/Mujeres líderes/ VENEZUELA: Constitución como plataforma de lucha para las mujeres

La agenda de trabajo de Nora Castañeda tiene marcado un desafío cargado de futuro: la nueva Constitución de Venezuela, que consagra la igualdad de género, debe ser asumida como una "plataforma de lucha" por las mujeres.

"Ese texto es una plataforma de lucha a partir de la cual las mujeres podemos demandar que la Constitución se cumpla en la realidad y proponer leyes", explicó Castañeda, una conocida luchadora por la igualdad de género en Venezuela, entrevistada por IPS.

La Constitución que entró en vigencia el 30 de diciembre habla de "venezolanos y venezolanas", una precisión sin precedentes en este país sudamericano. Además confirma la igualdad ante la ley, prohibe discriminaciones basadas en sexo, y establece que el trato oficial de sus habitantes es "ciudadanos y ciudadanas".

Castañeda, quien se inició en las organizaciones de mujeres hace casi 40 años, consideró que el resultado de la discusión constituyente en la segunda mitad de 1999 "fue excelente" pues fueron recogidas las recomendaciones de las mujeres, incluso en el estilo gramatical.

Explicó que el movimiento de mujeres trabajó arduamente para plantear sus intereses a los constituyentes, y destacó que en ningún momento plantearon un capítulo especial pues deseaban una Constitución "atravesada desde el preámbulo por la posición de género".

"No se trataba de hacer demandas solamente para las mujeres, sino de presentar la visión de país de las mujeres", dijo Castañeda.

"La igualdad de género está consagrada y es explícita", aseguró. Pero al mismo tiempo hizo notar que las dirigentes del movimiento de mujeres no pierden de vista que el texto debe ser considerado como una herramienta novedosa y útil para una lucha iniciada hace muchos años.

Castañeda es coordinadora docente del Centro de Estudios de la Mujer, una organización de la Universidad Central de Venezuela, y participa activamente en lo que denomina como "movimiento ampliado de las mujeres".

Ese movimiento implica la coordinación entre organizaciones no gubernamentales, grupos académicos y en algunos casos incluso instancias gubernamentales, que tienen como objetivo común promover la igualdad y la equidad de género. El documento entregado a los constituyentes "era el documento de todas".

Para Castañeda la participación en organizaciones de mujeres comenzó a principios de los años 60, cuando cursaba la educación media en el centro de Caracas, en un grupo denominado "Marisela". Pero en esa época las prioridades eran distintas.

"La igualdad de género no estaba planteada en ese momento, lo que nos interesaba era la lucha política por la construcción del socialismo", comentó. Pero a comienzos de los años 70 comenzó un diálogo influenciado por ideas feministas traídas a Venezuela por mujeres que habían viajado a Europa.

Las dirigentes comenzaron a concertar posiciones cuando se prepararon para la primera conferencia mundial sobre la mujer, que se celebró en México a mediados de los 70. "Decidimos trabajar juntas para alcanzar reivindicaciones de carácter estratégico", dijo.

Castañeda contó que desde entonces el movimiento de las mujeres venezolanas emprendió campañas exitosas para lograr la reforma del Código Civil, la reforma a la ley del Trabajo y la promulgación de leyes sobre Igualdad de Oportunidades y sobre Violencia contra la Mujer y la Familia.

En cada uno de estos casos las organizaciones trabajaron durante años para vencer la resistencia de una sociedad donde imperan esquemas de "los tiempos del patriarcado". Castañeda considera que Venezuela "no es un país particularmente machista", sino "simplemente machista".

Una de las asignaturas pendientes, sin embargo, fue la reforma al Código Penal que contiene "discriminaciones inaceptables para la mujer". Pero después de años de trabajo no se lograron cambios en disposiciones como las que califican las violaciones de atentados contra las buenas costumbres.

Castañeda confirmó que, con la "plataforma de lucha" ofrecida por la nueva Constitución, las mujeres pretenden actuar para evitar que las discriminaciones se repitan cuando los instrumentos legales sean reformados o reformulados con el fin de adaptarlos a las nuevas normativas.

"Tenemos que apropiarnos de ese texto", añadió, al afirmar que en Venezuela todavía queda mucho por hacer en materia de educación de calidad, salud de calidad, valor económico del trabajo doméstico y equiparación para que haya igual salario para el mismo trabajo.

Las mujeres, que representan la mitad de la población venezolana, ganan 30 por ciento menos que los hombres, de acuerdo con el Centro de Estudios de la Mujer.

Castañeda destacó el interés especial por beneficiar a las mujeres que forman parte del 80 por ciento de la población venezolana en condiciones de pobreza, una cifra divulgada por instituciones sociales citada con frecuencia por el presidente Chávez.

Y también confirmó la importancia de aumentar la participación de las mujeres en política y gobierno, pero advirtió que no es sólo un problema de índole cuantitativa. "No basta con tener parlamentarias. Lo esencial es que esas parlamentarias y los parlamentarios tengan una visión de justicia y equidad".

"Nosotras decimos que el problema no es estar, sino diseñar una nueva manera de hacer política en la cual la equidad de género esté garantizada", explicó. (FIN/IPS/lc/mj/hd/00

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