muy escaso.

Moscú prometió a la comunidad internacional emplear por lo menos tres por ciento de su producto interno bruto (PIB) para proteger el ambiente, pero en la actualidad destina a ese rubro apenas 0,01 por ciento del PIB, explicó.

Rusia se verá sometida a creciente presión internacional, porque ningún país querrá tener como vecina a una enorme bomba ecológica, añadió.

Las ONG afirmaron que la cdecisión de clausurar la comisión se debió a presión de poderosos grupos económicos, y en especial de las compañías petroleras, y advirtieron que las consecuencias de la medida pueden ser desastrosas.

Las leyes rusas cuyo cumplimiento controla la agencia prohíben, por ejemplo, importar residuos radiactivos o materiales nucleares de otros países para almacenarlos durante largos períodos o enterrarlos, salvo cuando provengan de naciones con centrales de energía nuclear fabricadas por Rusia.

Sin embargo, el ministerio ruso de Energía Atómica (Minatom) ha ofrecido reprocesar en su planta sudoccidental de Chelyabinsk residuos nucleares por valor de 12.000 millones de dólares, procedentes de cualquier país del mundo.

Greenpeace aseguró que el ministro de Energía Atómica, Yevgeny Adamov, intenta recibir residuos nucleares de Alemania, Corea del Sur, España, Japón, Suiza y Taiwán, y pretende modificar las leyes vigentes para lograr su objetivo.

Adamov redactó un proyecto de ley sobre "Reprocesamiento y Almacenamiento de Combustible Nuclear", al cual Danilov-Danilian consideró "perjudicial para la seguridad ecológica de Rusia" en una carta enviada al gobierno el 18 de noviembre del año pasado.

Los críticos enfatizaron que el Ministerio de Recursos Naturales, al cual se transferirán las funciones de la comisión, no es es adecuado para proteger el ambiente, ya que su misión es ayudar a que las empresas saquen el mayor provecho posible del patrimonio ambiental.

El ministro de Recursos Naturales, Boris Yatkevich, admitió en declaraciones a IPS que el personal de su ministerio es mal remunerado y ni siquiera está en condiciones de realizar en forma adecuada las funciones básicas del organismo.

La anunciada supresión del Servicio Forestal Federal, que tiene 202 años de antigüedad, también fue criticada.

Danilov-Danilian dijo a IPS que la protección de los bosques rusos debería ser una prioridad ecológica no sólo doméstica sino también mundial.

La superficie forestal rusa, mayor que la de cualquier otro país, abarca 10 millones de kilómetros cuadrados, o sea un área mayor que la de todo Estados Unidos y un quinto del total de la superficie forestal del planeta.

La mayor parte de los bosques de Rusia se encuentran en la región nororiental de Siberia y están poblados de pinos y abetos.

Danilov-Danilian expresó que la única esperanza radica en la lentitud de la máquina burocrática rusa, la cual necesitará por lo menos tres meses para desmantelar la comisión y dará algún tiempo a quienes presionan por su mantenimiento.

"El futuro es difícil de pronosticar, pese a que confiamos en que prevalecerá la razón", apuntó Usov. (FIN/IPS/tra- eng/sb/sm/ego/mp/en ip/00)

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