El presidente de la transnacional española Telefónica, Juan Villalonga, dijo hoy que esa firma ya no dará prioridad a su infraestructura de comunicaciones, sino a los contenidos que circulen por ella.
Villonga afirmó en la Asamblea de Accionistas de la compañía que "lo importante ya no es el canal (de telecomunicaciones) sino lo que circula por él".
La producción de contenidos será prioritaria y brindará rendimientos cada vez mayores a la empresa, aseguró.
Villalonga informó que la mayoría de las inversiones de los últimos meses se destinaron a la compra de medios de comunicación.
La última de esas inversiones, aprobada por los accionistas este viernes, fue la adquisición de la productora de televisión holandesa Endemol Entertainment, por unos 4.500 millones de dólares.
El precio pagado por Endemol Entertainment equivale al de 215,2 millones de acciones de Telefónica, cuyo capital está formado por un total de 4.600 millones de acciones.
El equivalente a 5,2 millones de acciones de Telefónica se destinó a la compra de la firma brasileña Telesp.
La estrategia de Villalonga apareció avalada ante los accionistas por los resultados del último ejercicio de Telefónica, con ganancias de unos 1.260 millones de dólares, 38 por ciento más que en el ejercicio anterior.
Las mayor parte de esas ganancias se debió a la colocación en Bolsa de títulos de sus filiales y a las utilidades del sector de telefonía móvil, en tanto que la actividad tradicional de la firma, que se concentra en España, arrojó pérdidas por primera vez desde su creación a principios del siglo XX,
Villalonga fue designado presidente de Telefónica en 1996, poco después de que el centroderechista José María Aznar asumiera la presidencia del Consejo de Ministros. En aquella época, el Estado español era el mayor accionista de la firma, con 21 por ciento.
En febrero de 1997 se consumó la total privatización de la empresa, pero el Estado se reservó una "acción de oro" que le permite vetar decisiones estratégicas, como la venta de la compañía, pero que no intervenir en su dirección ni en el nombramiento o veto de sus directivos.
Una de las iniciativas más polémicas de Villalonga, que le acarreó críticas desde el gobierno y la oposición, fue establecer una opción de compra de acciones para las cien personas que ocupan los puestos más altos de la empresa, él entre ellas.
Esos ejecutivos optaron por la compra y se les permitió esperar un año o dos, según el caso, para anular la operación o concretarla al precio que tenían las acciones el día en que informaron de su disposición a comprar.
Los críticos señalaron que si la cotización de las acciones subía, como ocurrió, los ejecutivos ganarían dinero al pagar el precio anterior, y que si la cotización bajaba anularían la operación sin perder nada.
Villalonga dijo este viernes que esa operación le costó a la empresa sólo unos nueve millones de dólares y fue un importante incentivo para los ejecutivos, aunque admitió que "fue un error no extender la opción de compra a todos los empleados", como decidió hacerlo ahora la Asamblea de Accionistas.
Telefónica es la compañía más importante de España por su capital y el volumen de su negocios, y posee inversiones y filiales en Argentina, Brasil, Chile, Estados Unidos, Guatemala, México y Perú. (FIN/IPS/td/mp/if/00)