La persistencia de la desigualdad es el principal obstáculo para el fortalecimiento del desarrollo humano en América Latina, señalaron hoy en esta capital expertos del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
El representante residente del PNUD en Chile, Thierry Lemaresquier, comentó con corresponsales de la prensa extranjera los aspectos fundamentales del Informe sobre Desarrollo Humano 2000, cuyo lanzamiento para América Latina se realizó en San José de Costa Rica.
La elección de ese país es un reconocimiento a sus esfuerzos por reducir las desigualdades económicas, sociales, políticas, étnicas y de género, caracterizadas como el mayor obstáculo para la plena vigencia de los derechos humanos, tema central de este informe.
Lemaresquier y el experto del PNUD Rodrigo Márquez advirtieron que este año se introdujeron cambios metodológicos en la elaboración del índice de desarrollo humano (IDH), con el cual el informe clasifica a 174 países, incluyendo a 33 de América Latina y el Caribe.
La introducción de nuevas pautas para homologar el ingreso por habitante de los países, con datos procesados por el Banco Mundial, provocó desplazamientos, en algunos casos bruscos, respecto de la ubicación en el IDH de 32 naciones de la región.
En el cálculo de los ingresos se aplicaron fuentes estadísticas y encuestas, que ponderan en mayor volumen, por ejemplo, los aspectos cambiarios en el poder adquisitivo, lo cual hace que no sean rigurosamente comparables el IDH del informe 2000 con los de años anteriores, explicaron los expertos.
Márquez subrayó que el objetivo fundamental de las mediciones de desarrollo humano es detectar un proceso estructural por sobre las coyunturas y, por tanto, adquiere sentido en el largo plazo.
Bajo este prisma, se destacó que en América Latina, Chile es el país que más redujo entre 1990 y 1998 su brecha respecto del índice uno, meta ideal de desarrollo humano.
En el periodo indicado, Chile redujo en 21 por ciento su distancia de la meta. Le siguen Argentina con 17 por ciento, Colombia, 16 por ciento, El Salvador, 15 por ciento, Brasil, Uruguay y Panamá con 14 por ciento, Perú, 13 por ciento, y Bolivia, 12 por ciento.
En los casilleros siguientes se ubican México con 11 por ciento, Guatemala y Costa Rica con 10 por ciento, Ecuador con nueve por ciento, Nicaragua, Paraguay y Honduras con ocho por ciento y, finalmente, Venezuela con seis por ciento.
Este cálculo resume los indicativos propios en los países del IDH, que son la esperanza de vida, la tasa de alfabetización de adultos, la tasa de matriculación, el producto por habitante y los índices de esperanza, vida y escolaridad.
En general, América Latina registra avances en la reducción de la pobreza, pero su desempeño en términos de eliminación de las desigualdades es precario, como lo muestra el propio caso de Chile, indicó Lemaresquier.
Si no se logran avances sustantivos en términos de igualdad, se arriesgarán los logros en cuanto a disminución de la pobreza, fenómeno que a su vez afecta a la democracia y los derechos humanos como factor de inestabilidad política, señala el PNUD.
Los expertos recalcaron que las desigualdades no incluyen sólo la situación de ingresos, sino también factores de exclusión social, laboral, étnica y de género. Por ello es que el informe sobre desarrollo humano aboga por una "democracia incluyente".
Bajo esta propuesta se aboga por sistemas políticos y de gobierno que den protección a las minorías y resguarden los derechos de la población civil, entendiendo que una democracia basada en la separación de poderes es el modelo que más garantiza los derechos humanos.
Lemaresquier señaló que los elementos económicos introducidos por la globalización no favorecen las metas de igualdad, lo cual determina que, más allá de los efectos automáticos de este proceso, en cada país debe actuarse con voluntad política para hacer coincidir el marco macroeconómico con los objetivos sociales. (FIN/IPS/ggr/dm/dv/00