HAITI: EE.UU. urge a Préval a fijar fecha de elecciones

La comunidad internacional, encabezada por Estados Unidos y preocupada por la creciente tensión política en Haití, presiona al presidente René Préval para que anuncie de inmediato una fecha para las elecciones legislativas y locales.

El Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos (OEA) podría enviar pronto a Puerto Príncipe a su secretario general, César Gaviria, para persuadir a Préval de acordar un cronograma que permita la asunción del nuevo parlamento antes del 12 de junio, fecha límite fijada por la Constitución haitiana.

Esto significa que la primera ronda electoral debería realizarse antes de fin de mes, dado que más de 90 por ciento de los votantes habilitados ya están registrados, señalaron fuentes de la OEA.

Funcionarios de Estados Unidos y la OEA, así como la oposición de Haití, sostienen que Préval, quien según la Constitución debe fijar la fecha de los comicios legislativos tras consultar con el Consejo Electoral Provisional (CEP), los está demorando hasta fin de año, cuando se juntarían con la elección presidencial.

Esto otorgaría una gran ventaja al gobernante partido Lavalas, porque su lista estará encabezada por el ex presidente Jean- Bertrand Aristide, quien previsiblemente ganará por abrumadora mayoría.

Préval negó esta acusación y en cambio arguyó irregularidades y problemas en la tarea del CEP, al igual que Aristide.

"Necesitamos elecciones, pero en buenas condiciones", declaró Aristide el miércoles a una audiencia universitaria en el estado de Florida, y agregó que su partido está dispuesto a participar "en cuanto se fije la fecha".

Hasta ahora, funcionarios de Washington no acusaron públicamente a Aristide de estar por detrás de la demora, aunque muchos comentan en privado que sí lo está.

"No podemos atacar a Aristide porque sabemos que dentro de un año trabajaremos con él como presidente", dijo un funcionario que pidió no ser identificado.

Peter Romero, subsecretario de Estado para Asuntos del Hemisferio Occidental, manifestó el miércoles ante el Congreso estadounidense su "profunda preocupación porque el gobierno haitiano no fijó nueva fecha para las elecciones".

"Parece que el presidente Préval se alejó de las promesas que nos hizo, y más importante, que le hizo al pueblo haitiano", declaró.

El jueves, el Departamento de Estado llevó su preocupación al Consejo de la OEA y le pidió aprobación para una resolución que enviaría a Gaviria a Haití para transmitir la inquietud de la organización regional y participar en las actuales negociaciones entre Préval y el CEP para la determinación de una fecha.

El embajador de Washington ante la OEA, Luis Lauredo, habló oscuramente de una "estrategia de la postergación", y afirmó que Préval "simplemente ignoró" el cronograma electoral propuesto por el CEP.

"Enfrentamos una crisis constitucional de inacción, y hoy nos enfrentamos al desafío de defender al pueblo de Haití", declaró al Consejo.

La frustración de Lauredo reflejó también la opinión de importantes legisladores estadounidenses que el miércoles exhortaron a la OEA a convocar una reunión de cancilleres de emergencia a menos que Préval actúe de inmediato.

En una rara muestra de unidad entre partidarios y opositores tradicionales de Aristide en el Congreso, representantes republicanos y demócratas urgieron públicamente a Préval a cooperar con el CEP en la determinación de una fecha que permita a la Asamblea Nacional reunirse el segundo lunes de junio.

"Se acerca el momento en que la comunidad interamericana debe invocar el Compromiso de Santiago con la Democracia de 1990 (Resolución 1.080), que establece reuniones de emergencia de los cancilleres de la OEA para decidir sobre acciones colectivas específicas cuando la democracia es amenazada", declararon conjuntamente los legisladores.

"Rogamos para que el gobierno de Haití tome de inmediato las medidas necesarias para evitar ese resultado, que significaría el fin del apoyo de Estados Unidos y la comunidad internacional, tan crucial para el futuro de ese país", concluyeron.

El embajador canadiense Peter Boehm se hizo eco de esa amenaza durante la reunión del Consejo de la OEA, el miércoles.

"Si continúan las postergaciones, Canadá se verá obligado a revisar la capacidad de Haití de beneficiarse de las muchas maneras en que la comunidad internacional lo ha apoyado", advirtió Boehm.

Estados Unidos y Canadá han sido los dos mayores donantes de ayuda bilateral de Haití desde que una fuerza aprobada por la OEA y las Naciones Unidas intervino en 1994 para reinstaurar a Aristide en la presidencia y expulsar a una junta militar que había tomado el poder siete meses después de las elecciones de 1990.

La ayuda de Estados Unidos a Haití disminuyó desde que Préval sucedió a Aristide, en reflejo del descontento porque primero éste y después aquél se negaron a aplicar agresivamente las reformas económicas prescriptas por el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, que también retuvo su apoyo en los últimos años.

Luego que Préval disolvió el parlamento en enero de 1999, legisladores republicanos comenzaron a colocar trabas a la ayuda bilateral, en un esfuerzo por poner en dificultades a la administración de Bill Clinton y presionar a Préval para que negociara un acuerdo con los partidos opositores.

Como resultado, cientos de millones de dólares en ayuda multilateral y estadounidense les fueron negados a Haití, el país más pobre de América, que se hundió aún más en la pobreza.

Esto preocupa a los planificadores de la política estadounidense por dos grandes razones. En primer lugar, con un gobierno casi inexistente y una población empobrecida, Haití se ha convertido en un gran punto de escala para narcotraficantes, principalmente de Colombia.

En segundo lugar, la pobreza sumada al aumento de la violencia política podría provocar un nuevo éxodo de balseros haitianos hacia Estados Unidos.

La llegada de decenas de miles de haitianos a las costas de Estados Unidos a comienzos de los años 90, durante el régimen militar en el país caribeño, creó una profunda crisis de refugiados cuya reiteración Washington desea evitar a toda costa.

El problema es que la inestabilidad política en Haití amenaza los intereses de Washington, afirmó Patrick Gavigan, de la Coalición Nacional para los Derechos de los Haitianos en Nueva York.

"Para continuar ofreciendo ayuda contra el narcotráfico, (Washington) precisa cobertura legal, y las dudas sobre la legitimidad del gobierno hacen la tarea más difícil", comentó Gavigan.

Las elecciones locales y legislativas de Haití debían tener lugar el pasado noviembre y fueron pospuestas para diciembre. Para ese entonces, sin embargo, la mayoría de los partidos habían acordado postergar la primera ronda hasta el 19 de marzo.

La última propuesta del CEP fue que la primera ronda tenga lugar este domingo 9, y la segunda a mediados de mayo.

Pero según la Constitución, solo Préval, como presidente, puede decidir sobre la fecha.

Lauredo dijo el jueves que el 30 de abril es probablemente la última oportunidad de Haití de realizar la primera ronda para que el nuevo parlamento pueda asumir el 12 de junio.

Aunque subsisten problemas con el registro y aspectos de seguridad, las condiciones actuales son "adecuadas", informó el jueves la Secretaría de la OEA.

"Pueden realizarse elecciones aceptables a tiempo", sostuvo Elizabeth Spehar, directora de los programas de Promoción de la Democracia de la OEA. (FIN/IPS/tra-en/jl/da/mlm/ip/00

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