Tres presidentes de Africa austral apoyaron la reforma agraria propuesta por el gobierno de Zimbabwe, donde la disputa por la tierra llevó a la invasión de más de 1.000 granjas propiedad de blancos por veteranos negros de la guerra de independencia, provocando tres muertes.
Durante una reunión de nueve horas este viernes entre el presidente Robert Mugabe y sus pares de Namibia, Sam Nujoma, de Mozambique, Joachim Chissano, y de Sudáfrica, Thabo Mbeki, los dirigentes apoyaron al jefe de Estado de Zimbabwe sobre el tema de la redistribución de la tierra.
Mbeki pidió a Gran Bretaña, la antigua metrópoli colonial de Zimbabwe, que cumpla antiguas promesas y brinde los fondos necesarios para la reforma agraria.
"La cuestión central en esta disputa es la entrega de recursos que permitirían el proceso de redistribución acordado por todos", dijo Mbeki a la prensa al final de la reunión celebrada en la ciudad turística de Victoria Falls en este país.
"El problema no se disipará a menos que se enfrente", dijo Mbeki.
Los veteranos de guerra comenzaron a ocupar las granjas hace dos meses con el argumento de que recuperaban la tierra robada a sus ancestros por colonos blancos.
La crisis provocó enfrentamientos violentos entre los granjeros y los invasores que, además de dos granjeros y un policía muertos, provocó decenas de heridos.
Más de 70 por ciento de las tierras fértiles de Zimbabwe, u 11 millones de hectáreas, pertenecen a unos 4.500 granjeros blancos mientras un millón de negros deben sobrevivir con 16 millones de hectáreas en regiones áridas no aptas para la producción agrícola.
Parte de esas tierras se otorgaron como recompensa a los blancos que pelearon en las dos guerras mundiales entre 1914 y 1950.
Zimbabwe se independizó en 1980 después de una larga guerra y un año después de la firma del cese del fuego, conocido como Acuerdo de Lancaster House.
El acuerdo impidió que el gobierno de la mayoría negra requisara por la fuerza tierras de granjeros durante los primeros 10 años de la independencia. A cambio, Gran Bretaña entregaría un dólar por cada dólar que Zimbabwe pagara como indemnización para comprar las granjas.
Pero Zimbabwe acusó a Gran Bretaña de incumplir su promesa y el mes pasado aprobó una ley que permite al gobierno apropiarse de tierras sin tener que pagar indemnización alguna.
El presidente de Mozambique, Chisano, quien también presidió la cumbre de Victoria Fall, también pidió a Gran Bretaña que cumpla con la promesa asumida antes de la independencia. "Pensamos que los donantes, incluso Gran Bretaña, deben cumplir", declaró.
Mugabe criticó el gobierno laborista británico de Tony Blair porque, aseguró, éste se niega a cumplir su obligación legal de ayudar a Zimbabwe con la reforma agraria con el argumento de que no lo obligan lazos coloniales.
Más de 1.000 millones de dólares hacen falta para redistribuir a millones de familias negras.
Desde la independencia, menos de 100.000 familias fueron reubicadas y la mayoría de la población vive en zonas rurales marginales, caracterizadas por la infertilidad de las tierras y el acceso limitado a los recursos naturales esenciales para su supervivencia.
El gobierno pretende adquirir cinco millones de hectáreas para reubicar a 150.000 familias en los próximos cinco años.
El canciller británico Peter Hain dijo que el dinero para la reforma agraria existe, pero sólo si esta se realiza "dentro del imperio de la ley".
Una delegación encabezada por el ministro John Nkomo se dirigirá a Londres el jueves para discutir el problema.
Los líderes reunidos en Victoria Falls también discutieron la forma de buscar la paz en República Democrática de Congo (RDC), donde Angola, Namibia y Zimbabwe enviaron soldados para apoyar al gobierno en su guerra contra rebeldes apoyados por Ruanda y Uganda.
El ministro de Defensa de Zimbabwe, Moven Mahachi, dijo que las negociaciones avanzaron en la creación de un ambiente para el envío de fuerzas de paz de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
El viernes, la misión de la ONU en RDC declaró que espera firmar la próxima semana un acuerdo con el gobierno de Laurent Kabila para enviar la misión de paz. (FIN/IPS/tra-en/lm/sm/aq/ip/00