La cuenta regresiva para las mayores elecciones de la historia de Venezuela llega a la última semana en un ambiente enrarecido por dudas técnicas en torno de la viabilidad de los comicios, fuertes enfrentamientos políticos y denuncias de conspiración.
"Los interesados en sembrar dudas son los que se sienten derrotados", dijo este viernes el presidente de la comisión legislativa de transición y hombre fuerte del oficialismo, Luis Miquilena, quien aseguró que los comicios del día 28 se harán con "normalidad" pese a las dificultades para organizarlos.
"Creo que hay una serie de ruidos y rumores interesados en cuestionar desde ya el resultado de las elecciones", sugirió.
Un hecho que generó preocupación en la oposición se produjo esta semana, cuando el Consejo Nacional Electoral (CNE) no pudo realizar la prueba de votación automatizada y debió postergarla hasta este lunes.
La postergación fue atribuida a fallas "técnicas", que obligaron a la revisión de las bases de datos, por problemas en la postulación de candidatos. El CNE indicó el jueves que todos los problemas son superables y las elecciones se realizarán "tal y como estaban previstas".
Sin embargo, el incidente aumentó las dudas expresadas por la oposición en torno a la composición del CNE y a su capacidad para organizar los comicios, convocados en el marco de la nueva Constitución que entró en vigor el 30 de diciembre.
Las fuerzas políticas de oposición consideran que el CNE es parcial, pues sus integrantes fueron designados por la comisión legislativa de transición, dominada por oficialismo.
Numerosos dirigentes políticos han planteado posponer las elecciones para prepararlas mejor y también para cumplir con una disposición electoral que obliga a esperar al menos seis meses después de la aprobación del reglamento comicial, que en este caso fue publicado en enero.
El CNE descartó esa posibilidad, mientras que el Tribunal Superior de Justicia consideró válida la convocatoria realizada por la Asamblea Constituyente, redactora de la ley fundamental, pues este organismo tenía carácter "supraconstitucional".
El gobierno considera que las elecciones permitirán terminar un proceso de transición iniciado con la llegada al poder de Hugo Chávez en febrero de 1999.
Chávez impulsa un proceso de cambios políticos que lo fundamenta en la necesidad de "refundar" la democracia, instalada en Venezuela desde 1958.
Las elecciones de nuevas autoridades implican el nacimiento formal de la República Bolivariana de Venezuela, consagrada en la nueva Constitución, y la renovación total de los poderes públicos, como resultado de un proceso sin precedentes en este país.
Los 11,7 millones de venezolanos convocados a las urnas deberán elegir a 6.241 funcionarios entre más de 30.000 candidatos, en comicios que por sus dimensiones son conocidos popularmente como "megaelecciones".
Este hecho contribuye a hacer más compleja la tarea de organización de la votación.
La misión de observadores de la Organización de Estados Americanos (OEA), que comenzó a operar desde esta semana en Venezuela, coincidió con algunos sectores políticos locales en manifestar su preocupación por el retraso en los ajustes técnicos del proceso electoral.
Al mismo tiempo, la misión hizo notar que el CNE les garantizó la solución de los problemas. También manifestaron su confianza en la transparencia del organismo, que contrató a varias empresas para automatizar el voto, además de brindar acceso y colaboración a sus observadores.
En el marco de una campaña para contrarrestar las críticas, el CNE llamó a numerosos observadores nacionales e internacionales para que avalaran la transparencia del proceso, pero ha tenido mayores dificultades para limar las desconfianzas en torno a la parte técnica de los comicios.
Medios de información locales reportaron retraso en la impresión de las boletas de votación, encargadas a una compañía estadounidense.
También hay un notorio retraso en la información definitiva sobre los candidatos y, según con lo informado, la "gaceta electoral" con las opciones disponibles para los electores circulará pocos días antes de las elecciones.
Tras la suspensión de la prueba de votación, la Fiscalía General inició una indagación sobre las condiciones en que se efectúa la automatización.
La Defensoría del Pueblo planteó este viernes que el CNE deberá dar una respuesta definitiva sobre la viabilidad del proceso electoral, tras la prueba de este lunes.
Las elecciones definirán los cargos de presidente, parlamentarios, gobernadores, legisladores regionales, alcaldes, concejales, miembros de las juntas parroquiales y representantes de Venezuela ante los parlamentos regionales.
La campaña, que comenzó el 1 de este mes y concluye el día 26, ha estado caracterizada por una fuerte confrontación a nivel local y nacional, que provocó numerosos llamados a la cordura y a la mesura por parte de los candidatos y de otros dirigentes políticos.
El enfrentamiento mayor se ha dado entre el presidente Chávez, quien aspira a su reelección, y su principal competidor Francisco Arias. Los dos son militares retirados, y además compartieron el liderazgo de un fallido golpe de estado en febrero de 1992.
El ministro del Interior, Luis Dávila, confirmó este jueves las sospechas del oficialismo sobre que habría personas interesadas en enturbiar el proceso electoral.
El presidente de la Asociación Bancaria, Ignacio Salvatierra, comentó que existen rumores malintencionados destinados a "la desestabilización del sistema financiero", en una situación política donde además hay "incertidumbre".
El jefe de la policía política, Eliézer Otaiza, informó que se descubrieron personas e instituciones que hacen correr rumores a través del correo electrónico para "crear zozobra, inestabilidad política, bajar las acciones de la bolsa para beneficiarse con ello". (FIN/IPS/lc/dm/ip/00
