/Integración y Desarrollo/ BRASIL: Cuentas externas vuelven a amenazar

Las cuentas externas de Brasil vuelven a preocupar, debido a su deterioro en abril y al alza de intereses en Estados Unidos.

El déficit en cuenta corriente de abril, de 3.078 millones de dólares, fue el peor desde la devaluación de enero de 1999, debido a un gran aumento del pago de intereses de la deuda externa. En términos anuales, alcanzó 23.823 millones de dólares, o 4,06 por ciento del producto interno bruto.

La coincidencia de varios factores negativos resucitaron en el mercado temores sobre la vulnerabilidad externa de la economía brasileña. El alza de los intereses internacionales, siguiendo el ejemplo estadounidense, dificulta la captación de capitales por parte de países en desarrollo poco estables, como Brasil.

Ese impacto puede intensificarse por vía indirecta, ya que se agravaron las dificultades de Argentina para cumplir las metas fiscales acordadas con el Fondo Monetario Internacional (FMI).

Una crisis en el país vecino e importante socio en el Mercado Común del Sur (Mercosur) arrastraría a Brasil, postergando por tiempo imprevisible sus sueños de crecimiento económico.

Las inversiones extranjeras cayeron a 1.014 millones de dólares en abril, menos de la mitad del mes anterior. La caída fue atípica, según el jefe del Departamento Económico del Banco Central, Altamir Lopes.

Pero la tendencia es una reducción de la inversión extranjera directa, después de los más de 30.000 millones de dólares el año pasado, una cifra sin precedentes, evalúa la Sociedad Brasileña de Estudios de Empresas Transnacionales y Globalización (SOBEET).

La organización prevé 25.000 millones de inversiones para este año y 20.000 millones para el próximo. Brasil no podrá contar con ese flujo para seguir financiando los encargos debidos al exterior, que tienden a aumentar por el crecimiento de la deuda, de los intereses y de la remesa de utilidades, consecuencia inevitable del ingreso de inversiones extranjeras.

Aumentar las exportaciones, para lograr el crecimiento del superavit comercial, es la solución. Para eso, el gobierno fijó como meta para 2002 exportar 100.000 millones de dólares, el doble de lo obtenido el año pasado, un objetivo que las mismas autoridades consideran imposible.

El escepticismo se justifica por el hecho de que la devaluación del real, hace 16 meses, no produjo aún los resultados esperados en esa area. Los responsables del comercio exterior ya descartan la posibilidad de obtener un saldo favorable de 4.000 millones de dólares este año.

Desde el inicio del año hasta el viernes pasado, Brasil había acumulado un superávit comercial de 399 millones de dólares, según las cuentas preliminares de la Secretaría de Comercio Exterior.

El estancamiento económico de América Latina, principal mercado para los productos industrializados brasileños, limita el desempeño exportador, tal como los bajos precios internacionales de materias primas.

Los empresarios esperan del gobierno una política más agresiva y permanente de promoción de exportaciones, mientras investigadores apuntan el bajo valor agregado de los bienes exportables como la gran desventaja brasileña.

Las abultadas inversiones que ingresaron últimamente y siguen llegando al país no se convirtieron en aumento de la capacidad exportadora del país, como anunciaban los defensores del capital externo.

Es que 80 por ciento del flujo de inversión extranjera directa de 1995 a 1999, cerca de 117.000 millones de dólares, se destinó a servicios, según la SOBEET. Es un sector que no exporta, sino que se vuelca al mercado interno y transfiere ganancias y dividendos al exterior.

El aumento futuro de esas remesas constituirá otra presión sobre las cuentas externas del país, admitió el presidente del estatal Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social, Francisco Gros, en coincidencia con la preocupación de economistas opositores.

Otros estudios revelan que las grandes industrias extranjeras instaladas en el país, productoras de bienes exportables, tampoco contribuyeron a una mejora en la balanza comercial del país. Sus importaciones de materias primas, componentes, equipos y tecnologías crecieron mucho más que sus exportaciones.

Otros factores amplían las amenazas que vienen del exterior y son más graves a corto plazo que el alza de los intereses estadounidenses, según el director de Política Económica del Banco Central, Sergio Werlang.

El aumento del precio del petróleo, que aún representa el rubro más pesado de las importaciones brasileñas, y la devaluación del euro, restando competitividad de productos nacionales en la Unión Europea, su mayor mercado externo, traban una mejora de la balanza comercial.

Además, la fuerte caída de la bolsa estadounidense Nasdaq, en que se negocian acciones de las empresas de alta tecnología, junto con el alza de intereses afecta el flujo de capitales, alejándolos de países considerados de alto riesgo, como Brasil.

La Bolsa de Sao Paulo perdió 1.288 millones de dólares de inversionistas extranjeros entre el 1 de enero y el 10 de mayo, fuga atribuída principalmente a la inestabilidad del mercado mundial.

El mercado bursátil brasileño sufre una reducción también porque numerosas empresas están transfiriendo sus acciones para las bolsas estadounidenses, más seguras y de costos menores. (FIN/IPS/mo/mj/if/00

Archivado en:

Compartir

Facebook
Twitter
LinkedIn

Este informe incluye imágenes de calidad que pueden ser bajadas e impresas. Copyright IPS, estas imágenes sólo pueden ser impresas junto con este informe