La tendencia histórica a la concentración del desarrollo industrial en pocas regiones de México se agudizó con el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) con Estados Unidos y Canadá, en vigencia desde hace seis años, según un estudio difundido hoy.
El TLCAN permitió el incremento de las exportaciones mexicanas y apuntaló al país como destino de inversiones extranjeras, pero esos beneficios fueron acaparados por los estados norteños, señaló el Centro de Investigación y Docencia Económicas (Cide)
México posee la décima economía exportadora e importadora del mundo, con intercambios de 220.000 millones de dólares en 1997 y de 242.000 en 1998, según informes oficiales, lo cual es atribuido a los distintos tratados de libre comercio firmados con otros países.
Los acuerdos comerciales abrieron las puertas a la diversificación de la base exportadora de México. En 1982 las ventas de petróleo al exterior representaban más de 80 por ciento de las exportaciones totales, contra cuatro por ciento en 1999.
Entre 1993 y 1998, las exportaciones mexicanas a Estados Unidos crecieron 137 por ciento, de acuerdo con datos de la Secretaría (ministerio) de Comercio.
El papel de México en las importaciones estadounidenses creció también en el mismo periodo, al pasar de 6,8 por ciento a 10,4 por ciento.
Uno de cada 10 dólares que Estados Unidos gasta en el exterior lo hace adquiriendo mercancías mexicanas, según la misma fuente.
Las empresas extranjeras se comprometieron a invertir este año en México 12.377 millones de dólares, monto 24 por ciento superior al de 1999. En los últimos cinco años, el ingreso de capital foráneo ascendió a 54.000 millones.
Por la cercanía con Estados Unidos y por su propia infraestructura, los estados del norte de México acapararon los beneficios de los resultados de seis años de TLCAN, afirmó el CIDE en un estudio divulgado este lunes por el diario Reforma.
Casi nueve de cada 10 dólares que ingresaron a México entre 1994 y 1999 por la vía de la inversión extranjera tuvieron como destino final los norteños estados de Nuevo León, Chihuahua y Baja California, y el occidental de Jalisco.
Fuera de esa área del país, los capitales procedentes del exterior fueron dirigidos sólo a la capital del país y al estado de México, lindantes y ubicados en la zona centro.
En conjunto, esas seis entidades territoriales generan 54 por ciento del producto interno bruto (PIB) nacional.
Como sello de la polarización entre las distintas zonas del país, otro grupo de seis estados sureños captó apenas 70 centavos de cada 10 dólares invertidos por firmas extranjeras.
Chiapas, Guerrero, Oaxaca, Campeche, Yucatán y Quintana Roo producen, en conjunto, menos de nueve por ciento del PIB.
Estas cifras demuestran que el proceso de integración económica de México con América del Norte ha sido marcado por una profundización de la brecha que separa al norte del sur del país, destacó el investigador del CIDE Rafael Tamayo.
Entre 1970 y finales de la década del 80, hubo una relativa descentralización de las actividades productivas en el país, evidenciada, por ejemplo, en una baja del papel de la ciudad de México dentro en el PIB.
La tendencia en ese periodo, en el que la capital mexicana pasó de generar 27,5 a 21,3 por ciento del PIB, comenzó la marcha hacia atrás justo al iniciar la estrategia oficial de apertura comercial, en 1988, afirmó el especialista.
México posee un PIB de 420.000 millones de dólares y un ingreso anual por persona de 4.682 dólares. Este indicador es cinco veces superior en la capital del país que en Oaxaca, uno de los más pobres del país.
Oaxaca captó apenas 1,7 por ciento de la inversión extranjera directa en 1997 y, de un universo de casi 4.000 empresas maquiladoras asentadas en México, sólo 13 establecieron una planta en ese estado lindante con el pacífico mexicano, señaló el CIDE.
Nuevo León, Baja California y Chihuahua ocupan los primeros puestos en un análisis que mide la competitividad en factores como recursos humanos, ciencia y tecnología e infraestructura, según un estudio del Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey.
Oaxaca figuró en último lugar en cuanto a fortaleza económica, mientras Chiapas ocupó ese mismo sitio en competitividad de los recursos humanos y penúltimo en ciencia y tecnología, finanzas e infraestructura, de acuerdo con el centro de estudios.
Mientras, los industriales mexicanos revisan en diversos foros las oportunidades de negocios que se abren en el mercado europeo, en virtud del tratado de libre comercio México-Unión Europea que entrará en vigor a partir del primer día del próximo mes de julio.
A través de ese nuevo instrumento, el gobierno mexicano aspira a abrir nuevos destinos a las exportaciones del país, centradas ahora hacia América del Norte, y la UE pretende alcanzar las mismas condiciones de acceso al mercado de México que Estados Unidos.
Con el tratado de libre comercio México-UE, este país latinoamericano sumó ocho distintos tratados comerciales —el penúltimo con Israel este mismo año—, con 24 naciones que representan en total 870 millones de consumidores potenciales. (FIN/IPS/pf/mj/if/00