EDUCACION-EEUU: Estigma de hiperactivos persigue a niños negros

Los niños afro-estadounidenses, en especial los varones, tienen mayores probabilidades de que se les diagnostique hiperactividad y se los envíe a escuelas especiales, pero no cuentan con el mismo acceso a la terapia necesaria que sus compañeros blancos.

Los trastornos del comportamiento infantil y su tratamiento se volvieron objeto de intenso escrutinio desde la revelación en febrero de un aumento abrupto del número de niños estadounidenses que toman fármacos psicotrópicos para controlar la hiperactividad.

La Asociación Médica Nacional, que agrupa a unos 20.000 médicos afroestadounidenses, afirmó que hay un exceso de diagnósticos de hiperactividad en la comunidad negra, y esto agrava la concentración de niños pertenecientes a minorías en las aulas de educación especial.

El déficit de atención por hiperactividad no es algo nuevo, pero aparentemente es un fenómeno creciente y en la actualidad afecta a unos 3,5 millones de niños en Estados Unidos, según médicos, maestros e investigadores.

Por lejos, el fármaco más popular para tratar el trastorno es el metilfenidato, conocido con el nombre comercial de Ritalina. Aunque la droga es estimulante, tiene el efecto contrario en la mayoría de las personas hiperactivas, las calma y las ayuda a concentrarse.

Aún se desconocen las causas del déficit de atención por hiperactividad, pero sus síntomas incluyen inquietud extrema e incapacidad para concentrarse.

Aunque este tipo de comportamiento no es infrecuente entre los niños, llevado al extremo puede hacer necesaria la derivación a clases especiales, donde el alumno es a menudo estigmatizado como "discapacitado" o "inmanejable".

"A nuestro criterio, los niños negros están excesivamente representados en la mayoría de los sistemas educativos como casos de riesgo", advirtió Rhonda Carlos Smith, del Instituto para el Desarrollo de los Niños Negros, con sede en Washington.

Además, "la superpoblación de las escuelas crea una situación en la que los maestros necesitan más control y no pueden satisfacer las necesidades individuales de los niños", explicó Smith.

"Encontramos que muchos niños negros son derivados de manera desproporcionada a programas de intervención temprana debido a retraso en el lenguaje. Eso fue para nosotros una señal de advertencia", agregó.

Janice Hutchinson, psiquiatra infantil del Instituto de Psiquiatría de Washington, aclaró que "no todos los casos de déficit de atención se deben a la hiperactividad". La depresión, el estrés o los abusos, por ejemplo, también son causa de falta de concentración.

"Como mujer negra, tengo muy claro que hay muchos temores sobre los varones negros, y eso les hace un gran daño", manifestó Hutchinson.

En las escuelas de Estados Unidos existe tanto una brecha de género como racial, revelan las estadísticas.

Más de dos tercios de los alumnos de educación especial son varones, y aunque los afroestadounidenses constituyen cerca de 12 por ciento de la población nacional, son 28 por ciento en esas escuelas, según estadísticas federales.

El informe de la Oficina de Programas de Educación Especial para 1998 destacó que, entre 1980 y 1990, más del doble de niños negros que blancos fueron derivados a escuelas especiales. En los hispanos la desproporción fue peor, con un aumento de 53 por ciento, frente a seis por ciento para los niños blancos estadounidenses.

"Es terrible", expresó Kathleen Boundy, abogada y codirectora del Centro para la Ley y la Educación, de Boston.

"Por largo tiempo, existió el temor (en la comunidad negra) de que la educación especial se transformara en una especie de vertedero. Hay problemas étnicos y de pobreza entremezclados", señaló.

Sharman Dennis, miembro de la Asociación Médica Nacional y ex maestro especial de Washington, concordó.

"Hay muchos niños en programas de educación especial que no deberían estar allí. Un problema es que no se considera la situación general del niño. Si no tuvo nada para comer desde el día anterior al mediodía, por ejemplo, no podrá concentrarse", destacó Dennis.

"El mayor predictor del éxito en la escuela es el nivel socioeconómico, y muchos niños negros pertenecen al estrato inferior", subrayó Sheila Zukowsky, quien evalúa de 50 a 60 niños al año para programas de educación especial en Nueva York, en su mayoría negros o hispanos.

"Hay muchos preconceptos sobre los niños negros. El mismo comportamiento en niños blancos no se interpreta de la misma manera. Además, algunos maestros tienen muy poca tolerancia, entonces los derivan a escuelas especiales con facilidad", explicó Zukowsky.

Agregó que "las clases de educación especial son algo terrible. Miles de niños considerados como incapaces de aprender en realidad no lo son, sino que simplemente no tuvieron una buena experiencia educativa".

"En 99 por ciento de los casos, no creo que haya nada malo en ellos… y el uso de fármacos psicotrópicos es, definitivamente, el camino equivocado", concluyó. (FIN/IPS/tra-en/ce/ks/da/mlm/ed-pr/00

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